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El Ayuntamiento de Madrid evita explicar por qué ordenó limpiar de nieve barrios ricos antes que los mercados

Diego Casado

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El orden de las calles que se limpiaron de la nieve y el hielo de Filomena y las razones que llevaron a priorizar determinadas vías sigue siendo una incógnita para los madrileños a día de hoy, año y medio después del paso del temporal por Madrid. El Ayuntamiento de Madrid ha evitado este martes dar detalles sobre el despliegue de limpieza ante una pregunta formulada por José Manuel Calvo (Grupo Mixto) en el pleno de Cibeles, que cuestionaba que los accesos a los barrios ricos de Madrid hubieran sido prioritarios durante las primeras jornadas, según consta en la documentación municipal adelantada por este periódico.

“El único objetivo era que ningún barrio quedara incomunicado”, respondía de forma genérica el delegado de Movilidad, Borja Carabante, que ha añadido que las vías principales fueron despejadas por un millar de quitanieves puestas en marcha por los servicios ordinarios de limpieza y que además se contrató a 27 empresas “para despejar los accesos a urbanizaciones y vías secundarias”.

Según la documentación del Ayuntamiento a la que ha tenido acceso Somos Madrid, esta afirmación no se ajusta al objeto del contrato autorizado por el Ayuntamiento de Madrid, ya que se abonaron 864.968,14 € (IVA incluido) para “actuar en todos los accesos a mercados, intercambiadores de transporte, centros EMT, farmacias y colegios”. Estas 27 compañías trabajaron también sobre vías principales de varios distritos de Madrid y sus actuaciones sobre vías secundarias fueron muy escasas en los primeros días después del temporal, con accesos muy puntuales y la mayoría concentrados en zonas del norte con altas rentas.

El domingo 10 de enero, unas horas después de que acabaran de caer los copos, las máquinas de la empresa Sacyr estaban echando sal y despejando las calzadas de La Moraleja, uno de los barrios más exclusivos de la zona norte, dividido entre los municipios de Madrid (parte de El Encinar y el campo de Golf) y Alcobendas. Una labor que al día siguiente repitió la misma compañía en el barrio de Conde de Orgaz (Hortaleza), después en Barajas y el día 13 en Sanchinarro y también, de nuevo, en La Moraleja.

Carabante solo respondía en el Pleno a una de las actuaciones contratadas por el Ayuntamiento: el lunes 11 de enero, cuando Madrid intentaba ponerse en marcha después del fin de semana, el equipo de Almeida envió máquinas para despejar la entrada a la fundación A la Par, una entidad privada cercana al PP. Allí trabajaron durante todo el día seis empleados de la empresa Gyocivil para despejar sus entradas de hielo y nieve. El delegado de Movilidad ha defendido su actuación, explicado que “lo volvería a hacer, porque es un centro de menores con discapacidad, que también tienen derecho a no quedar incomunicados”. La Fundación anunció en aquel momento que, debido al temporal, mantendría cerradas sus instalaciones el día 11 y retomaría la actividad el martes 12.

José Manuel Calvo acusa al Ayuntamiento de “imprevisión y falta de gestión” y echa en cara al delegado que algunos mercados municipales se limpiaron más tarde que esta fundación o que centros hospitalarios privados como la Clínica Ruber: el miércoles 13 de enero se actuó sobre los mercados de Chamberí, Vallehermoso, Guzmán el Bueno, Argüelles o Pacífico. Las máquinas de Gyocivil no llegaron hasta el viernes a sitios como los mercados de Guindalera, Bami o el de Diego de León. 

Borja Carabante, que considera “absolutamente sesgada” la información sobre la que se basaba la pregunta del edil del Grupo Mixto, acusó por su parte al Gobierno de “imprevisión” por el aviso de nevadas “de 5-10 centímetros” de espesor dado por Aemet (en realidad la agencia decretó la alerta roja por nevadas de 20 centímetros) y que el recuerdo de los madrileños sobre el Ayuntamiento es de “buena gestión y agilidad” con la que afrontó la crisis provocada por el temporal. El parón de la ciudad fue tal que los colegios no pudieron reabrir hasta el miércoles 20 de enero, diez días después de que terminara de caer la nieve.