Los campamentos de verano regresan por todo lo alto: 843 de 847 plazas llenas

Tras dos años conviviendo con la pandemia, este verano se ha presentado como el verano de los reencuentros, de la celebración, del regreso a la alegría de las fiestas patronales. Las ganas de volver a disfrutar han llegado hasta los campamentos de verano: si en abril anunciaron 847 plazas, han faltado cuatro para hacer una ocupación plena, tal y como ha señalado Paco Rivero, director general de Juventud.

“Hemos sacado la mayor convocatoria de campamentos juveniles de los últimos diez años, era un número de plazas muy alto, pernsábamos que había muchas ganas y mucha necesidad de vivir los campamentos”, contextualiza Rivero. “Hay muchas ganas, tanto los jóvenes para vivir la experiencia como los adultos”, cuenta en referencia a la contratación de monitores y monitoras y demás personal vinculado al ocio y tiempo libre, en torno a unas 110 personas jóvenes.

Así, menores de La Rioja de 10 a 17 años disfrutan de un verano del que guardarán grandes recuerdos, este año, en campamentos en Aragón, Castilla y León, Galicia, Cantabria, Madrid, Valencia y Álava, “con una variada oferta tanto recreativa como deportiva o cultural, desde intensivos de inglés hasta dedicados a la naturaleza”. Así, dentro de esta gran acogida el director general apunta que los primeros campamentos que suelen agotar sus plazas en primer lugar son los que se encuentran en un lugar de playa.

Por contra, lo que valoran los jóvenes campistas en La Rioja es “su entorno”. “Los jóvenes que vienen de otros lugares el venir a un entorno tan natural con un medio ambiente tan bonito y que te permite realizar actividades diferentes es lo que buscan, tenemos un entorno rural espectacular”.

Sin restricciones, pero sí con recomendaciones. “De todas las plazas que se han llenado, sólo cuatro participantes han tenido que abandonar el campamento por covid”, apunta. Una incidencia “totalmente llevable” y que no ha entorpecido el desarrollo de los dos campamentos dónde se han dado.

“Las sensaciones son espectaculares, se nota en el ambiente esa parte de felicidad, de poder volver a una normalidad en este tipo de actividades”, agradece Rivero. “He estado hace unos días en Munilla y también en el cuerpo de monitores y monitoras se nota, se han podido hacer todas las actividades que se pensaron hay una alegría en el ambiente a todos los níveles que motiva mucho a seguir adelante”. “Todo es disfrutar y, desde dónde venimos, es una satisfacción muy grande”.