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“Samer” relata su desgarradora vida bajo el terror yihadista en Al Raqa

"Samer" relata su desgarradora vida bajo el terror yihadista en Al Raqa

EFE

Madrid —

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“Sus palabras se clavaron en mi corazón como la metralla que mató a mi padre”, rememora Samer, quien bajo ese pseudónimo escribe sus diarios como rehén del califato yihadista en Al Raqa, en Siria, y recuerda el chantaje que sufrió su amada.

Aún es su capital de facto y donde estos últimos años los terroristas del Estado Islámico (EI) han logrado imponer su ley, la del terror regado por una aberrante interpretación de las leyes islámicas.

Con “Los diarios de Raqqa: Escapar del Estado Islámico”, la editorial Kailas ofrece -con ilustraciones de Scott Coello- la versión en español de los podcast que el periodista Mike Thompson logró emitir en el programa Today de la BBC con palabras que fueron encriptadas para ser sacadas clandestinamente de Siria por el grupo de jóvenes activistas de Al Sharquiya 24.

El hermano de ella “fue arrestado por Daésh (acrónimo en árabe de Estado Islámico). Le acusaron de colaborar con el Ejército Libre Sirio y amenazaron con ejecutarle, pero entonces enviaron a uno de sus hombres a 'negociar' con la familia”, escribe Samer.

“Daesh -prosigue- les hizo una oferta. Liberaría a su hermano con una condición. Ella debería casarse con uno de sus combatientes”, lamenta Samer, al explicar cómo le robaron su amor y sus ilusiones.

Luego le destrozarían la vida, como a otros muchos jóvenes que en las manifestaciones populares de la primavera de 2011 reclamaban libertades al régimen de Bachar al Asad y recibieron una durísima represión como respuesta.

Los protagonistas son ellos y sus vecinos, martirizados por la caprichosa intransigencia de los matones del grupo yihadista, que impone su ley y extorsiona a los comerciantes, como el que empleaba a Samer hasta que las exacciones de los islamistas hacen imposible hasta el comercio de pura subsistencia en Al Raqa.

“Nuestra vida en Siria, con toda su simplicidad y todas sus ensoñaciones inocentes, es un producto de la forma en la que fueron educados nuestros padres y sus familias. A nosotros nos educaron del mismo modo”, recuerda Samer cuando describe la cotidianeidad antes del estallido del conflicto armado en Siria, ya en su sexto año.

El que fuera rehén durante casi un año de uno de esos grupos armados, el periodista español Javier Espinosa considera que los textos son “un decálogo del desvarío que implantó el Estado Islámico en Al Raqa y un repaso a la historia más reciente de la primera ciudad donde triunfó la revolución siria”.

“Pasó de ser un ejemplo de convivencia a la capital de una nueva y sangrienta dictadura”, precisa.

El terror permanente que destila el relato sobrepasa las penurias de la escasez e incluso el miedo a los enfrentamientos armados y los bombardeos.

Aún así, como escribe en el prólogo Thomson, “nuestro valeroso cronista considera que está contraatacando al contarle al mundo lo que sucede en su amada ciudad”.

Él y sus amigos constituyen un foco virtual de resistencia que tiene muy claro que mostrar la realidad permite alterar el relato de los yihadistas, al dejar al descubierto su “brutalidad y las injusticias perpetradas por el EI que impregnan todos los ámbitos de la vida en esta ahora infame capital”, reseña el corresponsal de la BBC.

La ejecución mediante la crucifixión pública de su compañero Jalid espolea aún más su determinación de resistir.

“La muerte de Jalid me ha afectado profundamente. Ahora estoy más decidido que nunca a luchar contra esta organización criminal y sacar a la luz lo que hacen. Quiero que se sepa qué nos están haciendo”, prosigue el desconsolado rehén.

Y “no sólo el modo en que sus acciones nos afectan físicamente, sino lo que han hecho con nuestros sueños, con nuestra revolución, con nuestra forma de vida. Y así y todo siento un miedo sobrecogedor”, admite.

Por supuesto, la desesperación también aparece en el relato y él mismo lo reconoce: “La desesperanza me abruma. Sencillamente no consigo ver un atisbo de luz al final de toda esta oscuridad”.

Con el miedo y el corazón desgarrado, Samer escapa de su ciudad para asentarse en zona bajo control de los opositores al régimen y enemigos de los yihadistas, aunque la desconfianza entre los grupos que combaten en el régimen es manifiesta y, con 24 años, se convierte en un refugiado mas, en su propio país.

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