La 'guerra del vestuario' en Petronor se estanca y queda en manos del juzgado

La primera huelga indefinida en la historia de Petronor está estancada y a la espera de que la solución venga de manos del juzgado. La huelga, que se ha dado en denominar la 'guerra del vestuario', cumple ya más de 40 días –arrancó el pasado 25 de septiembre– y ha puesto de manifiesto desencuentros enquistados entre la plantilla y la empresa, pero también entre la plantilla y la mayoría del comité de empresa que conforman UGT y CCOO, ya que la asamblea rechazó de forma mayoritaria el preacuerdo que habían alcanzado la dirección de la empresa con estos sindicatos.

El pasado lunes la asamblea rechazaba por 333 votos en contra frente a 84 a favor aceptar la oferta de la empresa que, en cierto modo, reconocía una modificación de las condiciones laborales de los trabajadores al ofrecer una compensación de seis días libres por al año por la prolongación de la jornada diaria. La asamblea consideró que no es suficiente compensación porque el cambio en la ubicación de los vestuarios supone añadir media hora más a cada jornada laboral. Pero además, la protesta se ha convertido en una cuestión 'más de fuero que de huevo' . Es decir, no es tanto la media hora, que también, sino exigir el “respeto a unas condiciones de trabajo consolidadas durante más de 50 años, al convenio y a la negociación”, en el marco de unas relaciones laborales que consideran “cada vez más deterioradas”.

El origen del conflicto está en el cambio de ubicación de los vestuarios, que se han centralizado en la entrada de la refinería. La empresa argumenta que se ha hecho por motivos de seguridad y que ha invertido en las nuevas instalaciones seis millones de euros. El cambio de lugar supone que, si antes los trabajadores fichaban y luego se cambiaban y en el momento de la salida, se cambiaban, y luego fichaban, con el cambio de ubicación los relevos y la ficha se realizan con la ropa de trabajo puesta. Es decir, el turno de trabajo empieza a contar cuando el trabajador ya está cambiado, y finaliza en el momento que da el relevo al compañero, sin contabilizar el tiempo de cambio de ropa, que consideran que “añade casi 30 minutos cada día”, denuncian los trabajadores. Se trata de ropa de trabajo tipo EPI, que no se puede sacar de la refinería.

Los sindicatos presentes en el comité, UGT, CCOO, ELA y TU (Trabajadores por la Unidad) denunciaron la decisión de la empresa ante el Juzgado de lo Social, que vio la causa justo el día después de que la asamblea decidió no votar el preacuerdo al que habían llegado los sindicatos mayoritarios y la empresa. Así que el juez, antes de tomar la decisión final sobre si se vulneran o no los derechos laborales de los trabajadores, les dio un plazo de diez días para votar el texto del preacuerdo que se habían negado a valorar. Lo votaron, sí, pero la respuesta fue un rotundo no. Ahora será el Juzgado el que dirima si, como defienden los trabajadores, la dirección ha realizado una modificación sustancial de sus condiciones laborales y debe restablecer las vigentes hasta ahora, o no.

Tras conocerse el resultado de la asamblea los sindicatos emplazaron a la dirección de la refinería a sentarse a negociar, pero la empresa ha preferido que sea el juzgado el que decida. “La empresa deja en manos de los tribunales la decisión de la denominada 'guerra de los vestuarios'”, señalan. Mientras tanto la refinería está viendo mermada su producción, pese a los importantes servicios mínimos por ser un servicio esencial, con fuerte incidencia en las exportaciones. Los sindicatos siguen con las movilizaciones a la espera de que se pronuncie el juzgado. Esta semana se han concentrado ante la sede de Kutxabank, ya que el banco vasco tiene un 14% de la filial de Repsol.