Preocupante situación de los presos enfermos mentales en Japón
Hanging by a thread: mental health and the death penalty in Japan es el último informe que la organización pro derechos humanos, Amnistía Internacional , ha publicado. En él se hace balance de la situación en la que viven los presos en Japón y se denuncia el trato que reciben las personas con enfermedades mentales que están condenadas a muerte en este país.
Según Amnistía Internacional el gobierno japonés está violando con esta práctica varias normas internacionales que aseguran la protección de las personas con enfermedades mentales graves frente a las condenas de muerte.
Por el momento, en Japón hay 102 personas que desconocen cuál será su destino. No saben si serán ejecutadas por las autoridades, ni cual será la fecha de su ejecución. “Quienes han llegado al final del proceso legal se ven obligados a esperar la ejecución todos los días, afrontando una condena que puede cumplirse con sólo unas horas de aviso. Para ellos, cada día puede ser el último, y la llegada de un funcionario de prisiones con una orden de ejecución supondría su ejecución en unas horas. Algunos viven así año tras año, en ocasiones durante décadas”, afirma Amnistía Internacional.
El experto en salud de la organización, Jamez Welsh, tacha este trato de “cruel, inhumano y degradante” y añade que supone una gran riesgo para la salud de los preso pues pueden llegar a desarrollar enfermedades mentales graves.“Estas condiciones inhumanas aumentan la ansiedad y la angustia de los presos y en muchos casos los empujan hacia la enfermedad mental”, ha declarado Welsh.
Amnistía Internacional se encontró en Japón con casos de presos condenados a muerte a quienes no se les permitía hablar entre sí, limitándose su contacto con el exterior a cinco minutos con los familiares, abogados y otras personas. “No se les permite moverse salvo para ir al baño, y deben permanecer sentados en su celda. Además, tienen menos acceso al aire libre y la luz del sol, y más probabilidades de sufrir castigos extra por infringir las estrictas normas que se les imponen” señala la ONG.
En su informe, Amnistía Internacional pide al gobierno de Japón que establezca una “suspensión de las ejecuciones con vistas a abolir la pena de muerte” y le solicita que revise los casos en los que la enfermedad mental pueda ser un factor pertinente.
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