¿Cuál es el impacto medioambiental de una entidad financiera y qué hace para mitigarlo?

Tomás Muñoz M.

Cuando se aborda la materia medioambiental y el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU es habitual dirigir la mirada hacia determinadas industrias, especialmente aquellas más intensivas en emisiones CO2 o en aquellas con mayor uso de recursos naturales como son la metalúrgica, la química, la energética, la agroalimentaria o el transporte y la movilidad. Sin embargo, casi todos los entornos y actividades productivas tienen la posibilidad de contribuir positivamente en la lucha contra el cambio climático y promover la transición hacia un modelo más respetuoso con el planeta y las personas. Un ejemplo es la banca y el sector financiero, ámbito que, a priori, no parece especialmente afectado por esta cuestión, pero que, realmente, tiene mucho que hacer y decir al respecto.

Es el caso de Banco Sabadell, entidad que, coincidiendo con el Día Internacional del Medioambiente, que se celebra cada 5 de junio, ha querido compartir su compromiso “para la reconstrucción de una economía descarbonizada”, tal y como especifican fuentes de la propia compañía. ¿Cómo? “Movilizando recursos, identificando tecnologías y generando oportunidades, así como minimizando el impacto de riesgos climáticos y financiando gran parte de las inversiones necesarias para la consecución del Acuerdo de París, el Pacto Verde Europeo y la Agenda 2030”, concretan sus responsables.

Para conseguir estos objetivos, Banco Sabadell cuenta con cuatro ejes estratégicos: “Avanzar como entidad sostenible, acompañar a los clientes durante su transición, ofrecer oportunidades de inversión ESG (medioambiental, social y de gobernanza, por sus siglas en inglés) y trabajar para una sociedad más cohesionada”. Así, en el primer eje, la firma asegura haber reducido un 60% su huella de carbono en España y Reino Unido desde 2019 y “haber logrado la neutralidad en emisiones propias de CO2”. Para ello la entidad ha contado con diferentes actuaciones. Entre ellas, “la contratación de energía eléctrica se ha realizado con garantía de origen renovable desde 2005, se ha instalado energía solar en su sede corporativa y se ha fomentado la movilidad limpia”. La organización también afirma “haber reducido el consumo de materiales y de optimizar la gestión de residuos mediante un sistema de gestión ambiental certificado”. 

Por otra parte en aquellas áreas donde la reducción de emisiones no ha sido posible, la entidad ha realizado actuaciones de compensación a través de proyectos de reforestación. En materia de colaboradores, Sabadell explica que “monitoriza el rating ESG de sus proveedores” y “en colaboración con CO2 Revolution, se han reforestado 20,6 hectáreas de bosque y adquirido 5.542 toneladas de CO2 para plantar 23.580 árboles hasta 2022”, detallan.

65.000 millones en finanzas sostenibles hasta 2025

No obstante, quizá donde mayor impacto pueda tener la acción de una empresa financiera es actuando sobre sus propios clientes. Por esta razón, el Banco Sabadell reivindica su compromiso a la hora de “acompañar a sus clientes en la transición hacia una economía sostenible”. Para lograrlo “es fundamental movilizar recursos y crear soluciones orientadas hacia una economía baja en carbono que cubra todos los segmentos de mercado y que ofrezca financiación específica para operaciones en áreas como eficiencia energética, renovables, economía circular, movilidad e infraestructura”, destacan. 

Bajo esta premisa, “Sabadell tiene como objetivo movilizar 65.000 millones de euros en finanzas sostenibles entre 2021 y 2025”. De esta partida, la entidad ya ha superado los 25.000 millones de euros en el período 2021-2022 y más de 30.000 millones de euros en el primer trimestre de 2023, cubriendo el 47% de su objetivo, tal y como apuntan sus responsables. Al mismo tiempo, el banco está acompañando a las pymes con asesoramiento sectorial y también se ha comprometido con la descarbonización y ha establecido objetivos a 2030 para grandes empresas en cuatro sectores intensivos en emisiones (electricidad, petróleo y gas, cemento, y carbón). Ante los retos de transición energética “Hemos invertido y financiado en renovables, ofreciendo asesoramiento especializado, incluyendo la identificación de subvenciones y la cualificación para los fondos NextGenerationEU”, subrayan.

El tercer eje del plan medioambiental de Sabadell se basa en impulsar la inversión en  descarbonización, esta vez apostando por tecnologías y proyectos verdes. A través de Sinia Renovables, su división de inversión en capital con más de 25 años de experiencia, el banco ofrece soluciones integrales en energías limpias, promueve el uso de biogás y el autoconsumo fotovoltaico. Por otra parte, el banco emite bonos vinculados a los ODS y participa en la emisión de bonos sostenibles propios y de clientes, tal y como recoge su plan. 

Finalmente, el último pilar de la estrategia de la entidad con impacto en la sociedad se canaliza —entre otras actuaciones— con colaboraciones en programas de inclusión, empleabilidad y educación financiera participados por voluntariado corporativo. Además, a través de la Fundación Banco Sabadell se respalda la investigación, la educación, la cultura y las artes. Dos ejemplos de ello son el Premio a la Sostenibilidad Marina, en el que se distingue a un/a investigador/a que haya desarrollado un trabajo de investigación sobre la explotación sostenible de los recursos marinos —tanto en industrias tradicionales como en sectores emergentes— o en la regeneración del capital natural marino. Y la participación como miembro del Comité de Pilotaje de Fundaciones por el Clima, una coalición filantrópica colaborativa para impulsar un movimiento de concienciación para la emergencia ambiental. Estas son algunas muestras de cómo una entidad financiera, como Banco Sabadell, apuesta e interactúa con el medioambiente.