Premios Pepe Miquel: celebrando la innovación y el compromiso social del cooperativismo valenciano
Los Premios Pepe Miquel, recientemente otorgados por Concoval, no son solo una ocasión para reconocer públicamente a personas que con su trabajo contribuyen al impulso del cooperativismo valenciano, sino también una poderosa afirmación de los valores de este modelo económico y una ocasión para recordar su impacto económico y social en la Comunitat Valenciana. Desde su primera convocatoria, en 2005, estos premios han destacado la trayectoria de quienes dejan una huella imborrable en el cooperativismo y han honrado, también, la labor de profesionales y medios de comunicación que difunden los principios y actividad de las cooperativas.
El galardonado en esta edición de los Premios es un claro ejemplo de esta huella. Hablar de Juan Antonio Pedreño es sinónimo de cooperativismo, al que ha dedicado prácticamente toda su vida. El presidente de la Confederación Empresarial Española de la Economía Social (Cepes) y de Social Economy Europe es sin lugar a dudas una de las figuras más destacadas de la economía social española y europea.
En un año en el que València es faro de este modelo económico por ser Capital Española de la Economía Social, creemos que es el momento idóneo para poner en valor la figura de Pedreño y su significado para el cooperativismo español. Esta capitalidad es un hito que no solo pone en relieve el fuerte arraigo del cooperativismo en la Comunitat Valenciana, sino que también establece un modelo aspiracional para el resto de España. Esta distinción refleja el compromiso colectivo de múltiples organizaciones y el apoyo institucional en pro de una economía que prioriza al ser humano, la equidad y la sostenibilidad ambiental.
El enfoque de València hacia una economía que integra cooperativas, entidades del tercer sector de acción social, empresas de inserción, mutualidades de previsión social, sociedades laborales y otras fórmulas de economía social, es un claro ejemplo de cómo los esfuerzos colaborativos pueden culminar en una transformación económica significativa y necesaria. Así, València no solo se erige como un referente estatal, sino que también se convierte en un laboratorio de innovación social que puede ofrecer lecciones valiosas más allá de sus fronteras. La capitalidad en 2024 será, sin duda, una oportunidad para demostrar la capacidad del cooperativismo y la economía social para coadyuvar a la creación de una sociedad más justa y un mundo más sostenible.
En este sentido, los Premios Pepe Miquel son también una prueba de la consolidación de la identidad y la fortaleza del cooperativismo valenciano, que destaca como un modelo de referencia en España. Con casi tres millones de socios y un volumen total de ventas que representa el 7,93% del PIB autonómico, las cooperativas demuestran cada día su capacidad para liderar una economía ética y responsable. Las cooperativas valencianas han sabido adaptarse y prosperar, demostrando que es posible alinear la rentabilidad económica con la equidad y la inclusión social. Este éxito no es fortuito. Responde a un modelo empresarial que pone a la persona en el centro de su actividad, reconociendo que el crecimiento económico debe ir de la mano del bienestar social y nunca, jamás, anteponerse a él.
La relevancia y repercusión del acto de entrega de los galardones, que reunió a más de doscientas personas en València el pasado 18 de abril (entre autoridades locales y autonómicas, representantes de agentes económicos y sociales, dirigentes de entidades y empresas de la economía social valenciana y española, y miembros de instituciones académicas), no solo refleja la importancia del evento, sino que supone una validación del cooperativismo por parte de la sociedad y de las Administraciones públicas, cuyo apoyo es fundamental para el crecimiento y la innovación continua del sector, favoreciendo que las cooperativas sigan siendo pioneras en prácticas empresariales responsables.
Por lo tanto, los Premios Pepe Miquel no solo celebran logros pasados, sino que también incentivan la permanencia y extensión del modelo cooperativo. Son una llamada a reconocer y replicar una fórmula que ha demostrado ser efectiva en el camino hacia una sociedad más justa y equitativa. Es imperativo que la sociedad en general, y en particular la comunidad empresarial, tomen nota de este éxito para considerar el cooperativismo no como una alternativa marginal, sino como un pilar central de la economía futura.
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