La OEA abre sus puertas a Cuba
“Que la Resolución VI adoptada el 31 de enero de 1962 en la octava reunión de consulta de ministros de Relaciones Exteriores, mediante la cual se excluyó al Gobierno de Cuba [...] queda sin efecto en la Organización de Estados Americanos”, con estas palabras la titular de Exteriores de Honduras, Patricia Rodas, anunciaba un nuevo capítulo en la historia de la Organización de Estados Americanos (OEA) con la incorporación de Cuba como miembro.
Los ministros de Exteriores presentes en la Asamblea General de la OEA celebrada en San Pedro Sula (Honduras) llegaron finalmente a un acuerdo de suspender el veto y volver a aceptar a La Habana en el organismo multilateral, aunque la última palabra la tiene ahora el presidente cubano, Raúl Castro.
El artículo segundo de la resolución de la OEA señala que “la participación de Cuba” en el organismo “será resultado de un proceso iniciado a solicitud” de La Habana. Según explicó Martínez, lo que hicieron los ministros fue “revocar” la medida, quedando abierta la posibilidad de que la isla regrese a la OEA “siempre y cuando” el Gobierno cubano “así lo considere conveniente e inicie el dialogo con el sistema interamericano”.
Por su parte, Cuba aplaudió ayer la derogación de la resolución de la OEA, pero dejó claro que no iba a regresar a esa “tenebrosa” organización. Según Randy Alonso, moderador del programa “Mesa Redonda” de la televisión estatal cubana, era “un día histórico” por la decisión adoptada por la OEA, pero recordó que Cuba no había solicitado su regreso a la Organización, “llena de historia tenebrosa y entreguista”, aunque recordó “el simbolismo y la rebeldía que entraña esta decisión impulsada por los gobiernos populares de América Latina”. “Pese a presiones, condicionamientos y maniobras de Washington, las fuerzas formidables de la América Latina que está naciendo hicieron posible el desagravio, la rectificación histórica, la condena implícita al oprobioso pasado”, dijo Alonso.
Además, el ex presidente cubano Fidel Castro ha dicho en repetidas ocasiones que Cuba no tiene ninguna intención de volver a la OEA, a la que considera un instrumento de dominación de Estados Unidos que debe simplemente desaparecer. En su última reflexión de ayer, el líder cubano dijo que, desde su creación, el organismo había sido “cómplice de todos los crímenes contra Cuba”.
El arrepentimiento por el aislamiento y bloqueo que se mantuvo sobre Cuba está presente en algunos políticos. El ministro de Exteriores de Ecuador, Fander Falconí, aseguró que la decisión de la OEA “tenía que ver con una hipocresía que se había consolidado en las relaciones hemisféricas porque Cuba tiene relaciones con todos los países de América Latina.” “Ya sabrá Cuba cómo asumir y qué hacer con esta reparación. Pedir condiciones tras 47 años de aislamiento y bloqueo, por la supuesta culpa de asumir su destino, es poco menos que absurdo. Nos corresponde tan solo pedir disculpas”, expresó.
Reacciones
Los diferentes países que conforman la OEA han reaccionado, la mayoría, con satisfacción por la medida. En Estados Unidos, la secretaria de Estado, Hillary Clinton, se ha mostrado “satisfecha” por el consenso logrado en la OEA para levantar el veto a la adhesión de Cuba, ya que la jefa de la Diplomacia estadounidense entiende que esta medida supone “centrarse en el futuro en lugar de en el pasado”.
Chile y Argentina coincidieron en afirmar que se trataba de un momento histórico. “Hemos terminado con un anacronismo y una injusticia”, aseguró el ministro de Exteriores argentino, Jorge Taiana , quien admitió que el acuerdo llegó “después de mucho esfuerzo y cuando muchos creían que no había posibilidades de éxito”. Su homólogo chileno también celebraba la decisión: “la familia interamericana deja de tener esta piedra en el zapato que era la situación cubana frente a la OEA.” En su opinión, la organización “ha terminado con una sanción que se veía anacrónica, producto claro de la Guerra Fría”.
Por su parte, el presidente brasileño Lula ha destacado la importancia de que Cuba deje de ser el “patito feo” del continente. “Es una victoria del pueblo iberoamericano, una victoria de Cuba, que ha esperado pacientemente durante años”, declaró.
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