Una clase con el maestro Sáinz Villegas
El guitarrista riojano Pablo Sáinz Villegas pretende extender su proyecto solidario, llamado “El legado de la música sin fronteras” a Bolivia, donde se plantea poner en marcha una escuela de luthiers.
Sanz Villegas ha interrumpido esta semana una gira mundial para ofrecer un concierto en Logroño en el que recaudará fondos para este proyecto, con el que se financian clases de música en centros escolares de barrios deprimidos de Tijuana (México), San Diego (Estados Unidos), Israel y Palestina.
El guitarrista ofreció ayer clases de guitarra a niños y niñas del conservatorio de La Rioja y mantuvo un breve encuentro con el presidente del Gobierno regional, Pedro Sanz, y el consejero de Presidencia, Emilio del Río.
El guitarrista ha explicado que desde enero su proyecto cuenta con dos profesores de música en Tijuana, uno en el Instituto Panamericano y otro en un orfanato, en el que ofrecen clases de guitarra y de canto, respectivamente.
Los fondos necesarios para financiar esas clases “han salido, en gran parte de La Rioja, de los conciertos solidarios que ofrezco en los últimos años” y “gracias a ello, muchos niños que viven en un entorno complicado y agresivo encuentran en la música como un salvavidas”.
En los próximos meses va a viajar a la región boliviana de Sucre, en donde ha contactado con una organización que promueve un proyecto socio-laboral para jóvenes, donde se plantea “explorar las posibilidades de no ofrecer solo música allí, sino también un taller de luthería, de construir instrumentos”.
Si pone en marcha esa iniciativa “en el futuro algunos de esos jóvenes podrían formarse más en ese campo y generar un crecimiento microeconómico en esa región”.
Villegas llegó ayer a Logroño tras ofrecer un concierto en Madrid con la orquesta de Radio Televisión Española y en las pasadas semanas tocó con otras orquestas en Miami y Puerto Rico; después del concierto del jueves regresará a California y en los próximos meses tiene diferentes actuaciones en España, Francia, Polonia y Rusia.
A pesar de esa amplia agenda, el guitarrista riojano ha recalcado que para él “hay que poner tanta intensidad en un concierto como cuando les doy una clase aquí a chavales” porque “creo que tengo la obligación de compartir con ellos lo poco o lo mucho que sé” para que “sientan la música como una amiga
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