La empresa Ambulancias Gipuzkoa, que presta el servicio externalizado de Osakidetza en Álava desde hace un año bajo la marca Araba Anbulantziak, ha recibido un requerimiento de la Inspección de Trabajo para que convierta en trabajadores indefinidos de su plantilla a una quincena de empleados que tenían contratos de formación de dos años. Los sindicatos ESK y ELA, que tienen mayoría en el comité de empresa, habían denunciado que la cooperativa actuaba en fraude de ley porque su intención no era formar nuevos profesionales sino usar esa herramienta, que ofrece ventajas económicas en las cuotas de la Seguridad Social, para ahorrar costes.
La resolución de la Inspección de Trabajo, a la que ha tenido acceso este periódico, data de finales de agosto y, según fuentes sindicales, todas las personas afectadas han quedado ya regularizadas. Ambulancias Gipuzkoa gestiona los contratos de transporte sanitario programado y urgente en Álava desde el otoño de 2024, tras la abrupta salida de la catalana Grup La Pau fruto de deudas, decenas de informes negativos de la Inspección de Trabajo y otras irregularidades. Antes ya realizaba esa misma labor en Gipuzkoa. En el caso de Bizkaia, donde también operaba Grup La Pau, el relevo lo tomó una nueva marca llamada Bizkanb, una UTE de la rama sanitaria de Alsa (Sanir) y Baztan-Bidasoa.
En Álava, Ambulancias Gipuzkoa dispone de unos 220 operarios para 16 ambulancias (en la parte urgente) y otros vehículos para los desplazamientos no asistenciales. Se apunta a un “elevado absentismo estructural” que ha obligado a la empresa a disponer de fórmulas para cubrir las bajas, tales como una bolsa de eventuales, personal indefinido pero “correturnos” -que van tapando agujeros, sin plaza fija, y son un 22% del total- y, finalmente, los “contratos formativos”. Sin embargo, en este caso se requiere un servicio tutorizado “siempre acompañado de otro profesional con contrato ordinario” y del seguimiento de un plan de formación.
La Inspección de Trabajo ha constatado que el tutor de estos trabajadores no tenía contacto directo con ellos -de hecho se apunta que a algunos ni siquiera los conocía- y que no hay registro de las prometidas 50 horas de formación teórica y 840 de práctica. Inicialmente, se propuso que pasaran a ser fijos “discontinuos” pero, finalmente, se requirió que se convirtieran en “indefinidos ordinarios”, como así ha ocurrido.
“En menos de un año de contrato ya se han levantado varias actas de Inspección de Trabajo haciendo requerimientos a la mercantil, siendo la más grave está. Desde ESK y ELA lamentamos la falta de diálogo por parte de la empresa con la representación de las personas trabajadoras y su imposición de normas internas, pese a incumplirse el convenio colectivo. Lamentamos también la falta de control, una vez más, del Gobierno vasco hacia las subcontratas. Como podemos ver, recortan y ningunean los derechos laborales más básicos”, indican los sindicatos.
Ambulancias Gipuzkoa alega que “no fue posible” establecer un plan de formación para este grupo en 2025 “ya que los primeros meses del servicio han estado centrados en organizar y garantizar la prestación del servicio”, que es “esencial” para la ciudadanía, tras la repentina marcha de Grup La Pau. Añaden que “actualmente se está trabajando en la planificación de acciones formativas para el tercer cuatrimestre de 2025”. Los contratos, en todo caso, han pasado ya a ser fijos de plantilla. En pocos meses deberá renovarse el servicio de ambulancias externalizadas en Euskadi ya que se dio un plazo de catorce meses a las adjudicaciones de urgencia para cubrir la marcha de Grup La Pau.
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