“Reeducación”, “censura” y “liquidación”: el argumentario ruso que tacha de “nazi” a la “mayoría de la población” ucraniana

Este domingo, la agencia oficial de noticias de Rusia RIA Novosti publicó un crudo artículo titulado “¿Qué debería hacer Rusia con Ucrania?” que ilustra el peligroso viraje del relato oficial ruso tras destaparse episodios como la matanza de Bucha. El texto, firmado por el politólogo Timofey Sergeytsev, repite el bulo utilizado por el Kremlin para justificar la guerra en Ucrania: es una “operación especial” para “desnazificar” el país (un país en el que, a diferencia de España, los partidos de extrema derecha no llegaron al 2,5% de los votos y se quedaron sin escaño en las elecciones parlamentarias de 2019).

Pero este texto va mucho más allá: acusa a gran parte de población civil de ser “cómplice del nazismo” y por lo tanto “culpable”. Tacha a los civiles de “ucronazis”, pide la “depuración” de la sociedad y defiende la “reeducación” de la población. Aquellos que no puedan ser “reeducados” deben ser “liquidados”.

RIA pertenece a la empresa estatal Rossiya Segonnya, propiedad del Kremlin. Esta agencia de noticias solo publica información que pasa el control gubernamental. En Rusia, se ha declarado la guerra a toda la información no controlada: los medios que no han sido censurados se enfrentan a multas o penas de cárcel si no replican la versión oficial del conflicto. Solo por difundir en redes información no alineada con el discurso oficial, los ciudadanos rusos pueden ser también represaliados.

El texto original del artículo se puede encontrar en este enlace. Aquí y aquí hay una versión traducida al inglés. En este otro link, se encuentra la versión guardada por Web Archive en caso de que RIA lo borre. Esta es la versión en castellano que ofrece el traductor de Google.

Estas son algunas de las ideas que textualmente se leen en este artículo y que defienden el borrado de Ucrania:

“La mayoría de la población es nazi”

“La desnazificación es necesaria cuando una parte considerable de la población, muy probablemente la mayoría, ha sido dominada y atraída al régimen nazi en su política”.

Con esta frase, el autor Timofey Sergeytsev, filósofo ruso y miembro del Zinoviev Club, un think-tank pro Kremlin, señala a “la mayoría” de los civiles ucranianos como “nazis”, lo que sirve al régimen para justificar las masacres de civiles que se están documentando en gran parte del país. RIA defiende así que la distinción entre “la gente es buena - el gobierno es malo no funciona” en Ucrania y que esto tiene que ser tomado como “base” de todas las medidas que se lleven a cabo en el terreno.

El texto asegura que los ucranianos camuflan su nazismo como un “deseo de independencia” y una “vía europea de desarrollo”. Reconoce que en Ucrania no hay un partido nazi, un Führer o leyes racistas, pero asegura que “el ukranacismo” es mucho más peligroso para el mundo que el nazismo de Hitler“.

El texto vuelve a insistir en la idea de que la mayoría de la población ucraniana es nazi cuando defiende que “la desnazificación es un sistema de medidas relacionadas con la nazificación de una parte masiva de la población”.

“Liquidación de los nazis” y “de buena parte de la población: son nazis pasivos y cómplices”

Los criminales de guerra y los nazis activos tienen que servir de ejemplo. Tiene que haber una depuración total

“Los criminales de guerra y los nazis activos tienen que servir de ejemplo. Tiene que haber una depuración total: la liquidación y prohibición de cualquier organización que se vincule a la práctica del nazismo (...) aquí también es responsable buena parte de la población, que son los mismos nazis pasivos, cómplices del nazismo. Apoyaron al gobierno nazi y se lo permitieron. (...) ”Los altos mandos deben ser liquidados. El “pantano” social, que lo apoyó activa y pasivamente a través de la acción y la inacción, también debe aprender las penurias de la guerra y asimilar la experiencia como una lección histórica y una expiación por su culpa“.

El artículo trata de deslegitimar al gobierno ucraniano, elegido democráticamente en las urnas, asegurando falsamente que son nazis y de nuevo extiende la acusación a “buena parte de la población”. Habla de “depuración total”, no solo de los altos mandos, lo que les sirve para tratar de justificar crímenes de guerra que visten como “lección histórica”.

Sin prisioneros de guerra

“Los nazis que toman las armas deben ser erradicados al máximo del campo de batalla. No es necesario diferenciar entre las Fuerzas Armadas de Ucrania y los llamados batallones nacionales, así como las fuerzas de defensa territorial, que se han unido a estos dos tipos de formaciones militares. Todos están involucrados en una crueldad extrema contra la población civil, todos igualmente responsables del genocidio de la población rusa”.

El artículo iguala a todos los combatientes. En un primer momento, la propaganda rusa solo señalaba a los miembros del Batallón Azov, grupo de extrema derecha que se formó en 2014 –cuando Rusia invadió y se anexionó Crimea– con el objetivo de combatir a los separatistas apoyados por Rusia en el Este de Ucrania.

Según Olga Lautman, experta del Center for European Policy Analysis, estos ultranacionalistas y sus simpatizantes suponen, en cualquier caso, el 2% de la población ucraniana, que es parecido al porcentaje de apoyo que tuvieron los partidos de extrema derecha en las elecciones de 2019. 

Ahora ya no solo se señala a los “nazis de Azov”. Todos los combatientes ucranianos, incluidos aquellos ciudadanos que han tomado las armas para defender su país, deben ser “erradicados” en el campo de batalla.

Reeducación

La desnazificación de la población debe hacerse mediante la reeducación, que debe llegar a la represión ideológica (supresión) de las actitudes nazis y una estricta censura

“La mayor parte de la desnazificación de esta parte de la población debe hacerse mediante la reeducación, que debe llegar a la represión ideológica (supresión) de las actitudes nazis y una estricta censura: no solo en la esfera política, sino también, absolutamente, en las esferas de la cultura y educación”.

Una de las practicas de los gobiernos totalitarios es la denominada “reeducación” para erradicar cualquier pensamiento no alineado con el poder. El artículo publicado por la agencia estatal rusa defiende la “censura” no solo en la política, sino también en la “cultura y la educación”.

Más adelante, el artículo de RIA afirma: “Para lograr los objetivos de la desnazificación, será necesario ganar el apoyo de la gente, ponerlos del lado de Rusia después de que se liberen del terror, la violencia y la presión ideológica. del régimen de Kiev, después de sacarlos de su aislamiento informativo”.

En Ucrania, a diferencia de Rusia, no hay aislamiento informativo y los periodistas internacionales pueden trabajar en el país. Sí se han puesto restricciones en base a la ley marcial que prevé “regular el trabajo de los medios de comunicación y utilizar las radios locales, la televisión y las imprentas con fines militares”.

En línea con la “reeducación”, el artículo de RIA Novosti propone medidas similares a las que impusieron nazis y soviéticos en Polonia tras invadir y repartirse el país: “Incautación de cualquier material educativo y prohibición de los programas educativos, en todos los niveles, que contengan actitudes ideológicas nazis”.

Toda Ucrania debe ser rusa

“La desnazificación solo puede ser llevada a cabo por el vencedor, que asume 1) su control incondicional sobre el proceso de desnazificación, y 2) una autoridad que puede facilitar este control. En este sentido, un país en proceso de desnazificación no puede ser soberano. El gobierno líder en la desnazificación, Rusia, no puede ejercer un enfoque liberal con respecto a la desnazificación (...) el escenario de Crimea no puede funcionar para Ucrania en su conjunto”.

Según el texto, para Rusia un escenario como el de Crimea no es suficiente. Hay que despojar a Ucrania de su soberanía y Rusia debe gobernar con “autoridad” en todo el territorio. Añade que “con la desnazificación será inevitablemente también una desucranización” y una “deseuropeación” y plantea eliminar todo rastro de Ucrania como país independiente: “El nombre 'Ucrania' no puede conservarse como el título de ninguna entidad estatal totalmente desnazificada en un territorio liberado del régimen nazi”.

Más adelante, el artículo incide en esta idea de que no se puede permitir un gobierno ucraniano:  “A diferencia de Georgia y los estados bálticos, Ucrania, como ha demostrado la historia, no puede existir en la forma de un gobierno nacional, y los intentos de 'construirlo' como tal conducen naturalmente al nazismo”.

RIA señala además cuánto tiempo puede llevar a cabo esta “desnazificación”: “Los plazos de desnazificación en ningún caso pueden ser inferiores a una generación, la cual debe nacer, crecer y alcanzar la madurez en las condiciones de desnazificación”.

No a la neutralidad

“De hecho, sus aspiraciones políticas no pueden ser neutrales: su expiación ante Rusia por su actitud hacia ella como enemigo solo puede lograrse confiando en Rusia en los procesos de restauración, reactivación y desarrollo. No se puede permitir ningún ”Plan Marshall“ para estos territorios. No se puede permitir ninguna ”neutralidad“ en ningún sentido ideológico o práctico, al mismo tiempo que se lleva a cabo la desnazificación. Los cuadros y organizaciones que sirven como instrumentos de desnazificación en las repúblicas recién desnazificadas solo pueden contar con el poder directo y el apoyo organizativo de Rusia”.

Rusia ha estado demandando en las negociaciones un compromiso de que Ucrania se declare neutral. Esto significa que renuncie a cualquier esperanza de sumarse a la OTAN. Ucrania ha aceptado esta condición, y se ha comprometido también a no albergar armas nucleares ni bases militares. Este cambio en la posición ucraniana fue aplaudido en un primer momento por líderes rusos como Medinski o Lavrov. El discurso de RIA compromete este punto en las negociaciones asegurando que “no se puede permitir ninguna neutralidad en sentido ideológico o práctico”.

“Reeducación” en el discurso del Kremlin

La llamada “desnazificación” había sido eliminada de las condiciones de Rusia en la última ronda de negociaciones presenciales que tuvieron lugar en Turquía. Hoy, de nuevo, vuelve a copar los discursos oficiales.

El vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, Dimitri Medvedev, ha repetido sin pruebas que Bucha es una “falsificación” causada por la “propaganda ucraniana”, que ha llenado las “mentes de los ucranianos de falsos mitos”.

En un escrito publicado en su canal de Telegram, Medvedev apunta al tema de la educación: “El radical ucraniano actual también creció detrás de un pupitre en la escuela. Con hermosas camisas bordadas y con pensamientos de odio por todo lo ruso. En lugar de estar orgulloso de los logros conjuntos de los antepasados, desde 1991 la pseudohistoria del Estado ucraniano se ha escrito de rodillas”.

Añade que en Ucrania se “ha estado rezando por el Tercer Reich durante los últimos 30 años” y defiende que Vladímir Putin “se ha fijado firmemente el objetivo de desmilitarizar y desnazificar a Ucrania”.

El objetivo más importante cambiar la conciencia sangrienta y llena de falsos mitos de algunos ucranianos actuales

Medvedev repite que hay que “reeducar” a la población ucraniana: “El objetivo más importante cambiar la conciencia sangrienta y llena de falsos mitos de algunos ucranianos actuales. El objetivo es por el bien de la paz de las futuras generaciones de ucranianos y la oportunidad de construir finalmente una Eurasia abierta, desde Lisboa hasta Vladivostok”.

El peligroso argumento de “todos los ucranianos son nazis o cómplices de los nazis” está replicándose también en las redes sociales por parte de perfiles prorrusos, que justifican los crímenes contra civiles poniendo en duda la ideología de los muertos.

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