Métodos anticonceptivos hormonales, ¿que efectos secundarios tienen?

Eva, lectora y socia de eldiario.es, nos hace las siguientes preguntas: “Llevo tiempo queriendo escribiros para preguntaros acerca del uso de la píldora anticonceptiva. Hace tiempo vi un documental en el que hace ya bastantes años en EEUU, las mujeres se pinchaban hormonas como método anticonceptivo y de esta manera no tenían ni la regla. El problema que se ha visto años después es que estas mujeres presentan osteoporosis prematura y bastante grave, ¿puede pasar esto con la píldora también? Otra pregunta que tengo es si es malo tomársela muchos años seguidos o si al dejar de tomártela puede ser más difícil quedarse embarazada”.

La anticoncepción hormonal es uno de los sistemas de anticoncepción reversibles más eficaces. Aunque el preservativo sigue siendo el método más usado en España (28,4%), se ha producido en los últimos años un cambio a favor de una mayor uso de los sistemas hormonales, siendo este el segundo método en cuanto a preferencias anticonceptivas de las españolas, según la Encuesta Anticoncepción2016 de la Sociedad Española de Contracepción (SEC).

Actualmente, hay varias vías de administración (oral, percutánea, implantes…) que facilitan la aplicación en función de cada tipo de paciente. Estos métodos suprimen la ovulación, inhiben la proliferación del endometrio impidiendo la implantación y espesan el moco cervical para impedir la penetración de los espermatozoides. Todos los anticonceptivos hormonales, ya sean píldoras, implantes, inyecciones o parches, usan hormonas para evitar el embarazo, aunque también pueden tener otros efectos, algunos beneficiosos, y otros no tanto, o al menos generan dudas.

Inyecciones hormonales

Las inyecciones hormonales se administran con una periodicidad mensual o trimestral, en función del tipo de tratamiento, y tienen una acción prolongada reversible. El principal objetivo es evitar la ovulación, pero también hacen del endometrio (el revestimiento del útero) más delgado, de manera que disminuyen las posibilidades que acepte un óvulo fecundado. Suele haber tres tipos de inyecciones:

Depo-Provera (protege contra el embarazo durante 12 semanas)

Noristerat (durante 8 semanas)

Savana Press (durante 13 semanas)

Las dos primeras suelen inyectarse en el glúteo, mientras que la última suele ponerse en el abdomen. El uso de este tipo de métodos permite a la mujer no tener estar pendiente de la anticoncepción durante el tiempo que la inyección está activa; no actúa con otros medicamentos; y ayuda a aligerar los síntomas premenstruales.

Sin embargo, debe tenerse en cuenta que se trata de un método con una efectividad concreta, por tanto, no se puede extraer del cuerpo una vez inyectada y que después de haber parado las inyecciones, puede llegar a pasar un año antes de que los periodos y la capacidad reproductiva se normalicen. Tampoco protegen contra las infecciones de transmisión sexual (esto es responsabilidad de los preservativos).

Las inyecciones, ¿afectan a los huesos?

Si bien la mayoría de las mujeres puede usar este método anticonceptivo, deben conocerse los antecedentes familiares y personales para establecer que se trata del método adecuado. No solo deben conocerse las enfermedades que se sufren, sino las intervenciones que hayan podido realizarse. Una de las condiciones que pueden contraindicar el uso de la inyección anticonceptiva es tener factores de riesgo para la osteoporosis(disminución de la densidad ósea).

Tal y como reconoce la Organización Mundial de la Salud (OMS), existen dudas sobre los efectos óseos de algunos anticonceptivos hormonales, como es el caso del acetato de medroxiprogesterona de liberación prolongada (AMPD, que se vende bajo los nombres comerciales de Depo-Provera o Depo-Clinovir, entre otros) y el enantato de noretisterona (ENET, nombres comerciales Noristerat y Norigest, entre otros).

A pesar de que los anticonceptivos basados solo en los progestágenos no parecen tener efectos significativos en la salud ósea, sí que pueden tener efectos las inyecciones de AMPD, reconoce la OMS. Según esta organización, “las mujeres tratadas con AMPD, sean adolescentes o adultas, sufren una pérdida de densidad ósea durante el tratamiento”, una pérdida que varía entre el “5% y el 7% en la cadera y la columna vertebral” y que suele ser mucho más rápida al principio pero que suele estancarse en los dos años siguientes.

Pese a todo, el hueso vuelve a regenerarse cuando se paran las inyecciones; en unos dos años la densidad ósea vuelve a ser aproximadamente la misma. Pero deben tener especial cuidado con este tipo de contracepción hormonal las adolescentes porque, según la OMS, podría afectar a su densidad ósea máxima que se alcanzaría normalmente. La OMS recomienda el uso de AMPD en mujeres de 18 a 45 años sin limitaciones.

En el caso de las adolescentes y mujeres de más de 45 años, la OMS lo sugiere solo si el profesional sanitario decide que es el mejor método para su caso particular, aunque suponga reducir su densidad ósea. En caso de factores de riesgo para la osteoporosis, es aconsejable usar otro método menos agresivo.

Uso de la píldora anticonceptiva

Las pastillas anticonceptivas, como todos los métodos hormonales, requieren que el profesional valore si hay alguna contraindicación médica para tomarla y cuál es mejor en cada caso. La píldora anticonceptiva es un método farmacológico que, normalmente, contiene dos sustancias (combinadas): estrógenos y progestina, similares a las hormonas sexuales femeninas.

Es decir, el comprimido oral tiene un contenido hormonal similar al que producen los ovarios. Pero algunas píldoras contienen una sola hormona, la progestina (suelen denominarse “minipíldoras”). La píldora actúa sobre el ciclo hormonal de la mujer impidiendo la ovulación. Como no se produce ovulación, tampoco hay fecundación y, por tanto, no hay embarazo.

Los anticonceptivos orales suelen ir en cajas de 21 píldoras, marcadas con un día de la semana. Debe empezarse por tomar el comprimido marcado con el día correcto. Tras tomar los 21 comprimidos, suelen dejarse sietedías sin comprimidos (interrupción o semana sin tratamiento), durante los cuales empieza la hemorragia. En el octavo día tras la toma del último comprimido, debe empezarse a tomar el siguiente comprimido.

Entre sus ventajas está el que es reversible, tienen menos efectos secundarios y demuestra una alta eficacia. Si bien su efectividad depende sobre todo de una correcta administración, como tomarlas a la misma hora todos los días. Si se hace un uso adecuado, los anticonceptivos orales tienen una efectividad de un 99% en la prevención del embarazo. Entre sus inconvenientes hay que destacar que no protege de las enfermedades de transmisión sexual y es fácil olvidar tomarse alguna pastilla o no empezar a tiempo con un nuevo paquete.

Píldoras y embarazo

Una de las creencias que existen sobre el uso de la píldora es que, tras un periodo largo de tomársela, disminuye la posibilidad de embarazo. Pero las pastillas son un método anticonceptivo reversible y no es necesario un descanso largo antes del embarazo ya que no existe ninguna relación entre tomar anticonceptivos orales y problemas de fertilidad entre las mujeres que han tomado la pastilla durante una larga temporada.

Cuando se suspenden las pastillas, aunque a veces la regla puede tardar en aparecer, en unos dos meses se recupera el equilibrio hormonal y la función ovárica. Los expertos sí recomiendan esperar que se haya instaurado un ciclo normal antes de buscar el embarazo. Por tanto, tomar la píldora ni predispone ni dificulta conseguir el embarazo.

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