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Opinión - ¿Y ahora qué? Por Marco Schwartz

El mensaje de la vergüenza que asfixia a la prensa incómoda en Rusia: “Este contenido es de un agente extranjero”

“Este mensaje (contenido) ha sido creado o distribuido por un medio de comunicación extranjero que hace las funciones de agente extranjero o por una entidad legal rusa que cumple las funciones de agente extranjero”. Este es el texto que debe aparecer en todas las páginas de Meduza, uno de los medios más populares e influyentes de Rusia.

Desde que el medio fue incluido en la lista de “agentes extranjeros” el pasado 23 de abril por las autoridades rusas, el mensaje debe aparecer en grande y en el centro de todas las páginas de la web, también bajo los anuncios que financian el diario y en todas las publicaciones de redes sociales. De hecho, el límite de caracteres de Twitter les obliga a publicar únicamente el mensaje impuesto por las autoridades acompañado del link de la noticia que quieren compartir. Además, cualquier otro medio que mencione a Meduza en sus informaciones también tiene la obligación de indicar su estatus de “agente extranjero”.

“La regulación nos prohíbe reducir el tamaño de la letra o poner el mensaje al final de la noticia. La notificación tiene que ser grande, en negrita, arriba y centrado. También tiene que aparecer en nuestros anuncios. Como puedes imaginar, pocas empresas pagarán por promocionar sus productos debajo de un mensaje de advertencia que afirma que el contenido está 'creado por agentes extranjeros'”, señala el medio en una publicación en la que pide el apoyo de los lectores para la supervivencia de la organización.

Según la legislación, el texto tiene que ser el doble de grande que el tamaño de la letra utilizado para el titular del artículo. En el caso de vídeos, el mensaje debe ocupar el 20% de la pantalla y tiene que aparecer al menos durante 15 segundos.

Los anunciantes de Meduza ya han huido. El medio ha tenido que cerrar sus oficinas en Riga y Moscú, dejar de trabajar con colaboradores freelance y recortar el salario a sus trabajadores, en ocasiones hasta el 50%.

“Tienen el sello de enemigo del pueblo. Es una losa que endosan a cualquier medio molesto”, dice a elDiario.es Edith Carchera, vicepresidenta de Reporteros sin Fronteras España. “La asfixia económica es un clásico de países sin libertad de prensa como Turquía”.

“Uno de los escenarios que habíamos previsto se ha hecho realidad”, cuenta a elDiario.es Galina Timchenko, fundadora y directora de Meduza. “No ha habido ninguna explicación y no queremos suponer por qué ha pasado ahora, pero hemos visto cómo ha cambiado la situación en Rusia en 2021. No solo los activistas, sino que los periodistas también son ahora perseguidos con casos penales. Hay un contexto horrible en 2021 y en ese contexto, todo parece lógico, pero no sabemos las razones exactas de la decisión”.

“Intentaremos sobrevivir”, dice Timchenko. “Empezamos Meduza en 2014, cuando el periodismo independiente en Rusia ya estaba prácticamente destruido. Es genial que hayamos sobrevivido siete años bajo estas circunstancias”.

Otros “agentes extranjeros”

Hay otros medios de comunicación, como Radio Free Europe o Voice of America –financiados por EEUU– que también han sido calificados de agentes extranjeros, pero ellos pueden permitirse no publicar el mensaje marcado por Rusia. De hecho, el mes pasado Rusia multó con casi un millón de euros a Radio Free Europe (RFE/RL) por no publicar el texto que ahora está asfixiando a Meduza. La organización calcula que si el ritmo de las multas continúa como hasta ahora, a finales de año podrían llegar a los 27,5 millones de euros.

“A diferencia de estas publicaciones, Meduza no tiene financiación estatal ni un legado de la Guerra Fría. Una organización como Radio Free Europe puede probablemente permitirse ignorar las leyes de medios de Rusia, aunque ello ponga en riesgo que todo el medio sea bloqueado en internet en Rusia. Si eso nos pasase a nosotros, sería el final. No tenemos una red de seguridad”, explica Meduza. Aunque el medio está registrado en Letonia, sus lectores son rusos, sus anunciantes son rusos y si no cumple la legislación de allí, teme que Rusia bloquee su acceso en la red.

La próxima semana se cumple la fecha límite fijada por el órgano regulador ruso, Roskomnadzor, para el pago de algunas de las multas impuestas a RFE/RL, que se niega a abonar el dinero y que ha denunciado la situación ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. El medio estadounidense se arriesga a ser bloqueado en internet e incluso intervenido físicamente. La legislación contempla hasta cinco años de prisión para quien no cumpla la norma.

“Si las autoridades rusas piensan que nos vamos a ir del país de forma preventiva, están equivocados. Nos vamos a quedar en Moscú”, ha afirmado Jamie Fly, director de la cadena.

El caso Sputnik y Russia Today

Lo que le ha ocurrido a Meduza se enmarca en la tensión entre Rusia y Estados Unidos, que se aceleró en 2017, cuando Washington obligó a Russia Today (RT) a registrarse bajo la ley de agentes extranjeros, lo que obliga a la cadena a comunicar su información financiera a las autoridades. Por su parte, Rusia respondió poco después haciendo lo mismo con RFE/RL y Voice of America.

El conflicto ha escalado especialmente a raíz de una modificación de la legislación rusa de agentes extranjeros aprobada el 30 de diciembre de 2020. La enmienda endurece las multas y obliga a publicar el mensaje de advertencia en los medios incluidos en el registro.

“Rusia está a la cola de la libertad de prensa en el mundo. Está en el tercio del infierno. comparar sus acciones con las medidas contra sus medios de propaganda es una excusa barata”, opina Carchera. RSF sitúa a Rusia en el puesto 150 de 180 en libertad de prensa. “El tema de la desinformación rusa está probado y es algo reconocido a nivel comunitario, pero es verdad que alrededor surge mucha confusión sobre cómo luchar contra ella”.

Sin embargo, la organización también denunció el hecho de que Letonia y Lituania utilizaran las sanciones de la UE contra Rusia para prohibir los canales de RT en julio de 2020 y lo calificó de “abuso del régimen de sanciones”. Meses antes, Estonia había forzado el cierre de la oficina local de Sputnik alegando también que estaba cumpliendo con el régimen de sanciones.

“Al margen de la agresividad de la propaganda rusa, las sanciones de la UE no son una herramienta legítima o apropiada para combatirla”, denunció RSF, que recomienda aplicar medidas para garantizar la independencia editorial a todos los medios independientemente de su país de origen “lo que permite evitar medidas en represalia de los países que llevan a cabo guerras de información”.

La clasificación de Meduza como agente extranjero llegó días después de que Letonia, país donde tiene su base el medio, interrogase en abril a cinco periodistas colaboradores de Sputnik y Baltnews por supuestamente violar el régimen de sanciones.

“La persecución penal de periodistas en Letonia es una clara violación de las leyes internacionales de libertad de expresión y el principio de pluraslismo”, dijo entonces Maria Zakharova, portavoz del Ministerio de Exteriores ruso.