“Rara es la semana que no nos escribe una chica angustiada por si está embarazada”
Este 14 de febrero, además de celebrarse el 'patrón' de los enamorados es también el Día Europeo de la Salud Sexual. Un concepto mucho más amplio sobre el que hemos querido conversar con Serise Sexología, expertas en educación sexual, asesoramiento y terapia sexológica.
- ¿A qué nos referimos cuando hablamos de salud sexual?
En primer lugar, es necesario aproximarnos a los distintos conceptos que se manejan entorno a este tema desde la sexología. Por un lado, se habla de salud sexual cuando en realidad debería tratarse como salud genital o aquello referido a los aspectos más médicos que tienen que ver con los genitales: principalmente higiene, infecciones, prevención de las mismas, etc.
En segundo lugar, si hablamos de salud sexual como tal, concierne a aquellas cuestiones que teniendo que ver con la salud se relacionan con los sexos, con los hombres y las mujeres y sus distintas manifestaciones, sintomatologías, prevalencia, etc. En este sentido, podemos poner un ejemplo muy ilustrativo de cómo en función de si se es hombre o mujer la salud difiere. El infarto de miocardio es más frecuente en hombres que en mujeres pero hay mas tasa de mortalidad en ellas que en ellos. ¿A qué se debe este hecho? A que la salud es sexuada, a que la medicina no suele contemplar estas diferencias en los diagnósticos y mientras que en ellos los síntomas están claros (dolor en el brazo izquierdo, por ejemplo) en ellas, las manifestaciones más habituales son presión en el pecho, molestias abdominales... síntomas que suelen identificarse como ansiedad.
Por último, podríamos hablar de educación de/para los sexos, es decir, aquella educación que concierne a hombres, mujeres y sus interacciones, sean estas eróticas o no y precisamente es aquí donde realmente tendría sentido hablar de respeto, libertad, etc.
Por ello, consideramos que cuando socialmente se habla de salud sexual principalmente se está haciendo hincapié en la salud genital.
- Creemos que hemos avanzado mucho pero, ¿sigue habiendo desconocimiento?, ¿cuáles son los principales problemas?
A pesar de vivir en la era de la información, no resulta fácil saber dónde buscar para que esta sea real y de calidad, sobre todo porque en vez de acudir a profesionales, internet es el recurso más accesible para ello ya que se mantiene el anonimato o se evita la vergüenza de acudir a una consulta, entre otras cuestiones. En nuestra experiencia podemos decir que sigue existiendo falta de información en aspectos tan básicos como saber de qué maneras se produce un embarazo. Como muestra, os contamos que, rara es la semana que no nos escribe alguna chica a nuestro correo electrónico angustiada y preocupada ante la incertidumbre de saber si está embarazada o no. Sigue existiendo la noción de que una práctica que podría ser satisfactoria y sin riesgos como pueden ser los roces genitales con ropa, les genera un estado de ansiedad importante ya que no saben si por el hecho de que el chico haya eyaculado en la ropa o incluso sin eyacular, es posible que esté embarazada. Y no hablamos de chicas demasiado jóvenes, la media suele estar entre los 25 y los 40 años.
- ¿Sigue preocupando más el miedo al embarazo que la salud sexual?
Consideramos que sí. Muchas veces la gente se centra más en la prevención de embarazos que en la de infecciones de transmisión genital. Sucede una cosa y es que, en relación a las infecciones, algunas de ellas, aunque son tratables, no son curables. Además, cuando se ha tenido una práctica de riesgo o el método anticonceptivo ha fallado, hay recursos ante un posible embarazo como puede ser la pastilla del día después, pero para las infecciones, hay que esperar un tiempo, entre 3 y 6 meses llamado periodo ventana en el que la persona va a estar preocupada por saber si se ha contagiado o no. De ahí la importancia de emplear métodos barrera para poder disfrutar de la erótica antes, durante y después de cada encuentro.
- ¿Se ha perdido el miedo? (parece que cada vez hay más prácticas de riesgo)
En lo relativo a la erótica, siempre recomendamos que no hay que dejarse llevar por el miedo, ya que éste bloquea, paraliza y hace que no siempre se tomen buenas decisiones. Vale más adoptar una posición de responsabilidad, de conocimiento de qué prácticas tienen o no riesgo, ante qué prácticas es necesario protegerse y ante cuáles no.
Parece que las personas están más concienciadas a la hora de prevenir un embarazo que una infección. De ahí que, en muchas ocasiones, se suela recomendar no bajar la guardia y usar doble método, esto es, por ejemplo, un método anticonceptivo hormonal (para prevenir los embarazos) y un método de barrera (que protegerá tanto de embarazos como de infecciones).
Además, sucede una cosa y es que hoy en día parece que nos cuesta vernos como sujetos vulnerables. Pensamos que nunca nos va a pasar nada, que por una vez no hay riesgo, que la probabilidades de contagiarnos no son muy altas y otro tipo de argumentos que no tienen demasiado sentido.
- ¿Cuáles son las patologías más comunes derivadas de las prácticas de riesgo?
La OMS alerta de que en la última década se ha producido un repunte en determinadas infecciones como la gonorrea y la sífilis. En nuestro país, se habla de que las infecciones de transmisión genital más frecuentes son: el herpes genital, la gonorrea, la clamidiasis, el virus del papiloma humano y el VIH.
- ¿Hay conocimiento suficiente entre la gente joven?
Que los jóvenes tienen información es una realidad. Alguna la saben bien, otra la saben mal y otra la desconocen. Hoy en día es fácil encontrar tutoriales en los que se explique cómo poner un preservativo, por ejemplo, pero quizás sea aun más importante que aprendan a que no tienen por qué acceder a una práctica genital si no la desean (que aquí ya hablaríamos de educación de los sexos). Además, hay tantas intervenciones que se centran en la prevención de aquellos aspectos no deseables como puede ser un embarazo no planificado o una infección, que se olvidan de aquellos aspectos cultivables y promocionables. En las aulas nos encontramos multitud de ocasiones en las que las prácticas que precisamente tienen más riesgo son aquellas que toman protagonismo, como la penetración vaginal, anal, el sexo oral... Si dos personas desean tener prácticas es necesario que sepan que hay vida más allá de los genitales, que el coito no lo es todo y que hay prácticas como pueden ser la masturbación, los roces con ropa, etc. que tienen cero riesgo de embarazo, cero riesgo de infecciones y que además, pueden resultar muy placenteras.
Además, no podemos negar que a la hora de abordar la salud genital hay un sesgo heterosexual, donde se presupone que las prácticas son entre un pene y una vulva, dejando de lado así todas aquellas prácticas que se dan entre personas con los mismos genitales. Parece que queda claro cómo hay que protegerse cuando hay interacción entre un pene, una vulva o un ano pero, ¿qué sucede cuando las relaciones son entre dos vulvas, por ejemplo? Chicas y chicos gays y lesbianas, sobre todo estas últimas, se sienten desamparadas cuando de prevención de infecciones se trata. Os dejamos un vídeo donde os lo explicamos: https://www.youtube.com/watch?v=xnQf2-B6MTM&t=60s
- ¿Cuáles son las bases de una buena salud sexual?
Por todo lo dicho anteriormente, desde nuestra perspectiva, consideramos que la esencia de una buena salud genital y una buena educación de los sexos, queda recogida en la idea del sexólogo Joserra Landarroitajauregui al considerar que “Educar es promover lo bueno y prevenir es evitar lo malo. Promoviendo lo bueno, mucho o poco, puede evitarse lo malo, pero previniendo lo malo, incluso cuando hay éxito no se promueve lo bueno”. Los programas de educación para la salud o de educación sexual/de los sexos no se pueden centrar solamente en la prevención de riesgos, de infecciones, de aquellas cosas que se quieren evitar. Sería conveniente cambiar el modelo de intervención y, que además de que conozcan los riesgos y sepan como afrontarlos, dar alternativas, otras opciones para que las personas promuevan actitudes, hábitos, conductas, etc. que interfieran de manera positiva, responsable y satisfactoria en sus vidas eróticas.
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