Tarragona inaugura el Mercado Central tras una década en obras

Tarragona ha estrenado hoy el remodelado Mercado Central, tras una década en obras, con una multitudinaria inauguración y obras pendientes, como la remodelación de la plaza Corsini, dónde se ubica.

El alcalde de Tarragona, Josep Félix Ballesteros, ha inaugurado las nuevas instalaciones junto a la presidenta de la Asociación de comerciantes del Mercado, Maria Virgili; la presidenta de Espimsa, Elvira Ferrando, y el subdelegado del Gobierno, Jordi Sierra.

Se trata de la obra pública más destacada de la década, ha señalado el alcalde en su parlamento en un recinto abarrotado de gente y, según ha asegurado en declaraciones posteriores a los medios de comunicación, esperan que unas 20.000 personas visiten las nuevas instalaciones de aquí al domingo.

Las nuevas instalaciones constan de 22.248 metros cuadrados (m²), de los que 12.209 están ocupados por el Mercado, la planta comercial y la planta logística, y el resto, 10.039 m², son de aparcamiento.

La planta del Mercado tiene 2.505 m², de los cuales 796 son de paradas y el resto pasillos, escaleras, ascensores y servicios comunitarios.

Las instalaciones cuentan con 48 paradas, aunque siete están vacías aún -el plazo para presentar ofertas finaliza el 22 de marzo- y 14 locales comerciales, de los que quedan seis por adjudicar, aunque se sigue un procedimiento negociado con los interesados.

 El mercado abrirá de las 08:30 horas hasta las 21:00 horas, por mutuo acuerdo entre Espimsa, sociedad municipal que gestiona el mercado, y los paradistas.

El proyecto estaba presupuestado en 26 millones de euros, pero ha costado 47 porque carecía de proyecto ejecutivo y no se había calculado ni la desviación de servicios ni las excavaciones arqueológicas, que han ascendido a 17 millones.

El aparcamiento ha costado 6,5 millones y el mantenimiento y coste de la carpa provisional que ha alojado las paradas desde el año 2007, hasta el pasado domingo, ha costado 3,5 millones de euros.

Queda pendiente el desmontaje de esta carpa, la urbanización de la zona y el regreso del mercadillo ambulante, resituado ahora en la Rambla Nova de Tarragona.

Ballesteros confía en que, antes del verano, la carpa esté desmontada y todo finalizado antes de fin de año, con la idea de celebrar una gran fiesta de Año Nuevo en la zona con un nuevo carrillón que se instalará en el Mercado.

“Hemos pasado un via crucis”, ha reconocido el alcalde, por los múltiples retrasos que ha sufrido el proyecto, planteado justo antes de la crisis.

La por aquel entonces ministra de Vivienda, Carme Chacón, se comprometió a aportar 8 millones de euros a un proyecto llamado a revitalizar el comercio urbano, pero el Gobierno central solo ha aportado un millón de euros.

Ballesteros confía en recibir siete millones de euros y afirma: “Nosotros ya lo tenemos pagado, pero todo lo que llegue, sea en uno o diez años, lo destinaremos a reducir la deuda que se ha generado”.

El Mercado luce su antiguo esplendor centenario, con los motivos decorativos, cerrajería y columnas de forja originales y una reproducción de la cubierta del recinto firmado por el arquitecto modernista Josep Maria Pujol de Barberà.