El PR propone que la la estación provisional de tren sirva de comisaría de Policía Local

EL PR ha propuesto al Ayuntamiento de Logroño y a las administraciones que participan en el soterramiento del tren que no derriben la estación provisional del ferrocarril para que sea la sede de la comisaría de Policía Local de la zona sur de la ciudad y de un museo de la antigua estación.

El PR ha insistido en que debe conservarse la estación provisional, que se construyó hace dos años para sustituir a la antigua, derribada por un acuerdo del PP y del PSOE, ha dicho.

Ha añadido que, en una época de crisis como la actual, es un “grave” error derribar y desmontar la estación provisional, por lo que ha pedido que tenga un uso público para los logroñeses.

Además de acoger la comisaría de Policía Local de la zona sur, cree que también podría ubicarse en ese espacio un museo de la antigua estación, con el fin de exponer sus vidrieras, lienzos, pinturas, escudos y el reloj que se desmontaron y mantener el patrimonio de la ciudad.

Ha precisado que la construcción de la estación provisional costó unos tres millones de euros y, en época de crisis, no se puede “tirar” ese dinero de todos los ciudadanos.

El PR, para el que hay que “optimizar” los recursos propios de la ciudad, ha defendido que es necesaria una nueva comisaría de Policía en la zona sur y este de Logroño, lo que mejoraría la seguridad de barrios como Cascajos, Lobete, Avenida de Madrid y La Guindalera.

Esta propuesta, según esta formación política, busca fomentar la austeridad, la optimización de recursos, la seguridad de las personas, la conservación del patrimonio de Logroño y el ahorro de tres millones de euros a los logroñeses por una estación provisional que puede ofertar otros usos dotacionales para los ciudadanos.

El PR ha recordado que el presidente del Gobierno de La Rioja, Pedro Sanz, y la alcaldesa de Logroño, Cuca Gamarra, piden nuevos edificios para la ciudad “sin ningún argumento lógico” y “sin usos delimitados”, por lo que cree que un edificio construido, acabado y pagado con más de tres millones de euros no puede derribarse ni desmontarse de nuevo.