La UDL se espesa y pierde solidez defensiva
Acumulaba cuatro victorias seguidas la UDL en Las Gaunas hasta que llegó el Valladolid B para sumar un punto que dio por bueno, como se pudo comprobar en los instantes finales. Los logroñeses le pusieron empuje, corazón, ganas… pero poco fútbol, tras la igualada, para hacerse merecedores del triunfo. Es más, el cuadro blanquivioleta atisbó incluso el sumar tres puntos de una tacada, pero tuvo miedo a ganar y esperó su oportunidad cuando su rival parecía tocado. En este sentido, los blanquirrojos no fueron capaces de conservar el tanto de Ander Vitoria, con pillería supo picar, marcado al cuarto de hora al aprovechar el fallo en la salida del portero y la poca contundencia de su par Jaime. El paso por los vestuarios no sentó bien a los de Sergio Rodríguez que cedieron demasiados metros ante un filial que se lo fue creyendo hasta empatar después de un córner, aunque previamente Miño ya tuvo que impedir las tablas a tiro de Doncel.
Cierto que se sigue sumando, que no se encadena una segunda derrota, pero la impresión es que la UDL ha perdido chispa, fiabilidad y parte de esa versatilidad que le hacía casi indestructible. Sin Errasti, en recuperación, y con Olaetxea fuera de la lista por molestias físicas, queda constatado que este equipo anda cojo en esa demarcación. El eibarrés es fundamental para el equilibrio y el pleno rendimiento de un conjunto que acusa su ausencia -victoria, derrota y empate sin él en las tres últimas jornadas-, mientras que el de Abadiño ofrece múltiples facetas dentro de esa ubicación.
Sierra debutaba como titular junto a Andy. El madrileño es lo que es, con balón da frescura y limpieza, pero sin él le cuesta más encimar, hacerse el amo en esa parcela. Sergio Rodríguez apostó, en esta ocasión, por Ousama por un Rayco que no está. Por lo que sea el canario no conecta con lo que propone su equipo. La UDL lo acusa porque no aparece el hombre que debe dar luz ante la oscuridad de ideas. El marroquí, por su parte, pasó desapercibido, mala señal para alguien que sabe la competencia que hay en esa zona del campo.
El caso es que la UDL planteaba un partido de esperar, dejar hacer y aprovechar su oportunidad a la contra. El Valladolid B asumió el dominio y se encontró con un adversario raudo en las transiciones. Por si fuera poco, Ander Vitoria pugnaba con Jaime, el central le ganaba en velocidad, pero el delantero tiró de veteranía para meter el cuerpo y hacerse el hueco para picar ante la salida de Samuel, que se quedó a mitad de camino. Un cuarto de hora y el plan salía a la perfección. No variaba a dinámica, pero el cuadro de Javi Baraja fue a más. No le puso pegas a tener la pelota y buscó a Miño con tino. La jugada de Stiven Plaza la remataba El Hacen para que el meta catalán se luciera en lo que mejor dominaba, estar bajo los palos. Cuando sale tiene sus limitaciones, las sabe y hay que asumir los puntos fuertes y débiles de los futbolistas.
Ñoño, intermitente, tuvo sus momentos y pudo desequilibrar y encarrilar el duelo. Samuel le sacó un buen tiro y después el andaluz desbordó para ceder a Andy que se topó con el portero rival. Ander Vitoria cogió el rechace, pero no encontró portería. El choque estaba encauzado, pero faltaba una parte todavía. Una segunda mitad en la que la UDL estuvo por debajo de lo que se esperaba. El Valladolid B dio un paso adelante y arrinconó a los locales. Miño sujetaba a los suyos con los puños ante un lanzamiento de Doncel. Y en la siguiente acción, despeje de Caneda de aquella manera, balón en la frontal que la gana Navarro para ceder a Alende, que tuvo tiempo para controlar y romper la red.
Los blanquirrojos, descentrados, perdían el sitio. Oriol ganaba enteros en la medular y cruzó en exceso una buena oportunidad con un tiro en la frontal. El preparador logroñés actuaba con Rayco en el campo y después con Javi Álamo, con jugadores ubicados en las alas con su pierna natural. Movimientos que parecieron menguar el control de los visitantes. La UDL quería, pero faltaba profundidad. El extremo canario le daba algo de presencia a ese perfil, mientras que en el otro costado Iñaki se asomaba.
El problema venía cuando el Valladolid B tenía la pelota. Los blanquirrojos se echaban demasiado atrás y cedían metros ante un conjunto que combinaba pero no terminaba de concretar, lo cual agradecía una UDL que pese a todo lo intentaba con corazón, pero con escaso criterio, a excepción de un gran pase de Javi Álamo que acabó Andy en gol, aunque anulado por fuera de juego. Los blanquivioletas ya no miraban con ambición a Miño, lo hacían con precaución, como se comprobó con dos sustituciones en la recta final con los que el choque se fue ralentizando para que el filial sumara un punto, igual que los riojanos que de pelear por el liderato en solitario miran desde la tercera plaza y cuentan con 4 puntos de ventaja respecto a la quinta posición, en la que está su rival de este sábado.
Ficha técnica
UD Logroñés: Miño; Iago López, Caneda, Zabaco, Iñaki; Rubén Martínez, Andy, Sierra, Ñoño (Javi Álamo, min. 67); Ousama (Rayco, min. 55) y Ander Vitoria (Roni, min. 86).
Valladolid B: Samuel; Apa, Jaime, Alende, Navarro; Zalazar, Oriol, Mancuso (Segura, min. 70), Doncel (Pablo, min. 88); El Hacen y Stiven Plaza (Soberón, min. 92).
Goles: 1-0, min. 15: Ander Vitoria. 1-1, min. 53: Alende.
Árbitro: Alberto Fuente Martín (Comité Cántabro). Amonestó a los locales Sierra (min. 43) e Iñaki (min. 83) y a los visitantes Mancuso (min. 35), Alende (min. 81) y Soberón (min. 93).
Foto: UD Logroñés
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