El PSOE pierde poder territorial en Galicia y encara el nuevo ciclo electoral sin resolver la maraña de su liderazgo

Beatriz Muñoz

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En la resaca de la jornada electoral, el mensaje lanzado públicamente por el PSOE gallego fue el de “no flagelarse en exceso” por los resultados de las municipales. Los datos no son buenos para los socialistas en Galicia, con una caída en votos que los aleja del PP como fuerza con más apoyos, la pérdida de dos ciudades –una en favor del PP y otra, del BNG–, la salida de una de las tres diputaciones provinciales que controlaban y el suspense por un puñado de papeletas en la de Lugo. Pero han salvado algunos muebles en la comunidad y el descalabro no ha sido el de otros territorios. Conservan Vigo –con otra mayoría absoluta de Abel Caballero–, A Coruña y Lugo. Y confían en que la mitad de las diputaciones seguirán bajo su mando tras el recuento definitivo.

El secretario general del PSdeG, Valentín González Formoso, encuadró la caída en la “ola nacional” de los socialistas y hasta ahí llegó su análisis crítico en la noche electoral. Hizo una lectura “optimista” del mensaje de las urnas por la cuota de poder que mantiene. Tres días después, tras la Comisión Executiva Nacional Galega, esquivó la caída en votos de la formación y recalcó que los socialistas gobernarán en 100 municipios y tienen posibilidades en otros 13. Van a buscar un acuerdo marco con el BNG, que confirmó su recuperación, para investir gobiernos que dejen al margen al PP en donde sea posible, añadió. Dentro del partido, sin embargo, siguen surgiendo voces críticas. El anterior jefe de filas, Gonzalo Caballero, hizo una comparación con las elecciones de 2019, en las que el PP sacó una ventaja de 8.000 votos al PSOE. El pasado domingo la distancia se incrementó por encima de los 130.000.

El propio Formoso ha conseguido retener la Alcaldía de As Pontes de García Rodríguez (A Coruña) con siete concejales que le dan la mayoría absoluta. El reverso es que hace cuatro años logró 12 asientos en el consistorio, cinco más que ahora. También retienen los socialistas la Diputación de A Coruña, que preside hasta ahora el propio Formoso. Son piezas para un puzle que el partido tiene pendiente de resolver, el de la falta de un líder claro, y que va a continuar enmarañado al menos hasta septiembre. El adelanto electoral anunciado por Pedro Sánchez va a retrasar el proceso de primarias hasta después del verano. Aunque el secretario general es formalmente el líder entre los socialistas gallegos, el puesto de candidato a la Xunta está en disputa.

Apartado durante años de la primera línea política por sus imputaciones en varias causas, José Ramón Gómez Besteiro ha quedado completamente restituido en el PSOE en los últimos meses. A punto de terminarse 2022, se archivó la última cuenta que tenía pendiente con la Justicia y, pocos meses después, el partido aprovechó el cambio en el Gobierno central obligado por la candidatura de dos de sus ministras en las municipales para llevarse al gabinete de Pedro Sánchez al delegado del Gobierno en Galicia, José Miñones, y dejar en su lugar a Besteiro, de vuelta a los focos y la actualidad política. No solo eso: tuvo actos electorales diarios durante la campaña y se prodigó con candidatos socialistas de toda la comunidad. Antes de las municipales, Formoso apuntaba a que las primarias del partido para decidir quién le disputará la Xunta a Alfonso Rueda serían tras esa cita electoral. Pero entre las fichas que quedan movidas en el tablero con la convocatoria del 23 de julio está este proceso interno del PSOE en Galicia. Son, al menos, cuatro meses más de suspense y otros comicios sin líder claro.

Nueve puntos de distancia con el PP

Las listas municipales del PSdeG reunieron 420.000 votos el 28 de mayo. Son el 29,17% del total de todas las papeletas válidas en Galicia. Comparados con sus datos de 2019, la caída es evidente: son casi cuatro puntos menos en porcentaje de voto y 76.000 papeletas de descenso. También es una brecha abierta con respecto al PP, que hace cuatro años estaba en horas bajas. Entonces los populares aventajaron a los socialistas en poco más de 8.000 papeletas y poco más de medio punto en porcentaje de votos. Ahora esa distancia se ha ensanchado hasta los nueve puntos, los que van del 29,17% del PSdeG al 38,45% del PPdeG.

Las papeletas se traducen en un total de 1.010 concejales socialistas, que son 171 menos que hace cuatro años. La pérdida de respaldos en los partidos judiciales de Pontevedra, Tui y Vigo ha sido la que ha llevado a que el PSOE pierda la Diputación de Pontevedra tras gobernarla durante ocho años. Carmela Silva, hasta ahora presidenta y una de las personas más cercanas a Abel Caballero dentro del partido, ha admitido que “para nada” se esperaba este escenario. El propio alcalde de Vigo ha tenido un retroceso dentro de su incontestable mayoría absoluta: ha bajado un edil y ha obtenido 19 de los 27 posibles. Lo han votado casi 19.000 personas menos.

Los socialistas se han encontrado con otra sorpresa desagradable en el escrutinio en Santiago de Compostela. El panorama electoral ha dado un vuelco en la capital gallega y el BNG, liderado por Goretti Sanmartín, ha superado al PSOE en número de votos, aunque hay un empate en concejales (seis cada uno). El batacazo socialista se materializa en una caída de 18.000 a 10.500 papeletas, es decir, una pérdida del 42% de los apoyos recibidos en las elecciones de 2019. La misma noche electoral Xosé Sánchez Bugallo, alcalde entre 1998 y 2011 y de nuevo en este último mandato, anunció su retirada. En ninguno de los escenarios, dijo, consideraba posible que el BNG acumulase más votos que el PSOE.

Sí entraba en los cálculos de las formaciones el cambio en el Ayuntamiento de Ferrol, una ciudad que se resiste a elegir el mismo alcalde para dos mandatos consecutivos. El socialista Ángel Mato va a dejar el cargo en manos de José Manuel Rey Varela (PP), que ya fue regidor entre 2011 y 2015 y que ha logrado la mayoría absoluta que necesitaba para gobernar.

Unas decenas de votos en la Diputación de Lugo

La parte más reconfortante de los resultados electorales para los socialistas está, además de en Vigo, en la ciudad de A Coruña, en donde Inés Rey mejoró su posición, al pasar de nueve a 11 concejales, a pesar de tener 1.000 votos menos (también bajó la participación y se emitieron 9.000 votos menos en total). La Diputación también va a seguir, vía pacto, en manos socialistas. En Lugo capital también hay tranquilidad: Lara Méndez retiene los ocho ediles que tenía e incluso sube ligeramente el número de votos y podrá pactar con el BNG para seguir en la Alcaldía.

Sin embargo, el partido está pendiente del recuento definitivo para confirmar que conserva la Diputación lucense. Los datos del Ministerio del Interior se la entregan actualmente al PP, pero los socialistas aseguran que se debe a un error en la transcripción de los votos en dos mesas y que, una vez subsanado, quedará de nuevo en sus manos. En el partido se ha abierto el debate sobre quién debe ocupar la Presidencia si retienen el ente provincial. El puesto lo ocupa actualmente José Tomé Roca, alcalde de Monforte, en donde ha revalidado su mayoría absoluta, pero se está discutiendo que vuelva a ser el candidato para la Diputación.

Los resultados del 28 de mayo han dejado de nuevo un frente abierto en Ourense, también en el lado socialista. La dirección provincial acordó iniciar negociaciones con el líder de Democracia Ourensana, Gonzalo Pérez Jácome, tras su sorprendente ascenso en apoyos, para intentar desbancar a José Manuel Baltar de la Diputación. Pero la maniobra ha sido desautorizada por la cúpula autonómica, que dice que no va a negociar “nada” con el regidor de la capital provincial.