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Doug Emhoff, el primer “segundo caballero” de Estados Unidos

Miranda Bryant

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Como primera vicepresidenta y primera mujer de color que asume este cargo, la carrera de Kamala Harris hacia la Casa Blanca es un hito histórico.

Jill Biden, esposa del presidente electo Joe Biden, asumirá el título de “primera dama”. A las mujeres de los anteriores vicepresidentes siempre se les dio el nombre informal de “segundas damas”. Ahora, después de que Harris haya conseguido romper un techo de cristal, su marido, Doug Emhoff, se sitúa en una posición sin precedentes como el primer “segundo caballero” de Estados Unidos. Este californiano de 56 años, abogado del sector del entretenimiento y padre de dos hijos, también se convierte en la primera persona judía que asume este rol.

En la primera aparición conjunta con Harris como su compañera en el ticket electoral, Biden dijo: “Doug, en este nuevo rol que vas a desempeñar tendrás que aprender qué significa romper techos de cristal”. Todo parece indicar que se siente cómodo en este papel.

“No soy una persona muy política”, señaló en declaraciones a la revista Marie Claire en octubre: “Lo que sí soy es su esposo”.

La descripción que hace de sí mismo en Twitter, donde ha publicado sin parar fotografías y videos de la campaña, es “padre, marido de @kamalaharris, abogado, aspirante a golfista, defensor de la justicia y la igualdad”.

El secreto de los Kennedy

Sin embargo, no es alguien que se limite a apoyar a su mujer. También ha demostrado ser un activo en la campaña. En declaraciones al Washington Post, Eric Garcetti, alcalde de Los Ángeles y copresidente nacional de la campaña Biden-Harris, señaló recientemente que Emhoff ha sido su “arma secreta”.

Por su parte, Barbara Perry, directora de estudios presidenciales del Centro Miller de la Universidad de Virginia, ha indicado que Emhoff ha tenido un “gran éxito”, tanto durante las primarias como en las presidenciales.

“Un indicador claro de que alguien es un activo en una campaña es cuando lo mandas a algún sitio solo y no necesita a su pareja o familiar. Este era el secreto de la familia Kennedy”, señala.

Emhoff, que pasó su infancia en Brooklyn y Nueva Jersey y en su adolescencia se mudó con su familia a Los Angeles, ha indicado que los viajes que hizo a lo largo y ancho del país durante las primarias, en un contexto en el que Harris se postulaba como posible candidata presidencial, “realmente le abrió los ojos”.

En una entrevista en un canal de YouTube, le explicó a Chasten Buttigieg, cuyo esposo, Pete, también se postuló para presidente, que informaba sobres sus viajes con “notas desde el terreno”.

Aunque cuando Harris hizo campaña para el Senado él ya desempeñó un papel activo, ha reconocido que sus primeros actos de la campaña presidencial fueron una “prueba de fuego”. Ha explicado que en estos mítines intentó “hablar de la forma más sincera posible” sobre Harris y se valió de su experiencia como abogado.

Buttigieg, que trabaja como profesor, ha indicado que cuando lo conoció en un debate de las primarias demócratas en junio de 2019 le pareció “encantador”. Los dos acompañaban a sus cónyuges y se sentían como “peces fuera del agua”. Se hicieron buenos amigos.

En su opinión, Emhoff será un gran “segundo caballero” ya que es alguien que tiene la voluntad de ayudar y ser útil “y no se trata de una pose, lo cual es una buena noticia”. También comentó: “Doug sabe qué hacer para que las personas sonrían, se sientan incluidas, y les habla sobre cosas con las que pueden conectar. Con independencia del rol que decida desempeñar, es importante que no pierda estas cualidades y siga siendo la misma persona que fascina al público, alguien en quien se pueden proyectar”.

Cita a ciegas

Emhoff y Harris se conocieron en una cita a ciegas en 2013 organizada por una amiga de Harris, Chrisette Hudlin. Emhoff afirma que fue “un flechazo”. Se casaron un año más tarde. Harris se convirtió en madrasta o “Momala” (juego de palabras entre madre y Kamala) de los dos hijos de él, Cole, de 26 años, y Ella, de 21, fruto de su primer matrimonio con la productora cinematográfica Kerstin Emhoff, con quien la pareja tiene una relación muy estrecha. “A veces bromeamos y decimos que nuestra familia moderna es demasiado funcional”, escribió Harris el año pasado en la revista Elle.

Cuando se conocieron, Harris era fiscal general de California, pero Emhoff ha dicho que no tenía ni idea de que acabarían en una campaña presidencial. Cuando Harris lanzó su campaña para presentarse al Senado de Estados Unidos en 2015, Emhoff afirmó que en ese momento comenzó a sentirse como un “cónyuge político” y ahora, sólo cinco años después, se prepara para acompañarla a la cima de la política de Estados Unidos.

Kelly Dittmar, profesora asociada de ciencias políticas de la Universidad de Rutgers-Camden, afirma que se trata de un momento importante para la presidencia, que hasta ahora se ha definido “por el género y la masculinidad”. El ascenso de Harris como primera mujer vicepresidenta de Estados Unidos cuestiona este rol. También el de Emhoff: “Se asumía que el hombre desempeñaba el papel dominante y la mujer el papel de apoyo, y la llegada de Harris sacude algunas de estas expectativas de género”.

De hecho, cree que cualquier diferencia en el desempeño del papel tendrá más que ver con lo que espere el público que en un cambio del trabajo en sí. Cree que es poco probable que Emhoff pueda seguir trabajando como abogado, debido a potenciales conflictos de intereses.

Perry señala que tradicionalmente las segundas damas han asumido roles en asuntos “blandos” como salud, educación y nutrición. Emhoff ya ha manifestado su intención de centrarse en cuestiones vinculadas con la justicia. “Tenemos la tendencia de encasillar a las mujeres que desempeñan estos roles, no les permitimos traspasar ciertos límites”, indica Perry. “Será interesante ver cómo tratamos a Doug Emhoff. ¿La diferencia de género le permitirá ir más lejos?”.

Es probable que colabore con la primera dama entrante, Jill Biden, que fue segunda dama durante la presidencia de Obama y ha afirmado que el rol es “una plataforma poderosa”. Todo parece indicar que Emhoff y ella tuvieron buena relación durante la campaña y de hecho él afirma que “conectaron” en las primarias, ya que solían conversar entre bastidores.

“Durante los ocho años que fue segunda dama, Jill Biden continuó dando clases”, subraya Perry: “La suma de los dos, como cónyuges atípicos, ¿contribuirá a crear un nuevo paradigma de lo que es ser primera dama y segundo esposo?”.

Traducido por Emma Reverter