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Muere el actor Eusebio Poncela a los 79 años

El actor madrileño Eusebio Poncela ha fallecido este miércoles a los 79 años, según ha avanzado la Cadena Ser y ha confirmado elDiario.es con fuentes de la Academia del Cine. Según el diario El País, citando fuentes de su entorno, padecía un cáncer desde hace un año y ha fallecido en su casa de El Escorial (Madrid), pero por ahora no se han revelado oficialmente las causas de su fallecimiento. La capilla ardiente estará abierta este jueves 28 de agosto en el Tanatorio de San Isidro de Madrid (sala 1), entre las 10:00 y las 22:00 horas.

Poncela despuntó con su primer gran papel, el del director de cine de serie B José Sirgado en la película de Iván Zulueta Arrebato (1979), para participar posteriormente en cerca de 60 películas, series y obras de teatro. Se dedicaba, además, a la pintura.

El gran éxito le llegó con su papel en la adaptación a serie de televisión de la novela de Gonzalo Torrente Ballester Los gozos y las sombras, de 1982, con Charo López. Durante la década de los 80, se unió al universo de Pedro Almodóvar protagonizando las películas Matador (1986), que podrá verse restaurada en el Festival de Venecia el 1 de septiembre, y La ley del deseo (1987), un director con quien mantuvo una relación de amor y odio que de alguna manera quedó plasmada en la película Dolor y gloria.

Durante unos años de la década de los noventa, Poncela se trasladó a Argentina para desintoxicarse. Allí trabajó con Adolfo Aristarain en una película que le devolvió la popularidad, Martín (Hache), por el carismático personaje de Dante, junto a Federico Luppi y Juan Diego Botto. Y posteriormente en otras producciones argentinas como Vidas privadas, junto a sus amigos Cecilia Roth y el músico Fito Paez, que la dirigía, o Cabecita rubia.

Con el cambio de siglo, trabajó en la primera película de Juan Carlos Fresnadillo, Intacto (2001), con un papel que le mereció una nominación al premio Goya. Y en 2002, en la cinta de Álex de la Iglesia 800 balas. En el año 2016 dio vida al Cardenal Cisneros en la película histórica La corona partida, junto a Irene Escolar.

Uno de sus últimos papeles lo interpretó en el teatro, en la obra El beso de la mujer araña, en 2022, de Manuel Puig, en la versión teatral de Carlota Ferrer. Con motivo de esta producción y en entrevista con este periódico, Poncela dijo sobre su oficio que no concebía otro y que le interesaban las dificultades de la interpretación porque le ayudaban a “abrirse”: “Soy una persona ensimismada en sí misma, muy individualista y me cuesta mucho meterme en otra vida. Hay actores a los que les gusta este oficio para vivir otras vidas. Pero yo siempre tengo el pálpito de meter caña en esa otra vida y pensar qué haría yo en esa situación”.

La última película en cuyo rodaje participó es El último arrebato, un documental dirigido por Marta Medina y Enrique López Lavigne sobre la película de Iván Zulueta, que se presentará en el próximo Festival de Cine de San Sebastián.

Antonio Banderas, con quien compartió protagonismo en La ley del deseo, se ha despedido de su “enigmático y querido amigo” con un mensaje, tras conocer la noticia en el set de un rodaje en Londres: “Tras el de Verónica Echegui, el de Manolo de la Calva, el de José Manuel Gorospe, la muerte viene a recordarnos lo efímero de nuestra existencia”. “Deja detrás Eusebio unos magníficos y bellos trabajos como actor. Con él compartí 'La ley del deseo', un relato de Almodóvar que rodamos en un Madrid ya lejano, lleno de ruptura, diversión y de lágrimas que manchaban la vida de extraordinarios y nuevos colores”, ha añadido.

Eusebio Poncela afirmaba vivir el día día y tomarse la felicidad como venía. Radicalmente en contra de la hipocresía y dotado de una sinceridad irreprimible, afirmaba en 2022, em una entrevista con motivo del premio honorífico que le otorgó el festival LesGaiCineMad, sentir que “estaba empezando a ser inteligente, a ser buen actor, a ser buena persona” y confesaba que todo eso lo tenía que demostrar porque era un “exhibicionista profundo”. En los últimos años buscó interpretar papeles que visibilizaran la diversidad sexual y hacer papeles que puedan ayudar, al menos “a una sola persona”. De manera gráfica, con su estilo habitual, dijo a la agencia EFE: “Que me recuerden o no, a mí me chupa un huevo”.