El pollo asado al horno con patatas es uno de esos platos clásicos que nunca pasan de moda. Es una opción económica, versátil y perfecta para cualquier ocasión, desde una comida familiar de domingo hasta para el día a día de la rutina. Su éxito radica en la sencillez de los ingredientes y a veces se necesita paciencia para conseguir una buena técnica que permita lograr un equilibrio perfecto para obtener un pollo asado con un interior jugoso y una piel dorada y crujiente.
Aunque puede parecer una receta básica, el secreto está en pequeños detalles como elegir la calidad de los ingredientes. Por ello, empezar comprando un buen pollo es fundamental para lograr un resultado delicioso. Al tratarse de una carne de sabor suave, el pollo se beneficia enormemente de una correcta aromatización, que puedes adaptar a tu gusto utilizando especias, hierbas aromáticas o marinados sencillos.
Además, para intensificar el sabor desde el interior, es recomendable rellenarlo con frutas o verduras, como limón, cebolla o manzana, que aportan jugosidad y un matiz aromático muy agradable durante la cocción. Por último, una de las grandes ventajas del pollo asado es su versatilidad, ya que, si sobra, puedes aprovecharlo fácilmente en otras preparaciones, como unas sabrosas croquetas evitando el desperdicio y sacándole el máximo partido en la cocina.
Preparar un buen pollo asado en casa no requiere de una técnica complicada ni de ingredientes difíciles de encontrar. Sus ingredientes son el pollo de corral que se caracteriza por alimentarse principalmente de grano, criarse en condiciones de semilibertad y no recibir tratamientos médicos de forma sistemática, lo que influye positivamente tanto en su sabor como en su calidad final.
Desde el punto de vista nutricional, destaca por su alto contenido en proteínas de valor biológico y por aportar importantes micronutrientes. Entre ellos destacan minerales como el fósforo, que contribuye al mantenimiento de huesos y dientes, así como de vitaminas del grupo B, especialmente la niacina y la vitamina B6, esenciales para el metabolismo energético y el buen funcionamiento del sistema nervioso, según la Fundación Española de Nutrición (FEN).
Por otro lado, la patata es el otro ingrediente estrella de esta receta. En su composición predominan los hidratos de carbono, principalmente en forma de almidón junto con una pequeña cantidad de glucosa, fructosa y sacarosa. Asimismo, es una fuente interesante de vitamina C, aunque parte de esta se pierde durante la cocción según la Fundación Española de Nutrición (FEN). Por este motivo, se recomienda cocinarlas al vapor o al horno, métodos que ayudan a conservar mejor sus propiedades y realzan su sabor.
La receta de pollo asado
Esta receta fácil es ideal tanto para quienes se inician en la cocina como para quienes buscan un plato infalible sin complicaciones. Las patatas, asadas lentamente junto al pollo, absorben los sabores del jugo y las hierbas, convirtiéndose en la guarnición perfecta, tiernas por dentro y ligeramente crujientes por fuera.
En total necesitamos aproximadamente una hora y veinte minutos entre la preparación y la cocción. Para cuatro personas estos son los ingredientes:
- Un pollo de corral, alrededor de un kilo y medio
- Dos limones
- Tres cucharadas de aceite de oliva virgen extra
- Diez gramos de tomillo seco
- Tres dientes de ajo
- Sal y pimienta negra
- Cinco patatas medianas
Antes de comenzar con la elaboración de la receta, es fundamental preparar correctamente tanto el pollo como la guarnición. Comenzamos revisando la pieza de carne y eliminando cualquier resto de grasa o vísceras que pueda tener en su interior. Después, lo secamos con papel de cocina, ya que el pollo bien seco es clave para conseguir un asado perfecto, así evitamos que se cueza y logramos una piel dorada y una carne bien hecha.
A continuación, precalentamos el horno a 190 grados para asegurarnos de que alcance la temperatura óptima. Mientras tanto, preparamos el aderezo, en un recipiente mezclamos sal y pimienta negra molida al gusto y frotamos el pollo con esta mezcla, cubriéndolo completamente, tanto por dentro como por fuera. Seguidamente, partimos los limones en dos, retiramos las pepitas y rociamos con su jugo el pollo, reservando las mitades. En otro bol, combinamos un chorro de aceite de oliva con tomillo y, con ayuda de una brocha de silicona, impregnamos el pollo con esta mezcla aromática.
Luego, lo colocamos en una fuente apta para horno e introducimos en su interior las mitades de limón junto con los dientes de ajo, previamente pelados y ligeramente machacados, lo que aportará un aroma intenso y muy apetecible durante todo el horneado. Por otro lado, pelamos las patatas, las lavamos y las secamos con cuidado. Las cortamos en rodajas un poco gruesas y las distribuimos en el fondo de la bandeja formando una base uniforme.
Finalmente, rociamos tanto el pollo como las patatas con el aceite aromatizado restante, asegurándonos de que queden bien impregnados para potenciar su sabor y se doren por todos los lados. Llevamos la bandeja al horno y cocinamos durante aproximadamente una hora y diez minutos, utilizando calor superior e inferior con ventilador para una cocción homogénea.
Transcurrida media hora, cubrimos el pollo con papel de aluminio y continuamos el asado. En los últimos diez minutos, retiramos el aluminio para que la piel quede bien crujiente y dorada. Antes de servir, dejamos reposar el pollo fuera del horno, cubierto, para que los jugos se redistribuyan y la carne resulte aún más tierna. Para finalizar, cortamos el pollo en seis porciones, primero los cuartos traseros, después las alas y, por último, las pechugas.