Pendientes de la salud de Kim Jong Il
Corea del Norte vive pendiente de la salud de su líder, Kim Jong Il. Durante años, se ha especulado mucho sobre la salud del mandatario norcoreano. Sin embargo, en la actualidad los rumores sobre su deteriorada salud aumentan cuando las autoridades del país se han visto obligadas a aplazar la conferencia especial convocada por el oficialista Partido de los Trabajadores de Corea (PTC) en la que se espera que se designe al sucesor del actual mandatario norcoreano, según ha informado la cadena surcoreana YTN citando una fuente de los servicios de inteligencia de Corea del Sur.
La fuente citada por YTN aseguró que el estado de salud de Kim ha empeorado tras su viaje relámpago a China del pasado mes de agosto, aunque precisó que la situación del líder norcoreano no es tan grave como para cancelar el evento del PTC, previsto inicialmente para el 15 de septiembre.
Kim, de 68 años, sufrió un derrame cerebral en 2008, según medios internacionales, y en sus recientes viajes a China ha sido captado por las cámaras con un aspecto frágil. El Ministerio de Exteriores de Corea del Sur y el Ministerio de Unificación surcoreano, que se ocupa de las relaciones con Corea del Norte, se negaron a hacer comentarios respecto a la información de YTN.
Los principales integrantes de la élite política norcoreana habían sido convocados para una inusual reunión del PTC que, según analistas, tiene por objetivo acelerar los planes de sucesión de Kim en favor de su hijo menor, Kim Jong Un.
La conferencia del PTC es el mayor evento político en el país asiático desde 1980, cuando Kim, a la edad de 38 años, se integró en el partido, comenzando así la sucesión de su padre, Kim Il Sung, fundador del estado norcoreano. No obstante, el actual líder de Corea del Norte no tomó posesión como secretario general del partido hasta 14 años después, tras la repentina muerte de su padre en agosto de 1994.
Retomar el diálogo
Mientras las relaciones exteriores de Corea del Norte siguen condicionadas a la espera de retomar el diálogo a seis bandas. Estados Unidos estaría dispuesto a reanudar las conversaciones sobre el programa nuclear de Corea del Norte si Pyongyang da “indicios concretos” de que va a aplicar el acuerdo sobre desarme nuclear de 2005, según ha afirmado el subsecretario de Estado estadounidense, Jim Steinberg.
Durante una reunión del Instituto Internacional para Estudios Estratégicos celebrada en Ginebra, Steinberg señaló que Washington se opone a retomar las negociaciones si no hay posibilidades de hacer progresos significativos.
“Necesitamos indicios concretos de que Corea del Norte está dispuesta y desea volver a las conversaciones para implementar con seriedad sus compromisos
incluidos en la declaración conjunta de septiembre de 2005“, subrayó, y añadió que su gobierno no quiere hablar por hablar, sino que busca ”una forma de avanzar“.
En la declaración conjunta de septiembre de 2005, Pyongyang se comprometió a renunciar a su programa de armas atómicas a cambio de recibir ayuda en el sector energético, garantías para su seguridad y un mayor reconocimiento diplomático.
El acuerdo establece que el país asiático puede tener en el futuro un programa para desarrollar energía nuclear siempre que cumpla una serie de estrictas medidas de salvaguardia, pero perdió relevancia tan sólo un año después, cuando el régimen norcoreano realizó su primer ensayo atómico. El segundo fue en 2009.
Washington considera que las capacidades nucleares de Pyongyang suponen una amenaza para Corea del Sur y Japón y un riesgo de que proliferen este tipo de armas. El proceso de diálogo entre Corea del Norte, Corea del Sur, China, Japón, Rusia y Estados Unidos se interrumpió en 2008.
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