Un protocolo de Salud y Servicios Sociales coordinará la atención en las residencias

La consejera de Salud, María Somalo, y el de Servicios Sociales y Gobernanza Pública, Pablo Rubio, han firmado esta mañana en la Residencia de Personas Mayores de Lardero el nuevo protocolo de actuaciones elaborado entre ambas consejerías para la coordinación en la atención sanitaria en centros residenciales de personas mayores y personas con discapacidad. Junto a ellos, han estado presentes también la directora general de Dependencia, Discapacidad y Mayores, Carmen Benito, y la subdirectora general de Coordinación Sociosanitaria y Cuidados, Alicia Ibáñez.

Este documento es fruto de la intención del Gobierno de La Rioja de implementar un modelo de coordinación socio sanitaria que permita optimizar los recursos públicos destinados a la atención de las personas con enfermedades crónicas o en situación de dependencia, entre otros objetivos. No en vano, desde la Consejería de Salud y la de Servicios Sociales y Gobernanza Pública se aboga por una atención más eficaz poniendo a las personas en el centro de la acción, apostando a la vez por una nueva cultura del cuidado.

De esta forma, el protocolo elaborado por el Ejecutivo regional establece un marco de colaboración entre ambas consejerías con el fin de promover e impulsar la coordinación y la intervención conjunta en los centros residenciales de personas mayores y centros de personas con discapacidad para garantizar la atención de los y las residentes en estos centros, con el fin de desarrollar la promoción de la salud, la prevención de la enfermedad, la asistencia sanitaria y la rehabilitación precisa en cada momento. El ámbito de aplicación de este protocolo se extiende a las residencias de personas mayores y centros de personas con discapacidad y pisos tutelados públicos y privados.

“Tanto por parte de Servicios Sociales como por la de Salud, compartimos los mismos principios que deben regir, por encima de todo, en la atención socio sanitaria de nuestras personas mayores y personas con discapacidad entre los que destacan la ética, la humanización y el desarrollo de la autonomía de la persona”, ha destacado Pablo Rubio.

Por su parte, desde la Consejería de Salud, María Somalo ha detallado que “este nuevo protocolo recoge que en estos centros es esencial el valor de los cuidados, sobre todo, cuando estas personas padecen enfermedades crónicas degenerativas, han perdido o tienen riesgo de perder su autonomía, o bien cuando se producen altas hospitalarias y se precisan cuidados de larga duración”.

Dos ejes de actuación en el protocolo de Salud y Servios Sociales

El nuevo protocolo elaborado por ambas consejerías establece dos ejes de actuación: actuaciones de asistencia y actuaciones de promoción de la salud. El primero de ellos aboga por garantizar la correcta atención de los residentes en los centros de mayores y de personas con discapacidad como usuarios del Sistema Público de Salud que son y el derecho que tienen a la asistencia sanitaria. Las actuaciones de promoción de la salud y de salud pública incluyen una serie de actuaciones y medidas dirigidas a prevenir enfermedades y otras rehabilitadoras.

En su desarrollo, el protocolo exige una serie de actuaciones. De esta forma, y en relación a la de Servicios Sociales y Gobernanza Pública, se exigirá a las entidades titulares de las residencias una serie de condiciones como la dotación de los profesionales sanitarios de cuidados suficientes y con la formación adecuada; la formación de los profesionales gerocultores que garanticen una correcta atención y la formación de los profesionales para evitar la trasmisión de enfermedades infecciosas en el entorno residencial, entre otras.

La titular de Salud ha incidido también en otra premisa importante que tiene en cuenta el documento: “La sanidad pública debe proteger la salud de todas las personas independientemente de su lugar de residencia y deben ser cuidadas allí donde viven con el soporte sanitario adecuado”, ha aseverado Somalo. En este sentido, ha recalcado que el modelo de atención sanitaria en las residencias no debe ser diferente al modelo habitual de atención domiciliaria y que, por eso, a partir de ahora, “se llevará a cabo en las residencias una asistencia sanitaria proactiva, con una valoración adecuada de los pacientes, la elaboración del plan de cuidados preciso, su atención clínica (urgente y programada) y su seguimiento, con el fin de garantizar los cuidados que se pueden prestar en dicho entorno y evitar así hospitalizaciones innecesarias”.

Además, el nuevo protocolo establece el desarrollo específico de un Programa de Atención a la Salud de Personas en Centros Residenciales de Personas Mayores y Personas con Discapacidad con el fin de promover la mejor atención sanitaria. Así, María Somalo, ha explicado que “los equipos de Atención Primaria realizarán las actuaciones necesarias para su desarrollarlo a través de diversas estrategias: programa de atención al paciente crónico complejo, al paciente dependiente y al paciente terminal; programa de vacunaciones; programa de atención comunitaria y los correspondientes a la situación de morbilidad de cada paciente”.

Para hacerlo posible, en cada equipo se asignará una enfermera de Atención Primaria como referente del programa con el objeto de coordinar las actuaciones necesarias dentro del equipo para garantizar la atención sanitaria que debe ser prestada, en coordinación con la titularidad del centro residencial y/o los profesionales sanitarios del mismo.