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The Guardian en español

Nepal toma medidas contra la lucrativa estafa del rescate de montañeros en helicóptero en el Everest

Un escalador de camino a Khumbu, un glaciar situado en Nepal, cerca del Everest.

Michael Safi

Delhi —

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Nepal ha ordenado que se revise todo el procedimiento de rescate por helicópteros en las cumbres tras descubrir una estafa multimillonaria en la que los escaladores eran presionados, a veces incluso contaminándoles la comida, para que se vieran obligados a bajar de las montañas en uno de esos costosos vuelos.

La estafa llevaba en marcha más de cinco años, según los datos de la industria de seguros, y ha causado al menos una muerte innecesaria. Estaban involucradas decenas de empresas de helicópteros, operadores turísticos, hoteles y hospitales.

De acuerdo con una investigación del Gobierno nepalí, miles de escaladores se vieron obligados a abandonar el ascenso a la primera señal de enfermedad para tomar carísimos trayectos en helicóptero hasta hospitales privados. Las facturas se cargaban supuestamente sobre las compañías de seguros. La cadena de sobornos incluía a los guías de escalada, a los hoteles y, a veces, también a los escaladores.

Según la investigación de las aseguradoras, este año ya ha habido más de 1.600 rescates con helicópteros y uno de cada tres ha sido un fraude. Estiman que el coste para las aseguradoras ascendió a unos tres millones y medio de euros.

Varias compañías internacionales de seguros amenazaron con irse de Nepal si el Gobierno no actuaba. El domingo, el Ministerio de Turismo de Nepal emitió nuevas directivas para que las compañías de helicópteros, los operadores de trekking y los hospitales con facturas de rescate las presenten ante un nuevo comité gubernamental en los 10 primeros días desde la fecha de emisión.

También se han pedido acciones legales aún sin especificar contra 15 empresas nepalíes acusadas de hospitalizaciones o evacuaciones innecesarias. Según fuentes cercanas a la investigación, en los próximos meses habrá más empresas bajo investigación.

“Se puso bastante agresivo”

En junio, Danny Kaine iba aproximadamente por la mitad de su marcha de cinco días hacia el campamento base del Everest cuando comunicó al guía que le dolía la cabeza. “En seguida dijo ‘necesitamos un médico, necesitamos sacarte de aquí’”, cuenta el experimentado alpinista británico. “Se puso muy agresivo”.

Un avión trasladó a Kaine hasta un hospital privado de Katmandú donde le sometieron a una serie de pruebas. “La factura final fue de 12.800 dólares. Por un dolor de cabeza”, dice. “Habría sido suficiente con tomarme un par de ibuprofenos”.

Lo que la empresa de escalada no sabía era que a Kaine lo habían contratado tres aseguradoras para tratar de entender por qué 2017 había sido el año más caro en la historia de las compañías.

Según Kaine, la creciente popularidad de los famosos picos de Nepal y el atractivo del monte Everest han hecho que proliferen empresas de trekking que ofrecen escaladas a precios muy bajos. “La mayoría de las compañías de escalada involucradas en el fraude están cobrando mucho menos que las legítimas, tal vez 500 dólares por un viaje que en realidad vale 1.000”, explica Kaine, que trabaja para la compañía de asistencia médica Traveller Assist. “Pierden dinero en cada viaje y necesitan compensarlo”.

Kaine indica que había descubierto viajeros de poco presupuesto que pagaban 500 dólares para ir al campamento base del Everest y, al llegar, veían que las compañías de escalada les ofrecían 750 dólares por fingir una enfermedad y ser evacuados en helicóptero.

“La empresa de helicópteros paga a la compañía de trekking 2.000 dólares como comisión, pero luego los recupera por el dinero que el hospital entrega a cambio de recibir a pacientes extranjeros que a su vez son sometidos a tratamientos excesivos para que el hospital cobre más a la aseguradora”, explica Kaine. “Hay dinero en todos los niveles”.

En una investigación comenzada en junio, el Gobierno nepalí ha encontrado pruebas de que los guías echaban bicarbonato sódico a la comida que daban a los turistas, provocándoles diarrea y creando la excusa perfecta para salir volando de la montaña. “Hemos escuchado casos en los que enfermaban deliberadamente a los turistas”, afirmó a principios de agosto el funcionario a cargo de la investigación, Prakash Sharma Dhakal, a la agencia AFP. “En nuestra investigación, hemos encontrado márgenes de beneficio de hasta el 63% en algunas empresas y los hospitales han emitido facturas de hasta seis millones de rupias [unos 45.000 euros]”.

La importancia de Instagram

Según el gerente de la empresa de seguros True Traveller, Tim Riley, el problema comenzó alrededor de 2010, cuando las compañías de rescate comenzaron a invertir en helicópteros. “Necesitan recuperar su dinero”, explica.

Su empresa también vende seguros a los turistas que escalan el monte Kilimanjaro, el pico más alto de África. En ocho años allí, sólo ha tenido que pagar una vez por un rescate en helicóptero. “En Nepal, el año pasado cubrimos cerca de 40 rescates, y hasta eso es menos que los años anteriores”, dice. “En 2013 tuvimos seis rescates en un fin de semana”.

En su opinión, la estafa es un síntoma de la creciente popularidad de las vacaciones de escalada en Nepal. Según él, tiene que ver con la proliferación de fotos en redes sociales mostrando la belleza de las cumbres y haciéndolas parecer accesibles. “Hace cinco o diez años, la gente no creía que Nepal o el Everest fueran posibles”, dice. “Instagram juega un gran papel en esto; en los últimos cinco años, se venden entre un 20% y un 30% más de seguros de viaje cada año para Nepal”.

En 2017 se expidieron 373 permisos para extranjeros que querían escalar el Everest desde el lado nepalí, lo que hizo temer por una peligrosa superpoblación de la montaña. Los montañeros veteranos se quejan de que en la última década las compañías de bajo coste han inundado el mercado, atrayendo a escaladores sin experiencia y reduciendo costes en seguridad y equipamiento.

Traducido por Francisco de Zárate

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