La obras de la 'autovía' Calahorra-Arnedo comenzarán en otoño
Ha tenido lugar el acto de presentación del proyecto de la 'autovía' Calahorra-Arnedo, la primera carretera de alta capacidad de titularidad autonómica que, con una inversión de 45 millones de euros, permitirá conectar por una doble vía las dos principales cabeceras de comarca riojanas. Pedro Sanz ha asegurado que esta infraestructura “estará en obras este otoño”.
Durante este acto, desarrollado en la Casa de Cultura de Arnedo, Pedro Sanz ha estado acompañado por las principales autoridades políticas, sociales y económicas de La Rioja Baja. Además del Presidente del Parlamento de La Rioja, José Ignacio Ceniceros, y del Consejero de Vivienda y Obras Públicas, Antonino Burgos, y los Alcaldes de Arnedo, Juan Antonio Abad, y de Calahorra, Javier Pagola, han asistido a la presentación los primeros ediles de las poblaciones de las cabeceras de comarca de La Rioja Baja, así como representantes de las principales organizaciones sindicales y empresariales riojanas.
El proyecto, al detalle
El objetivo de esta vía rápida es conectar Arnedo, y su comarca, con el Eje del Ebro, donde se concentran las principales infraestructuras viarias de nuestra Comunidad (N-232 y AP-68). De esta forma, las dos poblaciones con más habitantes de nuestra región –con excepción de la capital- contarán con una conexión directa, rápida y segura.
El proyecto de desdoblamiento de la LR-123 y la LR-134 se debe a que ambas carreteras presentan intensidades de tráfico superiores a los 10.000 vehículos por día, con un 10% de tráfico pesado. Además de potenciar las comunicaciones de Arnedo, y de su industria del calzado, se potenciará la viabilidad futura del Polígono Industrial de La Maja –el de más importancia de cuantos se ejecutan en la actualidad-, así como de las localidades turísticas de Arnedillo, Enciso y de las poblaciones balnearias de la comarca del Alhama-Linares.
La autovía, que aprovecha al máximo la actual LR-134, tendrá una longitud de 12,5 kilómetros y permitirá velocidades punta de 120 kilómetros/hora (o la que la Ley establezca como velocidad máxima de circulación). Contará con una plataforma cercana a los 30 metros al contar con cuatro carriles (dos por sentidos, de 3,5 metros de ancho cada uno); con arcén interior de un metro y exterior de 2,5; y bermas de un metro de ancho. Por lo que respecta a las glorietas proyectadas, tendrán un diámetro de 100 metros, con dos carriles por sentido de 4,5 metros de ancho cada uno; y amplios ramales para garantizar y asegurar las incorporaciones.
La vía rápida arranca de la localidad de Calahorra, con una glorieta a la altura del Parque de Bomberos que canalizará los accesos al propio parque y al Polideportivo Juventud. De ahí, la vía prosigue hasta la intersección con la carretera a Autol (LR-282), con una importante mejora de la seguridad vial al sustituir el actual cruce en forma de ‘T’ con una rotonda. Tras salvar las ‘curvas de Santa María’, la futura autovía alcanza el Polígono de La Maja con una glorieta de nueva creación que canalizará, de forma fluida, eficaz y segura, el tráfico hacia el centro industrial.
La cuarta rotonda se proyecta en el actual cruce de la LR-281, en Quel. En este tramo donde la autovía se aparta de la actual LR-134 para permitir un nuevo enlace, a distinto nivel, con la LR-123 (en dirección a El Villar de Arnedo). Desde esta intersección, se alcanza por el Este la localidad de Arnedo, suavizándose las rasantes, propiciando con una nueva glorieta un acceso directo con los polígonos de El Raposal y El Campillo, que concentra la producción de calzado arnedana, y entroncando con la actual variante de Arnedo.
La 'autovía' Calahorra-Arnedo, en datos
La importancia de esta obra se refleja no sólo en el volumen económico que conlleva (39.567.980 euros para las obras y 4.485.158 euros para las expropiaciones), el mayor de cuantas infraestructuras viarias ha acometido el Gobierno regional en La Rioja, sino por las unidades y partidas asociadas. Así, se excavarán un total de 1,8 millones de metros cúbicos y 700.000 metros cúbicos de terraplenes. Se utilizarán más de 209.000 toneladas de mezclas bituminosas y 10.000 toneladas de betún. En hormigón, se emplearán casi 5.000 metros cúbicos mientras que se instalarán 39 kilómetros de barreras de seguridad.
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