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Las torres de las 'telecos': el negocio que mueve miles de millones y en el que invierten Amancio Ortega o La Caixa

Diego Larrouy

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El teletrabajo, las videollamadas, la distancia social. La crisis del coronavirus ha supuesto un auge de las necesidades de conectividad de los usuarios, ya sean hogares y empresas. Pero eso no se está traduciendo en mejoras para el negocio de las operadoras de telefonía, que lidian con un contexto de ingresos complicado y elevadas cifras de deuda. En paralelo, un negocio vinculado, como es el de las torres de telecomunicaciones, se encuentra en ebullición, con grandes operaciones millonarias y la participación de inversores de todo tipo.

En el horizonte asoma la llegada del 5G, que está llamada a ser una revolución para el sector de las telecomunicaciones, por los nuevos negocios de conectividad que trae aparejados. Pero esta tecnología necesita de importantes inversiones en infraestructuras que llegan con una complicada situación económica para las operadoras. “El sector no está ahora en condiciones de poder asumirlo”, reconocía recientemente Antonio Coimbra, presidente de Vodafone España, quien pedía una intervención del Gobierno en las inversiones para el despliegue de las nuevas tecnologías con los fondos europeos.

Las operadoras necesitan de las torres de telecomunicaciones para realizar sus servicios, pero es más complicado lograr ingresos de estas infraestructuras una vez que se hacen las inversiones. A ello se suma la urgencia que tienen las compañías por lograr reducir la importante deuda que arrastran. En este contexto, las torres de telecomunicaciones se han convertido en una salida recurrente para estas empresas. Crean sociedades independientes donde trasladan todos estos activos y, posteriormente, venden parte del capital o las sacan a Bolsa. De esta manera mantienen el control de estas torres y logran importantes cifras para reducir su pasivo, gracias al gran apetito de inversores por participar en un sector en crecimiento.

Un informe de Morgan Stanley de finales del año pasado avanzaba para 2020 un ascenso de esta industria, ante el creciente interés de los fondos y las necesidades de un mayor despliegue de las torres para la mejora de las redes. Las cifras que lanzaba este documento apuntaban a que se necesitarían unas 100.000 nuevas torres en Europa hasta 2025, a lo que hay que añadir la llegada del 5G. Esta nueva tecnología ofrece una mayor calidad de conexión pero, sin embargo, precisa de un mayor número de torres que el 4G porque las ondas tienen menor recorrido.

La última compañía en realizar un movimiento en este sentido es Vodafone. La multinacional británica ha creado Vantage, una filial con sus torres de telecomunicaciones en Europa, y que prevé sacar a Bolsa para intentar captar unos 5.000 millones en la operación. Deutsche Telekom o Telecom Italia también tienen con sociedades de este tipo y Orange anunció hace meses que estudiaba una operación similar. La española Telefónica no es ajena y cuenta con Telxius.

Telefónica tiene el control de esta sociedad, mientras que KKR cuenta con cerca del 40% de esta compañía y Amancio Ortega, fundador de Inditex, tiene el 9,9% del grupo. Invirtió 378 millones por hacerse con esta participación en 2018. El grupo cuenta con 30.000 torres, después de que la propia Telefónica le vendiera sus emplazamientos en Alemania en junio. Telefónica situó este negocio como una de sus piezas para “crear valor” en el futuro cuando anunció una reorganización interna hace un año, creando la filial Telefónica Infra, propietaria de Telxius. “Ambiciona ser una de las mayores unidades de infraestructuras de telecomunicaciones del mundo, preparada para canalizar la explosión del tráfico, y nos va a permitir aflorar el valor de un porfolio único de activos e incorporar posibles socios”, defendió su presidente José María Álvarez Pallete entonces.

En las últimas semanas, al calor del interés inversor que existe por este tipo de activos, la compañía ha comenzado a preparar dos operaciones vinculadas con Telxius. En primer lugar, el grupo ha contratado a Société Générale y Greenhill para poner a la venta el cable submarino que tiene en su filial de infraestructuras y que unen distintos puntos de América o América con Europa. En segundo lugar, Telefónica estudia reducir su presencia en la filial por debajo del 50% mediante la colocación a otros inversores. Ambos movimientos fueron adelantados por Cinco Días y han sido confirmados por este medio. La compañía ya intentó sacar a Bolsa esta filial en 2016, aunque al final reculó. Ahora, distintas informaciones aluden a que en el mercado se especula con que podría volver a intentarlo en 2021. Con estas operaciones, la compañía podría seguir reduciendo su deuda, que a 30 de septiembre era de 36.000 millones de euros.

Pero no son las operadoras de telefonía las únicas que están animando el sector, vendiendo participaciones en sus activos. Las conocidas como towercos independientes son los actores que están protagonizando algunas de las mayores operaciones corporativas en los últimos tiempos. Son empresas centradas en la infraestructura que se las compran a las operadoras y, posteriormente, alquilan su uso. Un ejemplo de ello es la española Cellnex, quien se ha convertido en uno de los mayores propietarios de torres de telecomunicaciones de Europa. El grupo, inicialmente filial de Abertis, comenzó a cotizar en 2015 y, desde entonces, ha ido engordando su cartera de activos en distintos países.

Recientemente ha cerrado una de las mayores operaciones de su historia, al acordar la compra de las torres de CK Hutchinson en Europa por más de 10.000 millones de euros. Este mismo año había cerrado un acuerdo con Iliad en Polonia para comprar el 60% de una sociedad con 7.000 emplazamientos por 800 millones o la compra de Omtel en Portugal por un importe similar. Con estos acuerdos, suma más de 100.000 torres de telecomunicaciones, repartidas por España, Italia, Países Bajos, Reino Unido o Portugal, entre otros mercados.

En un año como este, en el que el Ibex cotiza en negativo, pese a cerrar en noviembre el mejor mes de su historia, Cellnex es la cuarta empresa que más sube acumulando una revalorización de más del 40%. Es ya la sexta empresa española con un valor de 25.000 millones de euros. En comparación, Telefónica vale 6.000 millones menos. Un vistazo rápido al accionariado de Cellnex da buena muestra de la disparidad de inversores que han puesto su ojo en las torres de telecomunicaciones. Su primer accionista es la familia italiana Benetton, con su holding que tiene presencia en multitud de sectores. Le siguen el fondo GIC y el fondo soberano de Abu Dhabi. También está presente Criteria, el holding de la Caixa. Completan la lista distintas gestoras de fondos de todo el mundo, incluidos grandes nombres como Blackrock o Norges.

Dos empresas españolas en el 'top 5' europeo

Según un informe de Tower Exchange, un portal especializado, la empresa de torres de Vodafone es la más grande del continente, seguida por la española Cellnex, la alemana Deutsche Funkturm, ligada a Deutsche Telekom; Inwit, de Telecom Italia, y la filial de Telefónica, Telxius. El citado informe señalaba que al cierre de 2019, casi el 60% de las torres en Europa está en manos de operadoras de telefonía, mientras que los independientes tienen en torno a un 12%. Además, un 18% del total está en sociedades controladas por las operadoras pero con participaciones de otros actores. En apenas dos años esto habrá cambiado por completo, según las previsiones que ahí se trazaban. A finales de 2021, las operadoras tendrán en sus balances ya únicamente el 30% del total, mientras que los independientes subirán al 27% y las sociedades controladas por fondos y otros inversores junto con las operadoras serán el 35%.

Es en este proceso donde se está viendo un goteo continuado en los últimos años de operaciones que alcanzan los miles de millones de euros. Para dar una muestra del tamaño de este sector, un informe de S&P publicado en 2019 estimaba que las operadoras de telefonía europeas tienen en torno a 90.000 millones de euros en activos de este tipo, lo que iba a incentivar nuevas desinversiones y crecimiento de las operaciones. “Los inversores se sienten atraídos por el tamaño del mercado, una demanda estable y un fuerte perfil de flujo de caja, así como la oportunidad alcista disponible”, señalaba el informe.

Por tanto, aunque las operadoras sigan siendo actores fundamentales, sus movimientos para intentar sacar rédito económico de sus activos están dando entrada a todo tipo de inversores. En el listado no falta ni uno solo de los grandes nombres entre las gestoras de fondos más importantes del mundo. Blackrock, el mayor accionista del Ibex35; Vanguard o Norges Bank son algunos de los nombres que participan en algunas de las entidades más importantes. Incluso Blackstone, el mayor casero de España, tiene una importante presencia en el sector a través de Phoenix Tower, aunque principalmente fuera de Europa. También gigantes mundiales del capital riesgo, como KKR tienen importantes intereses en el sector.

Al informe anteriormente citado de S&P de 2019 le ha seguido otro, hace unos días, en el que se abría la puerta a que las infraestructuras de fibra óptica fueran el siguiente mercado en animarse de manera similar al de las torres de telecomunicaciones. “Los operadores convergentes como Altice y Telecom Italia han vendido partes de su infraestructura de línea fija y esperamos que sigan más operadores. Las partes interesadas de ambos lados de la venta de activos se beneficiarán”, señalaba el documento.

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