Es el octavo atentado de ETA en lo que va de año
El atentado que esta madrugada provocó 46 heridos leves e importantes daños materiales en la Casa Cuartel de la Guardia Civil en Burgos es el octavo que comete ETA en lo que va de año.
El primer de los atentados de ETA en 2009 tuvo lugar el 16 de enero, cuando los terroristas colocaron un artefacto explosivo junto a un repetidor de televisión de Santa Bárbara de Hernani (Guipúzcoa), en cuyas inmediaciones habían escondido dos bombas-trampa, con alrededor de 14 kilos de explosivos. Sólo causó daños materiales.
El 9 de febrero, ETA detonó una furgoneta-bomba frente a la sede de la constructora Ferrovial Agromán en Madrid, en la zona del Campo de las Naciones, sini dejar víctimas pero sí importantes daños materiales.
La empresa objeto de los terroristas participa en las obras de construcción del Tren de Alta Velocidad del País Vasco, amenazada por ETA. El atentado tuvo lugar apenas unas horas después de que el Tribunal Supremo anulara las candidaturas auspiciadas por la banda terrorista para las elecciones vascas del 1 de marzo.
Dos semanas después, el 23 de febrero, ETA atentó contra la Casa del Pueblo, sede del PSE, en Lazkao (Guipúzcoa). Provocó destrozos en la sede e importantes daños materiales en viviendas cercanas aunque hubo que lamentar no heridos.
Ya después de las elecciones vascas, el 26 de marzo, ETA hizo estallar una bomba compuesta por dos kilos de explosivo, junto a la casa del empresario Juan Manuel Arana, presidente de Astilleros de Murueta, en Amorebieta (Vizcaya). Este atentado tampoco causó víctimas, pero sí pequeños daños materiales en la vivienda.
El 6 de mayo, ETA explosionó un artefacto contra un repetidor situado en un puerto de montaña del municipio cántabro de Guriezo, limítrofe con el País Vasco, un día después de la investidura del socialista Patxi López como lehendakari. Causó daños en la base del repetidor, en un muro de un edificio adyacente y provocó un socavón en el suelo.
UN ATENTADO MORTAL
El primero y único atentado mortal de 2009 tuvo lugar el 19 de junio, cuando ETA mató con una bomba lapa al inspector de la brigada de información de la Policía Nacional, Eduardo Puelles.
La explosión se produjo pasadas las 9.00 horas, en un vehículo que estaba en un aparcamiento de superficie en la calle de Santa Isabel, en el municipio vizcaíno de Arrigorriaga. La víctima quedó calcinada en el interior del coche. La bomba, compuesta por entre un kilo y medio y dos kilos de explosivo, estaba colocada junto al depósito de combustible del coche del agente.
El último atentado de la banda terrorista hasta el de la pasada madrugada tuvo lugar el 10 de julio, cuando atentó contra la sede del PSOE en Durango, al norte del País Vasco, con una bomba de tres kilos de explosivos. La acción causó destrozos en el lugar pero no hubo víctimas.
0