El miedo hace suyo el derbi
El miedo es algo inherente a todo ser humano y no entiende de razones. Normalmente es irracional, pero el que lo sufre sabe que por mucho que lo intente, es complicado superarlo. La cuestión de fondo, el origen de ese miedo que en ocasiones crece y se convierte en pánico, admite múltiples variantes. Desde imaginativas, como los fantasmas, hasta reales, como conducir un coche, la altura o el agua. Pero sólo una se da en el mundo del deporte: el miedo a perder que, en su versión futbolística, suele adoptar la forma de miedo a encajar un gol.
Ese fue el gran protagonista del derbi. Fue el derbi del miedo. Miedo a perder, miedo a encajar, miedo a dar un paso atrás en la clasificación, miedo a perpetuarse en puestos de descenso. Miedo que atenazó a blanquirrojos y rojiblancos durante prácticamente todo el partido y que cuando se dieron cuenta de su irracionalidad ya era demasiado tarde.
Las tablas, el resultado preferido de los derbis, acabaron perpetuándose en el luminoso de Las Gaunas. El 0-0 final es el fiel reflejo a las angustias de los dos clubes riojanos que, de la mano, se quedan en los puestos de descenso a Tercera división oscureciendo un poco más el ya de por sí gris panorama del fútbol regional. Y eso que el arranque del derbi prometía diversión. Al menos si no eras Juan Hortelano que se llevó de sus jugadores un regalo inesperado. Una sentada en la primera jugada del partido en forma de protesta por los constantes impagos y las penurias económicas a las que obliga el empresario madrileño a su plantilla. A partir de ese momento el fútbol deparó un espectáculo feo y por momentos aburridos que necesitó más de una hora para comenzar a calentarse.
De inicio fue el Logroñés el que propuso más sobre el césped. Lo hizo, eso sí, de forma teórica. Su disposición sobre el terreno de juego se convirtió en una roca demasiado dura para el Logroñés CF que se atragantó en exceso en el centro del campo, que careció de pegada en los últimos metros y que perdió las referencias organizativas. Así, sin apenas inquietar la meta de Emil, el Logroñés buscó la de Vílches por medio de Santamaría, el mejor del partido, pero sin referencias en el remate. Y es que tanto Ubis como José fueron escasa pólvora para sorprender al CF. Una chilena lejana de Candelas, un disparo de Ubis y un tiro cruzado de Zeki cuando la primera parte agonizaba fueron las únicas ocasiones de 45 minutos para olvidar.
Tras el paso por vestuarios el choque comenzó a ganar en consistencia. El Logroñés CF lo hizo en ambición y pese a que sufrió en exceso en jugadas a balón parado (especialmente en los saques de esquina) supo aguantar las llegadas blanquirrojas para rozar el gol a los 56 minutos. Fue la gran ocasión del derbi. Salcedo remató alto desde el borde del área pequeña un balón que Emil le puso en bandeja después de un error en el despeje.
Espoleó esa acción al CF que consiguió romper la coraza blanquirroja. Ganó en soltura pero tuvo que esperar a que Rafa Sáez moviera el banquillo para ganar en profundidad. La retirada de Nacho Franco y Pulga, inadvertidos, y la entrada de Ederra y Paixao dio alas al equipo ayer local ante un Logroñés que sólo creó peligro en un córner en el que el balón se paseó por el área pequeña de Vílches. Así el CF acabó jugando en el campo del Logroñés. Tornero rozó el gol con un centro que se envenenó y que Negredo sacó sobre la línea, y Salcedo, muy activo, pecó de generosidad a falta de siete para el final cuando en lugar de rematar a bocajarro buscó el pase atrás.
Quizás tuvo miedo.
FICHA TÉCNICA:
Logroñés CF: Vílches, Garay, Feito, Alberd, Jusué, Rial, Tornero, Marcos, Nacho Franco (Paixao, m. 78), Pulga (Ederra, m. 74) y Salcedo.
CD Logroñés: Emil, Jorge Campos, Zeki. Negredo, Raúl García, Galiano, Santamaría, Jaume, Ubis (Omar, m. 78) , José (Gallego, m. 85) y Candelas.
Árbitro: Sáez García, del colegio navarro. Amonestó a los locales Marcos y Garay.
0