Argentina regala un pedazo de su Pampa al público de la Bienal de Venecia

Argentina se ha propuesto no dejar indiferente al público que visite desde el próximo 26 de mayo la XVI Bienal de Arquitectura de Venecia y por ello ha decidido regalar un pedazo de su Pampa en este escaparate de relevancia internacional.

La propuesta del pabellón de Argentina para esta edición de la Bienal de Arquitectura es pura magia.

Se titula “Vértigo Horizontal”, sus responsables son Javier Mendiondo, Pablo Anzilutti, Franciso Garrido y Federico Cairoli y consiste en un espacio en penumbra solo iluminado por una enorme urna de cristal de 23 metros de largo y más de dos metros de alto que contiene en su interior un fragmento de La Pampa.

Se trata de una especie de pecera que recorre horizontalmente el pabellón y que contiene vegetación en su interior.

Está recubierta de cristal protector, pero en algunos puntos el visitante puede asomar la cabeza, oler esa naturaleza y toparse con unos espejos a cada lado de la urna que proyectan hasta el infinito esta llanura.

Un dispositivo óptico se extiende por el techo de esta caja alargada y muestra cielos argentinos, con nubes y un clima lluvioso. El broche final lo incorpora una serie de efectos sonoros que trasladan al visitante al corazón de Argentina.

La urna se extiende por el pabellón en la zona central y a los lados se exponen bocetos y dibujos de 46 edificios de todo el país que testimonian la riqueza y la calidad de la arquitectura argentina.

Son construcciones de instalaciones que se levantaron en el país con la llegada de la democracia, a partir de 1983, algunos acabados y otros en proceso de construcción.

Argentina interpreta así el término “Freespace” (“Espacio libre”) que han propuesto las arquitectas irlandesas Yvonne Farrell y Shelley McNamara, comisarias de la edición de este año de la Bienal, permitiendo disfrutar en Europa uno de sus mayores tesoros.

“Vértigo Horizontal” propone un diálogo transversal entre espacios geográficos y arquitectura, e invita a repensar el territorio como una construcción colectiva.

Por su parte, los bocetos y croquis muestran los documentos originarios de espacios arquitectónicos como parques públicos, equipamientos sociales o intervenciones territoriales, que son testimonio indiscutible de la conexión inseparable que existe entre arquitectura y sociedad.

Entre los bocetos que se pueden ver edificios como el Museo Xul Solar, en Buenos Aires, el Edificio Central del Jardín Botánico de Córdoba, el paseo costero de Paraná o el Parque Micaela Bastidas, también en la capital argentina.