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Las grandes empresas españolas se repliegan en América: “El potencial de estos países no ha llegado”

Diego Larrouy

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El continente americano ya no es lo que era para las empresas españolas. Durante los años noventa y el comienzo del siglo XXI, esta región, y especialmente Latinoamérica, fue la plataforma donde se comenzaron a construir las grandes multinacionales españolas. Telefónica, Santander, BBVA y otras se desplegaron por el continente para aprovechar las buenas perspectivas sobre su economía. Sin embargo, en los últimos tiempos se han ido sucediendo las operaciones de venta de filiales en América de compañías españolas. La última, BBVA el pasado lunes.

El banco anunció la venta de su negocio en EEUU por 9.700 millones. Unos meses antes ya se había desprendido de su actividad en Paraguay por otros 240 millones de euros. El movimiento de la entidad que preside Carlos Torres, que ya ha anunciado que reinvertirá el dinero en recomprar acciones, pagar al accionista y en fusiones en los mercados donde ya opera, entre ellas la iniciada negociación con Sabadell, es la última ficha de un dominó de repliegue de compañías españolas. No puede decirse que se retiren de América, pero sí que reducen su exposición.

Son muchas las empresas que han realizado operaciones de este tipo. La más activa ha sido Telefónica. La operadora española estaba presente en multitud de mercados pero hace ahora un año anunció que se centraría únicamente en España, Reino Unido, Alemania y Brasil. El resto de mercados de Hispanoamérica, quedaban a la venta. La operación más importante hasta la fecha ha sido la venta de su negocio en Costa Rica por más de 400 millones, al tiempo que ha iniciado otros procesos en distintos países.

Otros sectores donde se han visto movimientos ha sido en el energético. Hace apenas unos días Naturgy, antigua Gas Natural, anunció la venta de su negocio en Chile por 2.570 millones de euros. Al mismo tiempo, ACS, la compañía que preside Florentino Pérez, lanzó en primavera el proceso de venta de sus activos de renovables en Latinoamérica. Las desinversiones de empresas españolas ha llegado incluso a empresas en crecimiento como Glovo, que se desprendió de su negocio en Latinoamérica por 230 millones de euros, que incluía su actividad en ocho países. También en banca ha habido operaciones de este tipo, cuando Santander se desprendió a finales de 2019 de su negocio en Puerto Rico. Mapfre se desprendió en junio del negocio de asistencia a vehículos en EEUU.

Las razones de cada empresa para emprender estas desinversiones en negocios que en su día tuvieron un peso importante en el balance son múltiples. Sin embargo, los analistas consultados coinciden en que hay un nexo común que ha llevado a que América, y en especial Latinoamérica, hayan perdido el protagonismo que antaño tuvo. “Latinoamérica se vio siempre como el continente del futuro pero no termina de llegar ese futuro”, señala Federico Steinberg, investigador principal de Economía y Comercio Internacional del Real Instituto Elcano.

“Se ha aprendido a salir fuera a otros mercados”

“A España le interesa tener presencia allí, pero se ha aprendido a salir fuera a otros mercados y diversificar riesgo”, añade el investigador, quien resta relevancia hoy al hecho de que España sintiera ese vínculo con Latinoamérica. “Seguirá habiendo un vínculo importante pero a veces tendemos a pensar que solo podemos ir a América Latina y en algunos hay que seguir pero en otros tiene sentido replegarse”, subraya Steinberg.

Rui Da Mota, consultor del área de Análisis Económico y de Mercados de Analistas Financieros Internacionales, considera que durante años las empresas españolas invirtieron en Latinoamérica motivados por las expectativas de crecimiento de sus economías, o la juventud de sus poblaciones, confiando en que los problemas que arrastraban se fueran solucionando con el tiempo. “Algunos problemas que pensábamos que se quedarían atrás sigue ahí”, apunta el consultor. “El potencial de estos países no ha llegado”, señala Da Mota como una causa para el repliegue actual de las empresas españolas.

A esta realidad se suma ahora que la crisis del coronavirus esté impactando de manera importante a Latinoamérica. “Hay países que se puedan ver con problemas de financiación o de crisis económica más intensa el año que viene”, apunta Steinberg, del Instituto Elcano, quien añade que al tiempo la región sale malparada en la comparación con los emergentes, especialmente en Asia, que están saliendo mejor parados de esta pandemia. En cualquier caso, incide en que este hecho “no es coyuntural”, sino que Latinoamérica arrastra problemas desde hace años que no se han visto superados.

Latinoamérica tiene un peso muy importante en algunas de las mayores compañías españolas. Sin embargo, en los últimos años, se veía que los resultados en estos países se veían penalizados al trasladarlos al euro por los grandes movimientos en los tipos de cambio que se han ido produciendo. Da Mota señala que, pese a esta realidad, el problema “no está ahí” sino en los riesgos en los que se incurre por estar en regiones emergentes. En esta línea Steinberg recuerda que el tipo de cambio es, en el fondo, “el reflejo de otras cosas”, como el bajo crecimiento o los problemas de inestabilidad en algunos países.

Situación diferente a la de Latinoamérica es EEUU. “Son cuestiones diferentes”, señala Da Mota, quien apunta que el problema para las empresas españolas en este mercado obedece a que hay una competencia “muy importante” y no se puede pensar en “muchos retornos”. Además, en el caso de la banca, como el que atañe a BBVA y a otras entidades previamente, asegura que “los bancos han tenido un problema en adaptar el modelo de banca europea a EEUU”. “Hemos visto esto con muchos bancos europeos, no solo los españoles”, subraya.

Hay dos excepciones en Latinoamérica para las empresas españolas: Brasil y México. Por ejemplo, el país presidido por Jair Bolsonaro supone el 30% del beneficio del Santander y es uno de los cuatro mercados clave para Telefónica. El segundo mercado es el 45% del resultado del BBVA, una importancia que crecerá ahora que se ha desprendido de EEUU. “Son mercados interiores muy grandes y a pesar de sus vaivenes, no hemos visto grandes bandazos”, señala Steinberg sobre los gobiernos de Andrés Manuel López Obrador en México y Bolsonaro, en Brasil. “Puede ser que haya depreciaciones de tipos de cambio y que los beneficios en euros se vean deteriorados, pero son dos países de donde las empresas españolas no se van a marchar”, subraya.

El investigador del Instituto Elcano entiende que el futuro de la apuesta internacional de las empresas española se va a redirigir de Latinoamérica hacia los emergentes asiáticos. “A día de hoy tienes empresas que usan ese trampolín y lo que aprenden en Latinoamérica y se han ido a otros mercados”, apunta. “Están intentando diversificar y buscar crecimiento en Asia”, subraya, señalando que desde hace años está claro que el crecimiento futuro en Asia va a ser el más dinámico del mundo, lo estamos viendo con el repunte de estas economías“ incluso durante la crisis provocada por el coronavirus.

Sin embargo, Da Mota, de AFI, es menos optimista sobre estos cambios de las empresas españolas en los mercados americanos. Señala que, aunque habría que mirar empresa por empresa, “desafortunadamente es más por guardar los muebles”. “No se ve una expansión significativa de grandes empresas españolas en otros mercados, no se ha visto un despliegue masivo en Asia, o en África, el eterno continente frontera”, concluye el analista.