No es una enfermedad de hombres

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Situación que, como explica el doctor Santiago Palacios, presidente del Comité Organizador del 10º SAMEM y director del Instituto Palacios, “unida a la escasa presencia de mujeres en ensayos clínicos sobre enfermedad cardiovascular, así como las peculiaridades en la población femenina de esta patología y sus factores de riesgo, pone de manifiesto la necesidad de concienciar, tanto a los profesionales sanitarios como a la propia mujer, sobre la importancia de la prevención, tanto primaria como secundaria”.

La probabilidad de sufrir estas enfermedades aumenta con la edad y en la actualidad la mayor esperanza de vida de la mujer explica que a partir de los 75 años sea mucho más frecuente en ellas que en ellos. De ahí que en las próximas décadas con el progresivo envejecimiento de la población esta tendencia a afectar a las mujeres vaya a ser aún más pronunciada.

“Las diferencias de género en la manifestación clínica de las enfermedades cardiovasculares y la respuesta al tratamiento han sido demostradas. A pesar de ello, menos del 20 por ciento de los médicos conoce que las mujeres tienen mayor riesgo de mortalidad de origen cardíaco que los hombres”. Y es que se estima que dos de cada tres casos de muerte súbita en mujeres no tienen recogida en su historia clínica antecedentes familiares o factores de riesgo cardiovascular.

LA PERSPECTIVA DE GÉNERO

Frente a los hombres, en las mujeres la enfermedad cardiovascular se presenta 10-15 años más tarde. Tras el primer infarto, el 44% de las mujeres y el 27% de los hombres mueren durante el primer año. Y respecto a los síntomas, la angina de pecho es más frecuente en la mujer (47%) que en el hombre (29%).

Es obvio que biológicamente hombres y mujeres somos diferentes. Durante la edad fértil la mujer está protegida hormonalmente, protección que desaparece con la menopausia cuando se produce una caída de estrógenos. Según explica el doctor Palacios, “la diferenciación de género se fundamenta en tres pilares: las hormonas, los genes y los factores ambientales”.

Por todos estos motivos, la mujer manifiesta con síntomas diferentes al hombre la enfermedad cardiovascular, lo cual no favorece su diagnóstico, y responde también de manera diferente a los tratamientos. “De esta manera, la comprensión de estas diferencias es de vital importancia para la mejora del manejo clínico de las enfermedades cardiovasculares por un lado y, por otro, para el desarrollo de nuevos diagnósticos específicos por género y de nuevas opciones terapéuticas”.

Según la última Encuesta Nacional de Salud, en 2007 las enfermedades cerebrovasculares fueron la primera causa de muerte en las mujeres (10,3%) con 18.964 defunciones, seguidas por las enfermedades isquémicas del corazón (15.974 muertes) y la insuficiencia cardíaca con 13.060 fallecimientos.

Tanto en hombres como en mujeres, uno de los factores de riesgo cardiovascular más importante es el tabaquismo. “En el caso de las mujeres, está asociado a la mitad de eventos coronarios. Además, este hábito tóxico reduce la edad de aparición del infarto agudo de miocardio inicial en mayor medida en mujeres que en hombres”, explica el doctor Palacios.

Junto al tabaco, existen otros factores de riesgo que se deben controlar para prevenir eventos cardiovasculares, como la hipertensión arterial, sobrepeso y obesidad, inactividad física, niveles de colesterol elevados y diabetes mellitus. “Precisamente”, explica el doctor Palacios, “evitar los factores de riesgo, junto con una dieta equilibrada y cardiosaludable y realizar ejercicio físico, son las mejores medidas preventivas”.

La distribución de los factores de riesgo coronarios clásicos difiere entre sexos observándose entre las mujeres mayor incidencia de diabetes mellitus e hipertensión arterial (HTA). “Además, los factores de riesgo son más prevalentes en las clases socioeconómicas más desfavorables y hay que tener en cuenta que el número de mujeres de edad igual o superior a 65 años que se encuentran en el nivel de pobreza es el doble que los hombres”, explica el doctor Palacios.

En cuanto al sobrepeso, el doctor Palacios hace hincapié en la importancia de la obesidad, por ser un factor de riesgo más prevalente en la mujer a cualquier edad. Así, en España, el 14% de las mujeres adultas padece obesidad y el 53% presenta sobrepeso. Según el doctor Palacios, “diversos estudios epidemiológicos han puesto de relieve que un Índice de Masa Corporal (IMC) mayor a 30 (resultado de dividir el peso en Kg. entre la medida de la estatura en metros al cuadrado) aumenta 3 veces el riesgo de padecer diabetes tipo 2, casi 2 veces el de tener hipertensión arterial y 1,5 veces el de sufrir una dislipemia”.

Todos los expertos coinciden en la importancia de realizar ejercicio físico de forma regular como efecto protector frente a la enfermedad cardiovascular, tanto en prevención primaria como secundaria.

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