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Cristina Fernández de Kirchner reaparece tras el intento de asesinato: “Estoy viva por Dios y la Virgen”

La vicepresidenta Cristina Fernández, este jueves por la tarde en el Senado de la Nación.

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“Yo siento que estoy viva por Dios y la Virgen”, ha dicho la vicepresidenta Cristina Kirchner, emocionada, en su primera aparición pública después del intento de ataque que sufrió el pasado 1 de septiembre en la puerta de su casa, en el barrio porteño de Recoleta.

La expresidenta se presentó este jueves por la tarde y habló en el Senado de la Nación, durante una reunión con los llamados Curas Villeros y Curas en Opción por los Pobres (OPP) y hermanas religiosas y laicas.

“Me pareció que si tenía que agradecer a Dios y la Virgen, tenía que hacerlo rodeada de curas por los pobres, de curas villeros y de hermanas laicas y religiosas. Me hubiera gustado que estuvieran mis amigas las Carmelitas de San Nicolás, pero no pueden porque son de clausura”, remató Kirchner, entre risas de los presentes.

Sobre la Misa por la Paz y la Fraternidad del sábado pasado, dijo: “Me hubiera gustado estar el otro día en la Basílica de Luján, pero iba a haber mucha seguridad y no, no… no quería entorpecer con mi presencia lo que era un momento muy especial”.

La vicepresidenta aprovechó su aparición para contar algunos detalles de lo que habló con el Papa Francisco, quien la llamó “bien tempranito” el viernes 2: “Estuvimos hablando por teléfono y me dijo que los actos de odio y de violencia siempre son precedidos por palabras y verbos de odio y de violencia”.

Al terminar con la anécdota, añadió que no quería hablar de eso de ese día. “Yo quiero hablar de mi país, de nuestro pueblo, de lo que ustedes ven y viven junto al pueblo en los barrios”, dirigiéndose a los curas y mencionando a la inflación, los precios y “la necesidad de la gente”.

Kirchner trató también sobre las horas previas al hecho: “Yo ese día que llegué había estado en el Senado hasta las 8:30 y la verdad que estaba feliz, porque ese día tuvimos una reunión con YPF y con los de la empresa Petronas, que habíamos tenido una acuerdo allá por el año 2014 cuando recuperamos YPF y ellos van a hacer una inversión muy importante en Argentina”.

En línea con lo que dijo el presidente Alberto Fernández, remarcó que “lo más grave” no es lo que le pudo haber pasado a ella. “Lo más grave fue haber roto un acuerdo social que había desde el año 1983. Yo siento que la recuperación de la democracia no fue solamente que podamos volver a votar o elegir a las autoridades. Yo entiendo que recuperar la democracia fue recuperar la vida y la racionalidad, que podamos discutir la política”.

Sobre la situación económica que atraviesa el país, la vicepresidenta admitió el problema de la inflación: “El problema es que la inflación viene porque no tenemos moneda”. “Hay que ponerse de acuerdo mínimamente en eso para volver a reconstruir. Cuando yo fui a hablar con Melconian lo hice con esa intención, y sigo con la misma intención de siempre”.

En su discurso, llamó la atención la frase de que “es cierto que todos los dirigentes políticos quieren ser presidente, como dicen los curas que quieren todos ser Papa, ¿no?”. Tras decir eso, apuntó: “Y la verdad que en mi caso yo fui presidenta dos veces. O sea: la máxima ambición que tiene un político, una política en Argentina, que es ser presidente, yo la tuve por partida doble”. Por último, finalizó con “no son esas las cosas que me seducen ni las cosas que me animan. Las cosas que me animan son ver si realmente podemos salir”.

Con el diario de sesiones del Senado del año 1929 sobre la mesa, contó “el problema que en cierta medida tienen los argentinos y que arrastramos en los 200 años de historia”, haciendo un paralelismo con el atentado contra la vida del expresidente Hipólito Yrigoyen el 24 de diciembre 1929, cuando un agresor le disparó cinco veces. Asimismo, hizo referencia a un discurso del senador radical Del Valle, quien se manifestó sobre el hecho diciendo: “Ese atentado no ha sido sino la consecuencia de la actitud intemperante y desorbitada de la prensa, de partidos y aún, señor presidente, del mismo honorable Senado”. “Cualquier similitud no es coincidencia”, señaló la vicepresidenta.

La exmandataria, en una llamada de atención al ministro de Seguridad Aníbal Fernández y al operativo policial de la Federal, dijo que “el otro día cuando pasó lo que pasó” fueron los militantes los que detuvieron a quien la había intentado matar: “Los militantes, no fue la policía, fueron los militantes los que lo detuvieron”. Y continuó: “No solamente lo detuvieron. Fracasado el primer disparo, intentó montar nuevamente el arma y se lo impidieron, pero no hicieron justicia por primera mano, ni lo lincharon, ni nada. Hicieron lo que corresponde hacer a ciudadanos democráticos y cristianos. Lo entregaron a la policía, a la ley”.

Cuestionando la discusión sobre una ley “contra los discursos de odio”, la presidenta del Senado declaró: “No creo que tengamos que sancionar ninguna ley especial, sinceramente, no creo que reconstruir eso que tanto trabajo nos costó lograr a partir de 1983 no requiere la sanción de ninguna ley. Las que ya están vigentes alcanzan y sobran. Lo que hay que poner es mucha institucionalidad, mucho respeto democrático y cívico”.

Por último, Fernández volvió al tema de la actual situación socioeconómica de Argentina, comparando este momento con el de sus dos mandatos y el de Néstor Kirchner: “Había trabajo, había esperanza, había expectativa y yo creo que eso es lo que tenemos que volver a construir entre todos y todas, y hacerlo con la actitud de hablar con todos, con los que nos gustan y con los que no nos gustan, como hacía Cristo, en definitiva. Me puse un poquito mística ahora”.

En esa línea religiosa, terminó sus palabras diciéndole a la audiencia: “Gracias por venir y le copié una cosa a Francisco, ahora digo ‘por favor, recen mucho, mucho por mí’, pero recen mucho porque lo necesito”.

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