Las autoridades de Malta niegan al Lifeline la entrada en sus aguas tras el anuncio de Italia de que atracará allí

Desalambre/EFE

El barco de la ONG alemana Seenotrettung, que permanece muy cerca de las costas de Malta con más de 200 personas a bordo, no entrará por ahora en ningún puerto de este país, tal y como había anunciado el primer ministro italiano, Giuseppe Conte. Esta tarde, según ha señalado la ONG, las autoridades maltesas les han impedido entrar en sus aguas territoriales.

La negativa se produce después de que el mandatario italiano haya anunciado que el navío atracaría en la isla y una parte de los migrantes rescatados irían a Italia. Conte ha explicado que el primer ministro maltés, Joseph Muscat, le confirmó en una conversación telefónica que el barco, que lleva cinco días esperando un puerto tras el rechazo de Italia, atracaría en Malta.

Desde el anuncio, la ONG no ha recibido ninguna notificación oficial sobre esta decisión. La organización ha señalado en Twitter que, a las seis de la tarde, las autoridades maltesas les han enviado un mensaje para comunicarles que no “se les permite entrar” en sus aguas territoriales.

Asimismo, Conte ha explicado que Muscat le había confirmado que “se investigará a la embarcación para averiguar su efectiva nacionalidad y si se han respetado las reglas de derecho internacional por parte de la tripulación”. El Gobierno italiano lleva días amenazando con requisar el barco a la organización humanitaria, a la que acusa de “tener una bandera falsa”, la holandesa, algo que los cooperantes han negado mostrando su documentación.

Por el momento, el Gobierno maltés tampoco se ha pronunciado sobre el anuncio de Conte. El Ejecutivo había explicado poco tiempo antes en una nota que se estaba estudiando esta posibilidad y anunció también que se estudiaría abrir una investigación respecto a la actuación del capital del barco.

Según Malta, “ignoró las instrucciones dadas, de acuerdo con las reglas internacionales, por las autoridades italianas”, cuando estas les indicaron que no intervinieran en el salvamento porque lo haría la Guardia Costera de Libia.

Los agentes a bordo de las patrulleras del país vecino acumulan denuncias de vulneraciones de derechos humanos. Las ONG especializadas y la ONU han documentado los abusos a los que está expuesta la población migrante en Libia, adonde son devueltos quienes son interceptados por los guardacostas libios.

Malta ha agradecido “al presidente del Consejo Europeo (Donald Tusk) y al presidente de la Comisión Europea (Jean-Claude Juncker) su ayuda en este asunto”. De forma paralela, La Valeta ha rechazado este martes la entrada en sus aguas del barco Aquarius, de SOS Mediterranée y Médicos sin Fronteras, sin dar “ninguna explicación”. Tras esta decisión, el Aquarius se ha visto forzado a poner rumbo a Marsella para poder reabastecerse y cambiar de tripulación.

Malta está dispuesta a recibir este barco si otros países de la UE aceptan reubicar en sus territorios a algunos de estos 234 migrantes. “El esfuerzo diplomático del primer ministro de Malta y de las instituciones europeas está dando lugar a un acuerdo para la distribución de migrantes que están a bordo del barco de Lifeline entre varios Estados miembros”, confirmó en Twitter la embajadora de Malta en Italia, Vanessa Frazier. Dijo que “cuatro estados miembros ya han confirmado su participación, mientras que otros dos están evaluando el caso”.

Entre ellos está Italia. Conte ha asegurado que “Italia hará su parte y acogerá una cuota de inmigrantes que están en el Lifeline con la esperanza de que otros países europeos hagan lo mismo”, según subrayó en un comunicado. El mandatario italiano agregó que “coherentemente” con el principio de la propuesta avanzada en la pasada cumbre informal sobre inmigración por Italia, dijo, “quien desembarca en las costas italianas, españolas, griegas o maltesas, desembarca en Europa”.

Mientras la embarcación espera la autorización, el ministro del Interior de Italia, el ultraderechista Matteo Salvini, ya ha celebrado lo que considera que es una nueva victoria para su Gobierno, después de que haya prohibido la entrada en sus puertos a ONG con salvados a bordo.

Esta medida restrictiva obligó hace una semana al barco Aquarius a desembarcar en España con 630 migrantes, y ha provocado que el barco de Lifeline haya estado cinco días en el mar. “¡Y dos! Después de que el Aquarius fuera enviado a España, ahora toca a la ONG Lifeline que irá a Malta, con este barco fuera de la ley que será inmovilizado”, señaló el político ultraderechista.

La situación de los 234 migrantes del Lifeline, que superaba varias veces su capacidad, empezaba a ser desesperada tras cinco días esperando que les asignase un puerto a 30 millas de Malta. Debido al mal tiempo en las últimas horas, los rescatados estaban pasando frío ya que toda la ropa y mantas están mojadas, explicó a EFE el fundador de la organización, Axel Steier.

Durante la noche, según ha señalado, se ha producido una evacuación de emergencia debido a que uno de los migrantes necesitaba atención médica urgente. Se pidió a las autoridades de Malta un helicóptero pero, dice, “después de mucho tiempo enviaron una barca para trasladarlo”.

Más barcos para los guardacostas libios

Mientras, Italia sigue reforzando sus lazos con Libia para estrechar el control fronterizo. El titular de Infraestructuras y Transportes, Danilo Toninelli, ha llamado este martes a su homólogo libio, Milad Maatuq, para ofrecer más barcos a que los guardacostas de ese país para que aumenten los controles en sus aguas y frenen las salidas hacia Europa.

También le ha propuesto que Italia adiestre a más guardacostas para que sepan utilizar estos barcos, unas proposiciones sobre las que se pronunciará en las próximas semanas el Gobierno libio. Las declaraciones de Toninelli se producen después de que este lunes Salvini anunciara que Italia ya ha formado a más de 200 guardacostas libios y que está dispuesta a adiestrar a otros 300 antes de final de año.