Ana López, gerente de Porto Pi: “Somos un lugar de abastecimiento, pero también de experiencias humanas”

Primeras citas, primeros empleos y padres que recuerdan cómo eran de pequeños Porto Pi y ahora van con sus hijos. Hace tres décadas que abrió, en Palma, el primer centro comercial de Baleares: una nueva forma de hacer vida, siguiendo el modelo de otras ciudades de Europa que ya contaba con estos nuevos epicentros que cambiaron la manera de consumir. La velocidad de estos cambios y sobre todo, la percepción de cómo seguirán evolucionando en el futuro, hace que el centro tenga que estar preparado para adaptarse a una capacidad vertiginosa. Ana López, con casi un lustro a sus espaldas como gerente de Porto Pi, asegura que siempre están atentos para estar en línea con lo que demandan los usuarios, los vecinos y también la ciudad de Palma.

¿Cómo fue el momento en que el centro comercial, el primero de Mallorca y de todas las islas, abrió sus puertas? 

Para Palma fue todo un reto y una disrupción porque reformuló las formas habituales de ocio, fue tanto el éxito que al principio se sufrieron problemas de tráfico y aglomeraciones. Sobre todo supuso la creación de un nuevo tipo de comercio, la aparición de las marcas en un momento en que solo se tenía acceso a ellas cuando se viajaba, porque el panorama comercial de la ciudad estaba conformado principalmente por negocios familiares. 

Entonces el hábito de comprar no tenía nada que ver con el de ahora.

Nada que ver, hubo una transformación en los hábitos de consumo, porque las familias venían a comprar, pero luego también se quedaban para ir al cine o a tomar algo. Porto Pi además albergaba todo tipo de comercios en un solo espacio: el local, el nacional y el internacional. Eso es lo que sucedía en los centros comerciales, que los negocios hallaban una manera de expandirse. Al pequeño comercio lo empujó a crear luego sus propias cadenas, como sucedió por ejemplo con Nicole, una pequeña tienda del centro de Palma, o con Tintín. También atraía a los turistas (y los sigue atrayendo), al estar muy integrado en la ciudad, cerca del puerto -donde en verano atracan cada día cruceros-, y a medio camino de Calvià, donde hay mucho residente y visitante en época turística.

La exposición conmemorativa repasa la historia del centro desde que se fundó, en 1995 ¿hay alguna anécdota que simbolice estos 30 años?

Ha sido una exposición muy emotiva porque se ha hecho a partir de aportaciones: fotos, vídeos y testimonios de los propios ciudadanos. Una mujer nos contó que había conocido en Porto Pi a su marido y guardaba una camiseta de una de aquellas promociones de los noventa. Ahora viene con sus hijos. Te lo cuentan con cariño porque es parte de su vida, han crecido con el centro y el centro también ha crecido con ellos. La exposición recoge fotos de la inauguración y luego, de cómo hemos ido cambiando con la ciudad.

¿Cómo se ha adaptado Porto Pi las tendencias emergentes de consumo, como el comercio online?

En su momento, cuando empezó el e-commerce, se vaticinaba lo peor para los centros comerciales, pero eso ya ha quedado superado. Ahora se ve como un nuevo canal y una oportunidad, porque para muchos establecimientos es una forma adicional de promocionar sus productos. Luego hay otros sectores, como el de la alimentación, donde las compras son recurrentes y suelen hacerse en persona. Ir de compras, además, es una manera más de socializar. El nuevo hábito de consumo ha integrado las compras online pero también ha mantenido el factor humano. Los centros comerciales nos hemos sabido adaptar, porque somos un lugar de experiencias humanas. Somos como una pequeña ciudad, para poder reunirse y descubrir, de ahí que las experiencias culturales formen parte de nuestro ADN.

Este aniversario ha venido acompañado de una fuerte apuesta por la programación cultural.

Las experiencias forman parte de la manera que tenemos en Porto Pi de entender la relación con nuestros visitantes y vecinos. La semana pasada encendimos la Navidad con el musical de Aladdin de la mano del Auditòrium de Palma y también tenemos festivales de arte, conciertos, actividades infantiles... Todo eso, la música, el arte y la diversión, van a seguir ocurriendo más allá del aniversario. De hecho, ya tenemos el plan para el año que viene, nos gusta sentirnos parte de una comunidad.

¿De dónde nace la apuesta de Porto Pi de reforzar su papel como dinamizador cultural en la ciudad? 

Pensamos que la cultura tiene una voluntad transformadora brutal que no tiene ninguna otra actividad. También apoyamos los objetivos del milenio, que son los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). La cultura es uno de ellos, aunque ha formado siempre parte de nuestra historia. La candidatura de Palma a Ciudad Europea de la Cultura 2031 encaja muy bien con esta identidad.

El centro se ha adherido al Manifiesto de Apoyo para que Palma se convierta en referente cultural en Europa ¿cómo puede contribuir el centro comercial a la candidatura?

Firmaremos el manifiesto y seguiremos haciendo lo que hemos hecho hasta el momento, pero lo haremos de manera más expresa, fomentando las actividades que apoyen la identidad de Baleares, de Mallorca y de la ciudad de Palma, mostrando al visitante las distintas identidades locales para que entiendan la riqueza histórica, artesanal y gastronómica de las islas. La idea es que cuando se vayan, no se queden solo con las playas, sino que hayan conocido la cultura local.

Fuera del centro, se está construyendo el nuevo paseo marítimo ¿qué cambios traerá al centro comercial?

Lo fundamental es que va a hacer más amable y más humano el paseo llegando desde el centro porque se podrá recorrer el bici, en patines, andando.... De hecho, solo queda por edificar el tramo de Porto Pi. Por nuestra parte, hace unos años hicimos una reforma y la fachada del centro ya está adaptada al nuevo paseo marítimo y también contaremos con un par de plazas para hacer eventos. La verdad es que está reforma encaja aquí como un guante.

Después de tanto recorrido, ¿qué le gustaría que fuera Porto Pi dentro de otras tres décadas?

Es tan difícil imaginarse el futuro, el mundo cambia a velocidades increíbles. Nuestra intención siempre será seguir adaptándonos a los nuevos retos. De momento venimos apostando por la sostenibilidad en todos los ámbitos, por ejemplo, centrándonos en el residuo cero e integrando a todos los sectores sociales. Creemos que las ciudades del futuro van por ahí y por eso nos centramos en esa línea. Por lo demás, estaremos muy atentos para satisfacer las demandas de nuestros usuarios, nuestros vecinos y nuestra ciudad.