Un año de trabajo por la salud pública
Entre los aspectos positivos, destaca la intervención de instancias tanto públicas como privadas que se asociaron, con notables resultados, para mejorar la situación sanitaria mundial. Según el balance de la OMS, se han logrado progresos para atajar el resurgimiento de la fiebre amarilla en África.
Ha entrado en vigor el Reglamento Sanitario Internacional, que marca al mundo claras pautas para notificar y afrontar peligros sanitarios transfronterizos. La comunidad mundial dispone de un nuevo marco jurídico para gestionar mejor sus defensas colectivas contra los riesgos graves para la salud pública que pueden propagarse internacionalmente y tener devastadoras consecuencias en la salud humana así como provocar interferencias innecesarias en el comercio y los viajes.
Avanza asimismo el trabajo para acabar con los últimos bastiones de la polio y detener la tuberculosis.
También fueron noticia de primera plana otros hitos, como el gran éxito obtenido en la lucha contra las muertes por sarampión en África o la publicación de un perfil más exacto de la epidemia de VIH. Los datos más recientes sobre VIH se dieron a conocer durante la conferencia mundial celebrada en Sidney (Australia), un encuentro científico que se celebra cada dos años y que dio lugar a una intensa semana informativa sobre la enfermedad.
Una de las principales dificultades para combatir la pandemia de VIH/SIDA y dar acceso en todo el mundo a servicios indispensables de atención sanitaria es la grave escasez de personal sanitario. Esta escasez llega a cotas críticas en por lo menos 57 países, 36 de ellos africanos. La delegación de funciones es una nueva fórmula que permite a los profesionales de la salud pública y gobiernos nacionales responder al problema de forma contundente. “Delegación de funciones” es el nombre que se ha dado a un proceso por el cual, cuando convenga, se puedan delegar determinadas funciones en agentes de salud menos especializados. Ello permite reorganizar la dotación de personal sanitario y ofrece una solución viable para mejorar la cobertura de la atención de salud, al propiciar un uso más eficiente de los recursos humanos disponibles y un rápido aumento de las capacidades, al tiempo que se amplían los programas de formación y permanencia del personal.
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