Diferentes tradiciones, un mismo espíritu
Las navidades son las fiestas donde más se notan las ausencias de los seres queridos, sobre todo si están lejos de nosotros en una noche tan especial como la Nochebuena. En estas fechas muchas personas que un día decidieron dejar su tierra para emprender una nueva vida, afrontan un año más unas navidades entre la alegría y la añoranza, guardando sus tradiciones y acogiendo de buen grado otras nuevas, las nuestras, porque la Navidad no entiende de culturas ni países, sino de unión y fraternidad.
Entre los colectivos más numerosos presentes en La Rioja destacan los pakistaníes, la comunidad musulmana de Pakistán la forma el 97% de la población, es decir, 140 millones de habitantes. La comunidad cristiana apenas el 2%, unos 2 millones y medio. A pesar de este desequilibrio, Pakistán es un país islámico que celebra la Navidad, un ejemplo de concordia más allá de las religiones, comenzando por sus paisanos recaudando lo que pueden de sus casas, según Hussein Fida, presidente de la Asociación Pakistaní en La Rioja, “hacemos una recolecta y repartimos comida entre la gente que está pasando necesidades, hacemos una lista con 437delegados que hacen una colecta en su ámbito familiar y aportan lo que pueden a nuestros paisanos”.
Fida también recuerda que los musulmanes visitan las Iglesias cristianas, participan en las concentraciones y las procesiones y se realizan oraciones conjuntas pidiendo la paz. En Logroño, los pakistanís se reunirán esta noche en la Iglesia de Palacio y luego se reunirán en sus casas.
“Los musulmanes y los cristianos nos unimos en estas fechas, es una celebración familiar y de amigos, hacemos una comida especial sobretodo platos dulces como el arroz colorado que es un símbolo de alegría y para compartir con los nuestros ”, afirma , “Es una fiesta mucho más callejera que en España”.
Otro grupo que conserva sus raíces es el ecuatoriano, que el pasado día 17 ya eligieron a su estrellita de navidad, un acto muy popular en Ecuador y se trata de un desfile de niñas con tres trajes, el de gala, típico ecuatoriano y otro casual, y una de ellas es elegida por un jurado de otros países también, que este año recayó en la niña Caterine Zaruma de 10 años, “es una tradición ecuatoriana en la que participaron no solo ecuatorianos sino también vinieron autoridades y gente riojana”, afirma orgullosa Mercedes Zaruma, presidenta de la Comunidad de Inmigrantes solidarios de nacionalidad ecuatoriana (CISNE).
La comunidad de ecuatorianos presentes en La Rioja también celebran estos días la Novena del Niño Jesús que terminó ayer con un regalo para los niños, “cada noche han ido poniendo una monedita, cada familia con lo que ha podido y celebramos una comida y se les agasajó a los más pequeños con un regalo”, recuerda Zaruma.
Para esta nochebuena, “en las mesas no faltará el pavo, el relleno, los demás platos (arroz o ensaladas) varían en cada familia o ciudad”. Otro aspecto muy peculiar entre los ecuatorianos es, aparte de entregarse regalos entre la familia, jugar al amigo secreto dentro de los sitios de trabajo o de educación, con la finalidad de desear felices pascuas y estrechar, un año más, los lazos de amistad.
Con un ferviente sentimiento religioso viven la Navidad, los rumanos ortodoxos que viven en La Rioja, según Vasile Magnet, de la Asociación Rumana de la Santísima Trinidad, “el sábado por la noche nos juntamos en la vigilia y luego cantamos villancicos y repartimos regalos y se visita a las familias, pero no hay tradición de cena de navidad”, ocurre así porque llevan en ayuno desde el pasado día 15 de noviembre, días en los que no comen ni carne y pescado solo los domingos y festivos, costumbre que finaliza el día 25 después de la vigilia, “es entonces cuando nos reunimos para comer con las familias y amigos”.
Los que sí celebran la Nochebuena son los bolivianos, Teroso Rossel de la Asociación de Residentes Bolivianos en La Rioja, nos comenta que esta noche degustarán un plato denominado picana, que consiste en una especie de caldo casi picante con algo de dulce (es algo exótico), con choclo (elote o maíz), pedazos de carne de res y pollo, zanahoria, tomate, cebolla, papas, vino seco y demás ingredientes para una buena sopa.
A pesar de las ricas viandas no se olvidarán de sus allegados “por un lado son un poco tristes porque echamos de menos como el resto de colectivos a nuestros familiares más que nunca”, aún así tienen tiempo para vivir la alegría de esta época con los riojanos “nos gusta como celebran los riojanos la navidad, de una forma muy sana que es lo importante, donde no fallaremos es en la visita del ayuntamiento, nos resulta sorprendente y curioso”.
Una alegría que desprenden por los cuatro costados, la comunidad colombiana, que viven estos días a tope. Por el momento esta noche cenarán “natillas de maíz que se elaboran en familia, en Colombia de hace incluso de forma artesanal. También unas ojuelas de maíz bañadas en azúcar para que queden dulces y preparados de pollo o pavo como plato fuerte”, explica Iván Darío Caicedo, de la Corporación Cultural Colombia Tierra Querida. Llevan la marcha en el cuerpo y lo demuestran más que nunca “nos gusta vivirlas con mucho baile y alegría y celebramos esta noche con salsa, cumbia, ballenato, merengue, reguetón y bachata y tirar cohetes”.
Tampoco se olvidan de sus costumbres religiosas “hoy ha terminado una novena que empezó el día 16 que se hace en honor del Niño Dios o de Aguinaldo, que también es típico nuestro, y se hace en familia en torno al pesebre en cada familia y se coloca la imagen del Niño Dios que ha nacido”.
Y la fiesta continúa mañana con otra comida popular “el 25 es el Día del Cocho, una comida comunitaria que en Colombia se sale a la calle pero como hace frío aquí la hacemos en las casas, donde hacemos una especie de caldo con ternera, pollo, patatas, yuca, plátano macho, zabahoria...etc, y es ¡muy bueno para la resaca también!”.
Terminamos el recorrido con los marroquíes, muy numerosos entre nosotros, y para quien la Navidad no tiene ningún sentido religioso porque son musulmanes, “es una cena familiar, sin más, aunque las nuevas generaciones ya las viven más al estilo europeo y así se mezclan un poco las dos tradiciones”, explica Desiré, trabajadora social de la Asociación de trabajadores inmigrantes marroquíes (ATIM). Precisamente esa mezcla es la que enriquece la interculturalidad y la convivencia “les suelen dar regalos a los niños, aunque sea una tradición religiosa, pero lo hacen por ellos, para que disfruten como el resto. Lo bonito de estas fechas es que el espíritu de comunidad está por encima de las diferentes culturas.”
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