Hasta 10 años para los presos que retuvieron a un funcionario en la cárcel de Picassent
La sección tercera de la Audiencia Provincial de Valencia ha condenado a dos presos de la cárcel valenciana de Picassent a cinco años y dos meses de prisión, y a otros diez años y ocho meses, respectivamente, por retener a un funcionario el 23 de marzo de 2008 y golpear a otro. Uno de ellos reconoció durante la vista celebrada el 6 de mayo de este año los hechos, mientras que el otro aseguró que “sólo recibía órdenes”.
El tribunal considera probado los hechos narrados por el ministerio público, quien expuso que sobre las 18.30 horas del 23 de marzo los dos acusados, puestos de común acuerdo, se introdujeron en el interior del módulo 28 de la Unidad de Preventivos, eludiendo el arco detector, y se dirigieron hacia la primera planta por las escaleras, según consta en la sentencia facilitada por la Asociación Profesional de Funcionarios de Prisiones (APFP).
En la galería se encontraban dos funcionarios, a parte del que les iba siguiendo, y los acusados les amenazaron con las cuchillas que portaban, extraídas de las maquinillas de afeitar que se proporcionan a los internos. Uno de ellos dio un puñetazo a un empleado público, mientras que el otro interno intentó sujetarlo y llevarlo hasta el final de la galería, algo que no consiguió porque el funcionario logró escapar.
Seguidamente, los dos acusados intentaron coger a otro funcionario, quien tras un forcejo también pudo irse. A continuación abordaron a un tercer funcionario, a quien pudieron reducir y retener tras colocarle la cuchilla en el cuello. Entretanto, sus compañeros trataron de aproximarse para liberarlo, pero no pudieron. Tras personarse el jefe de servicios y dialogar con uno de los presos, éstos desistieron de su actitud y liberaron al funcionario, quien estuvo retenido durante una media hora.
El tribunal considera que los reos incurrieron en un delito consumado de detención ilegal; en dos delitos intentados de detención ilegal; en un delito de lesiones; en otro de atentado a funcionario público; y en una falta de lesiones -en concreto, atribuible al preso que dio el puñetazo-.
Llega esta conclusión al considerar las declaraciones de los tres funcionarios que intervinieron en el incidente, quienes “no incurrieron en contradicciones, ambigüedades o inconsistencias”; en los partes de lesiones aportados por los funcionarios; y en las declaraciones de los presos -uno de ellos reconoció que sobrepasó el arco detector y dio un puñetazo a un funcionario; y el otro que retuvo a otro empleado en la galería-.
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