“No sólo hay que educar a los niños contra el acoso escolar. Todos somos responsables”
Ocupa las portadas de los periódicos y es tema frecuente de debate en los últimos años, pero lo cierto es que acoso escolar siempre ha habido, aunque ahora se le ha puesto nombre a esos comportamientos, que antes considerábamos 'cosas de niños'. En cualquier caso, no se puede pensar que sólo hay que educar a los niños para revertir estas conductas. “Los niños aprenden de su entorno y todos somos responsables, los medios, los profesores, los padres, los alumnos y la sociedad”, explica el profesor de la Universidad de La Rioja, Eduardo Fonseca.
Durante esta semana, la Asociación Riojana de Niños de Altas Capacidades, ARNAC; la Asociación Riojana de niños con Déficit de Atención e Hiperactividad, ARPANIH; y la Asociación Riojana contra el acoso escolar, Acae-Rioja, en colaboración con la Universidad de La Rioja y Obra Social de IberCaja promueven y organizan las jornadas sobre acoso escolar “Las caras del acoso”. Tendrán lugar martes, miércoles y viernes de 18:00 a 20:00 horas en el Centro Cultural Ibercaja y jueves a la misma hora en el Edificio Quintiliano de la Universidad de La Rioja.
Fonseca, doctor en Psicología, es uno de los participantes en estas jornadas. En concreto, este miércoles hablará sobre el bullying en La Rioja, donde no es tan frecuente como en otras comunidades y no es, ni mucho menos, un comportamiento generalizado. Así, se registran un 6,3% de casos de bullying ocasional y un 1,4% de casos frecuentes.
Eso sí, todavía es necesario mejorar el conocimiento que se tiene sobre el acoso escolar y es muy importante impulsar medidas de prevención. De hecho, esta es una de las líneas del III Plan de Salud Mental de La Rioja. Para conseguirlo, es importante tener en cuenta lo que es bullying, porque no cualquier conducta agresiva aislada lo es. “No es acoso si un niño empuja a otro o si discuten.Tiene que ser un comportamiento sistemático, prolongado, reiterado y violento, con intencionalidad y una situación de indefensión por parte de la víctima”.
Se producen más casos al inicio de la adolescencia, entre los 11 y los 14 años, y el maltrato verbal (insultos, motes), seguidos del abuso físico (peleas, golpes) son las formas más comunes de acoso. El maltrato físico es producido más frecuentemente por chicos y el psicológico por chicas.
Contrariamente a lo que suele creerse, Fonseca defiende que no existe un perfil de acosador característico. Puede tener baja autoestima o, por el contrario, tenerla muy alta, puede ser muy popular, no tener límites...y lo mismo ocurre con las víctimas. Pero no son estos los dos únicos actores, también los espectadores tienen mucho que decir. “Son muy importantes, porque podrían reducir en un porcentaje muy alto el acoso. Algunos lo ven y no dicen nada por miedo, otros porque no tienen las habilidades o los canales adecuados y otros porque nadie les dijo que hay que decirlo”.
Y a todo esto se añade una nueva variante: el ciberbullying, que cuenta con la peculiaridad de que el acoso se produce en todo momento, 7 días a la semana, 24 horas al día: “Cuando te acosan en clase, el maltrato en casa ya no ocurre, pero cuando te acosan por internet, se queda ahí hasta que se borre. Con que pase una sola vez, ya queda grabado”.
CÓMO RECONOCER UN CASO DE BULLYING
Los padres y profesores han de estar muy atentos para ver si su hijo está siendo víctima de acoso. Algunos de las señales que les indicarán que algo va mal son conductas como faltar a clase, evitar hablar del colegio, estar triste o poco comunicativo, somatizaciones, nerviosismo, estrés, pesadillas, baja autoestima, aislamiento social o descenso del rendimiento académico, entre otras.
Así mismo, también se puede identificar al agresor si observamos que tiene comportamientos agresivos, que se enfada con facilidad en los juegos y provoca peleas, que resalta defectos físicos de sus compañeros, que insulta o pone motes o que tiene bajo rendimiento académico o es impulsivo.
QUÉ HACER
Cuando se detecta o se sufre en primera persona un caso de maltrato, es importante saber dónde acudir. Existe un teléfono gratuito: 900 018 018 y además los profesores y el personal de los centros escolares deben tener claro cuál es el protocolo de actuación. A todo esto se añade el trabajo de ACAE-Rioja, la asociación riojana contra el acoso escolar, que viene a cubrir una carencia que existía en la sociedad riojana.
Como indica la catedrática de Evaluación Psicológica, Maite Garaigordobil, “la mejor forma de prevenir la violencia es construir la convivencia y educar en valores”. Crear un clima de convivencia es clave para prevenir el acoso. Además, es fundamental implicar a los padres, al aula y, de forma individual y conjunta, al agresor y la víctima. Y es que el bullying es cosa de todos.
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