Jornada de caos y toque de queda
Tailandia ha vivido una jornada de auténtico caos y violencia, centrado especialmente en la capital del país, Bangkok, donde los opositores al gobierno, los camisas rojas, tienen establecido su campamento principal.
Tras la detención de cuatro líderes del grupo opositor y el asedio al campamento por parte del Ejército tailandés, los camisas rojas decidieron incendiar los ayuntamientos de Udon Thani y de Khon Keon, ambos situados en el noreste del país, el edificio de la Bolsa y el centro comercial más grande de Bangkok. Los militares respondieron a estos incendios atacando a los camisas rojas en sus propios refugios.
Esta situación ha provocado que el Ejército tailandés anunciase que el toque de queda impuesto en Bangkok y 23 provincias del país se prorrogará durante tres días más a partir de las 21.00 hora local (16.00 hora peninsular española) de este jueves.
De este modo, durante los próximos tres días queda prohibida la presencia en las calles en todos los lugares señalados entre las 21.00 horas y las 5.00 horas del día siguiente.
“La Policía y los militares le comunicaron al primer ministro [Abhisit Vejjajiva] que el toque de queda decretado anoche transcurrió sin incidencias”, informó el alcalde de Bangkok, Dittaporn Sasasmith. “Esta medida ayudará a las fuerzas de seguridad a garantizar el bienestar de la población y evitar estallidos de violencia”, añadió.
Por su parte, el ex primer ministro tailandés Thaksin Shinawatra afirmó que el asalto militar realizado contra las protestas realizadas por sus simpatizantes, los camisas rojas, podría derivar en la creación de guerrillas a causa del “resentimiento”.
“Hay una teoría que dice que un asalto militar puede generar resentimiento y que esta población resentida formará guerrillas”, afirmó, en una entrevista a Reuters desde un lugar secreto, ya que Thaksin vive exiliado por las causas de corrupción abiertas contra él en Tailandia.
“Hay multitud de personas de todo el país que están decepcionadas porque no pudieron unirse a la manifestación de Bangkok”,
agregó, en alusión a las protestas registradas durante semanas en el centro de la capital tailandesa.
Thaksin fue derrocado en un golpe militar en 2006, pero miles de tailandeses reivindican su vuelta y la dimisión del actual Gobierno, encabezado por Abhisit Vejjajiva. Las protestas de los camisas rojas, como se conoce a sus seguidores, terminaron este miércoles con una operación militar que provocó seis muertos y 58 heridos.
El ex primer ministro negó que hubiese asesorado a los manifestantes en las fallidas conversaciones con el Gobierno y señaló que sólo les recomendó “tomar una decisión colectiva como grupo, no dejar que ningún líder individual tomase decisiones por su cuenta”. “Nunca traté mis intereses personales con ellos”, apostilló Thaksin.
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