La patronal lusa pide a la Unión Europea una revisión del programa de ajustes

El presidente de la patronal lusa, António Saraiva, pidió hoy una revisión del plan de ajustes de Portugal, que se ha comprometido a cerrar 2012 con un déficit del 4,5 %, con metas “realistas” para que el “buen alumno” sea también un “buen ejemplo”.

“Si el programa de ajustes que se diseñó para Portugal no funciona, es la propia Unión Europea la que tiene que repensar el modelo de funcionamiento, su modelo de futuro”, defendió Saraiva en declaraciones a los periodistas.

Saraiva se reunió hoy con los representantes de la misión del Fondo Monetario Internacional(FMI), la Comisión Europea (CE) y el Banco Central Europeo (BCE) que se encuentran en Lisboa con motivo del quinto examen al plan de asistencia luso.

Portugal pidió en abril de 2011 un préstamo de 78.000 millones de euros a estas entidades internacionales para evitar la bancarrota, a cambio de aplicar duros ajustes y recortes en el país.

Para el líder de la patronal, ese camino “no ha sido suficiente”, a pesar del “clima de austeridad” en el que vive el país y de haber sido un “buen alumno”.

“Tenemos que tener metas realistas, alcanzables, y no metas que nos pongan la barra a tres metros de altura”, apuntó.

El desafío mayor de Portugal es conseguir la reducción de cerca de tres puntos del déficit hasta un 4,5 % antes de final de año, un objetivo que, según Saraiva, “va a exigir mucha imaginación de la troika (como se conoce al FMI, el BCE y la CE) y flexibilidad mental”.

Los últimos datos divulgados por el Ejecutivo muestran serios obstáculos para alcanzar la meta que pide la UE y el FMI, especialmente por la caída del 3,5 % en los ingresos fiscales del Estado en los primeros siete meses del año, en relación al mismo periodo de 2011.

El examen de la troika se realizará en las próximas dos semanas y de su aprobación depende la liberación de unos 4.300 millones de euros, el siguiente tramo del rescate.

Los técnicos llegaron el martes a Portugal y empezaron ayer la ronda de contactos con los ministerios de Finanzas y Economía, el Banco de Portugal, agentes sociales y partidos políticos para analizar la situación económica del país.