Feijóo baja los impuestos a rentas altas y bonifica la fiscalidad de patrimonios por encima de 700.000 euros

La Xunta va a aplicar en 2022 varias rebajas de impuestos. La intención declarada por el presidente autonómico, Alberto Núñez Feijóo, es la de “facilitar llegar a fin de mes” a los ciudadanos y evitar que Galicia sea parte de lo que ha considerado “una subida indiscriminada” de los tributos en España. Pero quienes más van a notar los cambios serán personas con rentas entre medias y altas y contribuyentes con un patrimonio elevado. Para las rentas más abultadas de la lista o bien se mantiene el statu quo o apenas se sube un punto el tipo impositivo.

Feijóo llevaba meses anticipando una rebaja fiscal para el próximo ejercicio y se ha referido varias veces en las últimas semanas a que esta era una de las promesas electorales con las que se presentó a los comicios autonómicos de 2020. Unos días antes de que se presentase el proyecto de las cuentas públicas para el año que viene, durante el debate sobre el estado de la Autonomía, avanzó unos tributos más bajos para el próximo ejercicio y matizó luego que la bajada sería “prudente”. Esa prudencia se traduce en que quienes más van a notar que afloja la presión fiscal son los que tienen que pagar el impuesto sobre el patrimonio -tiene un mínimo exento de 700.000 euros-, que van a tener una bonificación del 25%, y quienes presenten declaraciones de la renta en los tramos entre 27.700 y 35.200 euros y entre 47.600 y 60.000 euros de base liquidable -es decir, aplicadas ya las deducciones posibles.

Tras la aprobación del proyecto de presupuestos el pasado lunes en el Consello de la Xunta, el presidente reflexionó sobre la “incertidumbre y los obstáculos” que se presentan en el horizonte pospandémico. Los gallegos, dijo, “padecen las subidas indiscriminadas y constantes” de la factura eléctrica. Afrontan lo que llamó el impuesto “más injusto”. Según Feijóo, es el IPC -el principal indicador para medir los precios-, que está en sus niveles más altos en 13 años. Galicia no quiere, en este contexto, ser “parte del problema”, defendió. Su conselleiro de Facenda, Miguel Corgos, insistió también en la idea de que los tramos más altos del IRPF no iban a tener rebajas y señaló que se aligeraría la carga para el 90% de los contribuyentes gallegos mediante una modificación de la parte de este impuesto que está cedida a la comunidad.

La propuesta de la Xunta es ya pública. En el IRPF, un impuesto en el que hay una parte estatal y otra autonómica, lo que plantea es que los dos tramos más bajos tengan una bajada de 0,1 puntos en el tipo impositivo. Supondría pasar del 9,5% al 9,4% en las bases liquidables hasta 12.450 euros y del 11,75% al 11,65% en las que van de esa cantidad a los 20.200 euros. En el siguiente escalón, hasta 35.200 euros, la rebaja se notará más: se agrupan lo que antes eran dos tramos distintos y pasan de tipos del 15,5% y el 17% al 14,9%.

En el siguiente peldaño la bajada llega a 2,1 puntos en el tipo que se aplicaba desde 2016. Las bases hasta 47.000 euros se quedan prácticamente igual, pero las que están entre esa cantidad y los 60.000 euros pasarán de pagar en el tramo autonómico un 20,5% a un 18,4%. Por encima de esa cuantía y hasta los 100.000 euros el tipo sigue en el 22,5% y se crea un tramo por encima de los 100.000 euros que deberá pagar un 23,5%.

Según los cálculos del conselleiro de Facenda, el impacto de las rebajas en el IRPF será de unos 60 millones en los ingresos de las arcas gallegas. Si se suman todas las medidas fiscales anunciadas, la cantidad sube al entorno de los 80 millones. Además del impuesto sobre la renta y el del patrimonio, los cambios alcanzan al de transmisiones, cuyo tipo normal bajará del 10% al 9% en 2022. Hasta el momento se estaban aplicando tipos reducidos para algunos casos en este tributo: el 7% para la compra de vivienda habitual con límite de patrimonio; el 5% si la adquisión se hace en zonas poco pobladas; el 3% para menores de 36 años, personas con discapacidad y familias numerosas; y una exención para estos colectivos si la operación es para comprar una vivienda habitual en áreas despobladas. Estas medidas se mantienen.