El nuevo mano a mano
Son nuevos tiempos para la pelota a mano: Si ya hace años que la competición puntera, el mano a mano, es coto privado de los delanteros que manejan perfectamente el juego de aire, los partidazos de este fin de semana confirman que esta evolución de la competición individual ha dado un paso más: No basta ya con tener gran golpe, ser “muy” pelotari, y dominar a la perfección el juego de aire (voleas, ganchos y, sobre todo, sotamanos). Ahora, además, quizá es más importante poseer tremendo látigo sin que bote la bola. Y eso, sin reventarse las manos con tanto sotamano, gancho y volea.
Son los manomanistas de hoy día pelotaris que sacuden como si jugaran a pala en lugar de a mano, ayudados por pelotas agradecidas que salen con mucho vuelo del frontis, para andar luego alegremente por la cancha. Se acabaron las carreras adelante y atrás, del 10 al 1 y viceversa. Ahora hay que plantarse en el 4, y el recorrido se limita desde ahí al 7, como mucho, con el objetivo de buscar el sotamano atacante o la volea defensiva. Y el saque hay que restarlo de aire, pegadito a la pared, de gancho o sotamano. Darle calentito y alto, jugándosela únicamente tras ahogar al contrario. Y así, con este juego eléctrico, rápido, potente y portentoso, como se dice en los pueblos, “el que más chifla, capador”.
Así ha sucedido este fin de semana, donde han brillado 3 pelotaris que en parejas no ofrecen demasiado espectáculo, pero que en el mano a mano poseen el golpe de aire sobrehumano que les hace especialmente indicados para esta nueva forma de enfrentarse en la pelea individual a toda cancha. Me refiero a Irribarria, verdugo de Aimar Olaizoa, y a los contendientes que ofrecieron una batalla épica el domingo en Bilbao, Mikel Urrutikoetxea y Joseba Ezkurdia. Además de ellos ganó también Oinatz Bengoetxea, aunque su juego (como el de Irujo o el de Olaizola), ya parece condenado más temprano que tarde a sucumbir ante la potencia de los nuevos pelotaris antes referidos.
El viernes, en el Atano donostiarra, Bengoetxea VI dejó en 8 a Iñaki Artola en un partido curioso: Hubo igualdad e intercambio de golpes hasta el empate a 8, abrazo tras el que Oinatz se marchó derechito hasta el 22. Un juego el de Bengoetxea, por cierto, a medio camino entre el manomanista antiguo y el novedoso, juego que comparte con uno de sus rivales en semifinales, Jokin Altuna.
El sábado, en Pamplona, haciendo alarde del nuevo juego arriba expuesto, dominio total del novato Iker Irribarria sobre el campeonísimo Aimar Olaizola (22-14). Irribarria, a pesar de sus 19 años, posee un sotamano de zurda demoledor, con el que apabulló a Olaizola II, uno de los mejores pelotaris de la historia. Nada pudo hacer Aimar, ya que en cuanto su rival pillaba pelota a placer, bien a bote o de sotamano, los zurdazos de Iker ponían la pelota tan, tan lejos, que el tanto caía una y otra vez de su lado. El novato parecía el veterano, definiendo los tantos con maestría y tranquilidad…, una vez que había puesto por detrás del 7 a Aimar.
Y el domingo, en Bilbao, partidazo para recordar entre el vigente campeón, Mikel Urrutikoetxea, y un serio aspirante para ediciones futuras, Joseba Ezkurdia. Golpeó primero Joseba (6-2), pero Urruti logró empatarle: Viendo que el golpeo de Ezkurdia era más violento y largo, el actual “chapelari” pronto comenzó a enredar adelante con ganchos, carambolas, dejadas y, sobre todo, voleando continuamente al choco. Enzarzados en soplamocos que hacían temblar el frontón Vizcaya, Ezkurdia marcó un gancho a la punta perfecto desde el 5 (7-6). Ganó el siguiente también el de Aspe: Corrió desde el 9 a por una mala paradita de Mikel, y le puso la pelota en los pies paralela por la pared (8-6). Una carambola de volea a vuelta de resto, y un saque, colocaron el 10 a 6 en el marcador.
A continuación se jugó un tanto duro, que cayó a favor de Mikel en lo que pareció más una escapada que una apertura al ancho, 7-10. Falló Ezkurdia de zurda fácil (8-10), y en el siguiente, al intentar recoger una volea al choco de Urruti, Joseba se dio con la pelota en la ceja, abriéndose una sangrante brecha.
Los pelotaris, como la derecha, son de metal: Una grapa, y a la pelea de nuevo. En el siguiente tanto ya se vio que el percance no iba a repercutir en el partidazo: De nuevo ambos dentro del 5, bien sacudiendo largo, bien bajando la pelota; Muchos pelotazos rápidos y violentos, pelota al ancho y carambola preciosa y larga desde ahí de Urruti. Empate a 10.
Una mala racha de Mikel, junto al juego potente y acertado de Joseba, permitió que este se escapara hasta el 14 a 10 y el 17 a 11. Se entonó por fin Urruti, ganando un precioso gancho tras castigar a Ezkurdia con voleas al choco (12-17). Dos tantos más del actual campeón manomanista colocaron el partido en 14 a 17, momento en el que Joseba ganó una bonita contradejada al ancho, sufriendo una torcedura de tobillo que le volvió a enviar a vestuarios (18-14).
No parecía tampoco a simple vista que Ezkurdia acusara este segundo percance, pero fuera por las lesiones, o por el cansancio, el caso es que a partir de ahí Urrutikoetxea protagonizó otra emocionante remontada, pasando de ese 14 a 18 hasta el 21 a 18. En esta tacada Mikel movió a su antojo a Joseba, castigándole con la volea y terminando de pelotazo largo cruzado.
Ezkurdia, a la desesperada, ganó una dejada desde el ancho a la altura del 4, recuperando el saque. Pero no tenía más fuelle, porque el último tanto lo tiró desde el 6 a las primeras de cambio, finiquitando la contienda en 22 a 19 para el campeón.
Así pues, habiendo renunciado Irujo tras no haberse soldado aún su dedo roto, los semifinalistas de la presente edición del manomanista son Irribarria, Altuna III, Bengoetxea VI y Mikel Urrutikoetxea. O lo que es lo mismo, dos artistas con muchos recursos, como son Bengoetxea y Altuna, y dos bombarderos adictos al sotamano, Irribarria y Urruti. Se lo seguiremos contando…
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