'Nadando con cocodrilos'

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El Centro Internacional para las Políticas sobre Alcohol (ICAP), con sede en Washington, ha realizado un estudio sobre los patrones de consumo de bebidas alcohólicas entre jóvenes de países representativos de diferentes partes del mundo, y como conclusión ha puesto como ejemplo al modelo mediterráneo de ingesta alcohólica: moderado, cotidinado y vinculado a la vida familiar. Frente a la ingestión extrema de otras culturas. El estudio recalca que las opiniones de la juventud sobre el alcohol y las borracheras están más influidas por la cultura que por el sexo o la edad.

El estudio, denominado 'Nadando con cocodrilos. La cultura del consumo extremo de alcohol' incluye datos de cinco grupos juveniles representativos de diversas culturas, cuyos integrantes fueron reclutados en Brasil, China, Italia, Nigeria, Rusia, Sudáfrica y Reino Unido.

La investigación sobre los modelos de consumo juveniles muestra que los índices de borracheras y consumo extremo de alcohol son significativamente más bajos en los países mediterráneos que en los del norte de Europa. Por ejemplo, el 49 por ciento de los jóvenes suecos de 17 años admite que ha estado borracho, en comparación con un 10 por ciento aproximado entre los jóvenes de Italia, Francia y Grecia.

“Trágicamente, demasiados jóvenes buscan deliberadamente la borrachera como una forma de 'hedonismo calculado' vinculado a factores estructurales y culturales que afectan a la gente joven en países diferentes”, declaró Fina Measham, coeditora del estudio y criminóloga en la Universidad de Lancaster.

“Necesitamos trabajar para cambiar esta cultura de consumo extremo de bebidas alcohólicas”, señaló Marjana Martinic, coeditora y vicepresidente de salud Pública del ICAP. “Necesitamos tener en cuenta las culturas dominantes en países como Italia o España, donde el consumo moderado de alcohol es un elemento ordinario, cotidiano y que forma parte de la propia vida familiar”.

El cambio en la cultura del consumo extremo de alcohol requiere mirar más allá de las respuestas ordinarias e involucrar a todos los sectores“, concluyó la doctora Martinic. ”Esto significa que gobiernos, sistema sanitario, industria de bebidas alcohólicas, sistema judicial y sociedad civil deben asumir un papel en reducir el consumo extremo de alcohol entre la gente joven.

INICIADOS POR LOS PROPIOS PADRES

El estudio también refleja que los puntos de vista de los jóvenes sobre el alcohol o la embriaguez se ven más influidas por la cultura que por factores como la edad o el sexo. Así, se encuentran similaridades hacia el alcohol en jóvenes de diferentes países, como por ejemplo que fueron introducidos a su consumo por los propios padres durante celebraciones familiares.

También que su consumo está primordialmente asociado a la diversión y la socialización, y que tiene lugar básicamente en establecimientos públicos. También es bastante común la visión del consumo satisfactorio de alcohol cuando implica socialización y superación de problemas, y también la conciencia del hecho de consumir alcohol con un sentido de automedicación.

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