La segunda vida del aceite industrial
En 2015, SIGAUS gestionó los residuos de 490 establecimientos productores con un total de 2.117 toneladas de aceites industriales en La Rioja. La principal fuente del aceite usado fueron los talleres mecánicos (54%), generadores de una cuarta parte del volumen total.
La entidad sin ánimo de lucro realizó 230 operaciones de recogida en entornos de gran riqueza ambiental: 26 localidades rurales junto a espacios protegidos, donde la generación del residuo presenta altos índices de fragmentación y dispersión geográfica, existiendo, por tanto, un mayor riesgo ambiental.
El aceite usado procedente de vehículos y maquinaria industrial es uno de los residuos más contaminantes que existen, generándose de forma muy dispersa en el territorio y en actividades empresariales muy heterogéneas (desde talleres de vehículos e instalaciones industriales, hasta cooperativas agrarias, parques eólicos, campos de golf, autoescuelas, recintos militares…), y cuya recogida implica una gran complejidad logística y una gestión precisa y costosa.
Sin embargo, a pesar de su naturaleza contaminante, el aceite usado contiene importantes recursos materiales y energéticos, lo que le proporciona gran valor bajo una adecuada gestión.
Proceso de depurado y el medio rural
En la primera fase de recuperación, el aceite industrial registra cantidades brutas de impropios, como agua, lodos o partículas metálicas. Por su composición y características, el aceite usado es trasladado a centros de transferencia donde es analizado y sometido a un pre-tratamiento para eliminar parte de las sustancias contaminantes. Posteriormente, se determina el destino final óptimo del aceite resultante, con el objetivo de evitar su impacto en el medio ambiente y permitir su aprovechamiento.
El principal problema de este proceso es que las zonas rurales están muy dispersas; es decir, requieren grandes trayectos para cantidades de aceite usado pequeñas con 1 o 2 productores de residuo por población, lo que supone un déficit para la empresa. De entre todo el aceite usado obtenido del medio rural, el 94% se recuperó junto a espacios protegidos, donde radican los principales valores naturales a proteger, lo que habla de la importancia de la inversión que realiza SIGAUS en estas zonas.
Por su parte, el 51% del aceite fue generado en Logroño, con los talleres mecánicos como principales productores, seguido de otro municipio con el 26% y el resto de poblaciones (60), que acumularon el 23% restante.
El aceite usado como materia prima
SIGAUS destina a distintos tratamientos el aceite usado recuperado, cumpliendo con el objetivo ecológico establecido por la normativa de valorizar el 100% del residuo. El residuo se reintegra de nuevo en el ciclo de vida del producto original, el aceite lubricante:
- Durante el pasado año, el 90% de la cantidad neta de aceite usado recogido en La Rioja se regeneró y se convirtió en aceite base para fabricar nuevos aceites industriales. Gracias a las 913 toneladas tratadas mediante este proceso se devolvieron al mercado 608 toneladas de lubricantes, una cantidad equiparable al 29% del consumo en esta comunidad. Con la cantidad destinada a este tratamiento se evitó la emisión de 2.738 toneladas de CO2, lasmismas que emiten 1.332 coches al año.
- La segunda vía de tratamiento es la valorización energética, proceso con el que mediante la separación físico-química de sus contaminantes se fabrica un combustible de uso industrial, sustitutivo del fuel óleo, y que es utilizado en grandes hornos en cementeras, papeleras, fábricas de materiales de construcción o en centrales térmicas de cogeneración eléctrica. Las 102 toneladas de aceites usados destinadas a la valorización energética a través de SIGAUS durante el pasado año han permitido la generación de una energía equivalente a 1,10GWh, suficientes como para abastecer el consumo anual de 213 habitantes de La Rioja.
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