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“La bronca”, un sutil retrato de la violencia contenida de los 90 en Perú

Los hermanos y directores Daniel Vega (i) y Diego Vega.

EFE

San Sebastián —

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Los peruanos Diego y Daniel Vega presentan este sábado en el Festival de San Sebastián su largometraje “La bronca”, un sutil retrato cargado de simbolismos donde la intrahistoria de tres hombres de la misma familia emigrados a Canadá se solapa con los momentos más violentos de su país, Perú.

Diego es la mitad del equipo creativo y de dirección de esta película que cierra una trilogía sobre relaciones familiares, firmada a medias con su hermano Daniel, y que conforman “Octubre”, con la que ya compitieron en 2010 en San Sebastián, y “El mudo” (2013).

Según ha contado Diego Vega en una entrevista con Efe, esta tercera parte tiene su origen en un viaje que Daniel realizó en 1991 para ver al padre, que vivía en Canadá, y del que regresó “rebotado y cambiado”.

“Él no habla mucho, no explica las cosas”, comenta Diego, y no fue hasta ahora, 25 años después, cuando se le ocurrió preguntarle qué pasó y por qué se volvió antes de tiempo de aquel viaje y “Daniel se decidió a escribir unos folios con sensaciones, emociones y recuerdos de lo que sintió entonces”.

Afortunadamente, salvo esa base emotiva y de gestos que ambos aprovechan para dar verdad a la cinta, nada de lo que ocurre en la ficción es real.

Porque “La bronca” es un ejercicio duro, violento, con un final aterrador, que viene cargado de ira y de resentimientos solapados de una familia de hombres que viven lejos de su país justo cuando la violencia de la guerra está en las calles de Perú.

“Esas páginas de Daniel contenían algo potente que ligaba la intrahistoria de esta familia con la peor época histórica de nuestro país”, otro rasgo identitario que los hermanos querían resaltar en la cinta.

El reto, explica, “era ligar lo que pasaba en el país, que vivía la violencia de una guerra, con una familia que, de hecho, se va del país por esa violencia”.

La cinta sigue a Roberto (Jorge Guerra), un adolescente que sale de Lima para irse a vivir con el padre (Rodrigo Palacios), que hace años reside en Montreal (Canadá) donde ha formado otra familia y acoge en su sótano a su cuñado (Rodrigo Sánchez Patiño).

Se juntan así tres peruanos que se van a buscar la vida lejos, escapando de la violencia, “y finalmente esa misma violencia les atrapa, les envuelve y caen en ella, aunque el motivo y el origen sea otro diferente a aquel del que huyen, pero en el que resuena lo que les pasó”, apunta Vega.

Rodada en Canadá, la película acusa esa otra violencia de la que no se habla, la del terrorismo de los años de Sendero Luminoso -que los hermanos Vega introducen con flashes documentales- como una losa que aplasta en muchas zonas del filme.

El codirector detalla asimismo que “La bronca” es también un reflejo de una generación, la suya, que “de alguna manera estaba perdida y con un país en destrucción y había un deseo inconsciente de sentirse mejor”, que simboliza en el optimismo de un padre que “tiene todos los defectos del mundo, pero le vale su capacidad de salir adelante”.

Destaca en ese sentido el cambio que él observa en el peruano de hoy, alejado de la violencia de aquellos años.

“La historia de Perú es muy compleja, con muchos de sus presidentes en la cárcel o perseguidos, pero la gente se cansó y ha buscado el cambio en las redes o en movimientos políticos y sociales; es un país que a pesar de todo se lo cree. Hay luz, al menos, es lo que yo veo”, ha resumido el cineasta, que opta al premio Horizontes Latinos del Zinemaldia.

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