A principios de este mes de noviembre, el día 5, desalojaron a los 24 niños y niñas que hasta ahora vivían en el Centro de Educación Especial Marqués de Vallejo, el único público en La Rioja. El hijo de Javier es uno de ellos. “Yo trabajo fuera de La Rioja, la sede de mi empresa está en Vitoria y viajo por el País Vasco. Ese día me llamaron del centro pidiéndome que fuera a recoger a mi hijo, inmediatamente, porque iban a desalojar el internado”. Reconoce que laboralmente ha tenido suerte porque suele faltar al trabajo para acudir a citas médicas y a revisiones con su hijo: “Mis jefes tienen una sensibilidad especial con estos temas y no me pusieron ningún problema, al revés, me dijeron lo primero es lo primero; pero soy consciente de que cada vez estoy exprimiendo más la naranja. Otros no tienen la misma suerte”. Así que ese 5 de noviembre, Javier interrumpió su jornada laboral para ir a recoger a su hijo de 14 años, “en plena adolescencia”, con parálisis cerebral, una discapacidad del 69% y un trastorno severo de conducta.
Hasta ese día, el hijo de Javier vivía en el centro Marqués de Vallejo de lunes a viernes. Algunas tardes, al menos dos a la semana, lo recogía y lo llevaba al Hospital San Pedro a sus sesiones de rehabilitación, “con todo lo que esto supone con un hijo con parálisis cerebral”. Los fines de semana, los pasaba en casa con sus otros dos hermanos de 16 y 21 años. Pero desde que tuvieron que desalojar el internado por las grietas, el día a día de esta familia se ha complicado considerablemente. Ahora su hijo acude al Marqués de Vallejo a las 9:00 horas y vuelve a casa, en un municipio de La Rioja, sobre las 16:15 horas. “Esta situación me ha doblado, me ha pillado descolocado, mal”, confiesa este padre que se ha visto obligado a pedir una reducción de jornada para poder atender y cuidar de su hijo con discapacidad.
Tiro de mis hijos, sobre todo del mayor, pero no les puedo cargar con una responsabilidad que no les corresponde
Ahora mismo está realizando los trámites necesarios para poder solicitar la ayuda CUME de la Seguridad Social, una prestación que apoya a las familias, adoptantes o acogedoras que deben reducir su jornada laboral para cuidar de menores con enfermedades graves. Un subsidio que busca garantizar que los cuidadores puedan atender a sus hijos sin sacrificar su estabilidad económica. “Soy viudo, tengo tres hijos y tengo que seguir pagando las facturas. Compaginar todo esto se está haciendo muy complicado porque estamos solos, únicamente tengo la ayuda de mi madre de 73 años que está recién operada”. Y añade: “tiro de mis hijos, sobre todo del mayor, pero no les puedo cargar con una responsabilidad que no les corresponde”.
Y al margen del día a día familiar, lo que más le preocupa a Javier es que las rutinas de su hijo se han visto totalmente alteradas. “Necesita unos cuidados especiales, por diversas operaciones tiene que llevar unas prótesis para mantener los pies en una determinada posición, en el centro sí que admitía llevarlas, en casa es imposible”. La hora de la comida también se ha vuelto complicada. “En el internado comía de todo, en casa ya no. Se le han roto todas las rutinas porque las personas como mi hijo son muy sensibles a los cambios, cambios tan nimios como la persona que les cuida en el autobús, les cuesta mucho asimilarlos”.
Y lo peor de todo es que parece que no hay una solución a corto plazo para Javier y el resto de familias afectadas. Desde la Consejería de Educación confirmaron el pasado 5 de noviembre que este desalojo era una “medida preventiva” tras haber localizado la grieta en una de las habitaciones. De forma coordinada entre la dirección y la Consejería acudieron arquitectos del Gobierno y decidieron “por prevención y seguridad” que los menores no durmieran allí la noche del 5 de noviembre. Una empresa especializada acudió al día siguiente para realizar una evaluación. Efectivamente, los menores no durmieron allí la noche del 5 de noviembre ni las siguientes. Y la solución sigue sin llegar. “Desde la dirección del centro nos han dicho que la situación no tiene buena pinta y yo creo lo mismo”.
Dos días después del desalojo, el 7 de noviembre, la Consejería de Educación y Empleo aseguró que estaba estudiando la “posibilidad de construir un nuevo centro como alternativa de futuro y de mejora a las actuales instalaciones del Marqués de Vallejo”. No obstante, también apuntaron que están buscando “soluciones inmediatas” para poder prestar el servicio de alojamiento para el alumnado de educación especial que lo precise. Sin embargo, Javier da este curso por perdido. La construcción de un nuevo centro es otra de las opciones planteadas por el Gobierno de La Rioja. De hecho, este fue uno de los anuncios del presidente regional, Gonzalo Capellán, en el último Debate sobre el estado de la Región: destinar más de cinco millones de euros a lo largo de los próximos cuatro años para acometer una reforma integral y una ampliación del Centro de Educación Especial Marqués de Vallejo.
Sí que existen en La Rioja otras opciones, pero tendría que ceder la custodia de mi hijo y no quiero. Mi mujer falleció luchando por mi hijo y yo voy a seguir el mismo camino
Soluciones muy lejanas en ambos casos para estas familias agobiadas también por el estado del edificio al que cada día acuden sus hijos al colegio. “Mi caso no es el único, hay otro padre que es feriante y viaja constantemente al que se le ha presentado un problema muy gordo”. Y es que no hay recursos similares para estas familias. “Éramos unos privilegiados porque no hay más centros así en España. Este es el único que ofrece este servicio de internado, un alivio importante para las familias. Sí que existen en La Rioja otras opciones, pero tendría que ceder la custodia de mi hijo y no quiero. Mi mujer falleció luchando por mi hijo y yo voy a seguir el mismo camino”.
Y en esta lucha, Javier solo quiere poder seguir trabajando para sacar a sus tres hijos adelante. “Yo no quiero subvenciones, yo necesito ayuda al margen de mi madre de 73 años recién operada y mi hijo mayor”. Javier y el resto de familias y la comunidad educativa del Marqués de Vallejo saldrán a la calle este domingo para exigir que el colegio al que acuden sus hijos e hijas y en el que trabajan estos profesionales esté en buenas condiciones. 'Alzamos la voz, derechos de nuestros hijos' es el lema elegido para esta manifestación que partirá el domingo 16 de noviembre a las 12:00 horas de la sede de la Consejería de Educación en la calle Murrieta de Logroño.