El postre tradicional canario de origen tan antiguo como desconocido que se hacía en todas las casas

El frangollo es uno de esos postres que refleja la esencia de la cocina canaria: sencillo pero lleno de tradición y sabor. Con una base de leche, harina de millo, azúcar, mantequilla, pasas y almendras, este dulce ha sido parte de las familias canarias durante generaciones. Aunque actualmente ha sido algo olvidado, sigue siendo un postre reconfortante que homenajea los sabores del archipiélago.

Este postre ha variado con el tiempo, adaptándose a los ingredientes disponibles, pero siempre manteniendo su base de leche, frangollo y limón. Lo que realmente caracteriza su sabor suave, ligeramente dulce y su textura cremosa que hace que cada bocado sea una experiencia única.

Aunque su preparación puede parecer sencilla, requiere un poco de paciencia y cuidado. El frangollo no es un postre que se haga apresuradamente, consiguiendo su sabor y textura mediante cada etapa del proceso, desde la infusión de la leche con canela y limón hasta el toque final con las yemas de huevo. Su versatilidad también permite disfrutarlo tanto en frío como caliente, adaptándose a cualquier ocasión y mostrando la riqueza culinaria de Canarias.

Origen del frangollo

Este postre tiene sus raíces profundas en la tradición culinaria canaria y es uno de esos que nacen de la cocina doméstica con ingredientes humildes pero cargados de sabor. Aunque actualmente no se encuentra con tanta frecuencia, fue durante generaciones un dulce habitual en muchos hogares del archipiélago. Su preparación era parte del saber cotidiano, transmitido entre familias y formaba parte de los sabores más representativos de la infancia para muchas personas.

El frangollo es una combinación sencilla de leche, harina de millo, cáscara de limón y un toque de canela. A partir de ahí, cada familia le ha ido dando su toque personal, incorporando huevos, pasas, almendras, azúcar o mantequilla según la ocasión o los ingredientes disponibles. Esa versatilidad ha permitido que el frangollo evolucione con los años y se adapte a cada rincón de las Islas Canarias sin perder su esencia.

Su nombre tiene también un valor simbólico donde frangollo hace referencia a algo revuelto o mezclado, reflejando tanto su forma de preparación como la diversidad de versiones que existen. Aunque Tenerife es la isla donde el frangollo ha mantenido mayor presencia, hay versiones similares en distintos puntos del archipiélago.

Los ingredientes para la receta

Esta receta rinde aproximadamente cuatro porciones generosas de frangollo. Las cantidades pueden ajustarse según el número de comensales o el gusto personal. Los ingredientes que necesitas para realizar esta receta son los siguientes:

  • 100 g de harina gruesa de millo sin tostar
  • 750 ml de leche entera
  • Un trozo de cáscara de limón
  • Una rama de canela
  • 50 g de azúcar
  • 30 g de mantequilla
  • Dos yemas de huevo
  • 30 g de pasas
  • 30 g de almendras crudas peladas
  • Agua templada

Cómo preparar el frangollo

La elaboración del frangollo es sencilla, pero requiere algo de tiempo para lograr su textura cremosa y su sabor equilibrado. Los pasos para preparar este delicioso postre son los siguientes:

  1. Pon a remojar las pasas. Coloca las pasas en un cuenco con agua templada durante unos minutos para que se hidraten y se vuelvan más suaves.
  2. Calienta la leche. En una olla pon al fuego la leche con una cáscara de limón y una rama de canela. Luego, deja que hierva lentamente para que se impregne bien de los aromas.
  3. Añade el frangollo. Cuando la leche rompa a hervir, incorpora la harina de millo, es decir el frangollo, y remueve bien para que no se formen grumos ni se pegue.
  4. Incorpora la mantequilla y el azúcar. Añade la mantequilla y el azúcar, y sigue removiendo suavemente para que se integren en la mezcla. Luego, continúa removiendo suavemente hasta que se fundan y se incorporen bien. Cuando los sabores se hayan impregnado retira la cáscara de limón y la rama de canela.
  5. Cocina y ajusta la leche. Durante la cocción la mezcla irá espesando. Si notas que se queda muy seca antes de que el millo esté cocido, puedes ir añadiendo un poco más de leche caliente. Remueve constantemente durante unos 20 minutos hasta que la textura sea suave y esté cocida por completo.
  6. Incorpora las yemas de huevo. Retira la olla del fuego y en un cuenco pequeño bate bien las yemas de huevo, añadiéndolas a la mezcla caliente y removiendo sin parar. Este paso debe hacerse con energía para que el huevo no se cuaje y así, se integre suavemente aportando cremosidad.
  7. Añade las almendras y las pasas. Agrega las almendras peladas y troceadas junto con las pasas escurridas. Remueve bien para que queden repartidas de forma uniforme en todo el frangollo. Después, puedes servir el frangollo caliente o esperar a que se enfríe.