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Opinión - ¿Y ahora qué? Por Marco Schwartz

El Centro Social “okupado” La Pluma, desalojado de Barbieri 5

Con el Orgullo LGTBI+ a la vuelta de la esquina, la calle Barbieri número 5 estrena “La Pluma”, un centro social okupado transfeminista

okupado que llegaba ayer a Chueca para contraprogramar al Orgullo oficial con un discurso anticapitalista, antirracista y transfeminista. Esta madrugada han sido desalojados por Desokupa.

Según cuentan desde COST La Pluma, la empresa Desokupa irrumpía violentamente en el número 5 de la calle Barbieri y agredía a varias de las personas que lo okupaban para forzar el desalojo del inmueble, que finalmente se ha consumado.

«Iremos actualizando y contando por aquí si necesitamos algo», han explicado desde su cuenta de Twitter, conde también han declarado que «El @CSOTLaPluma ya ha sembrado y, pase lo que pase, el orgullo será transfeminista o no será».

Para darle la bienvenida al barrio, ayer por la mañana tuvo lugar un pasacalles transfeminista, convocado en el marco de los orgullos críticos y que, bajo el lema “Nuestras plumas no se venden”, en protesta contra el capitalismo rosa y la mercantilización del Orgullo LGTB.

https://twitter.com/CSOTLaPluma/status/1010878540668121088

Según explicaba el manifiesto, «La Pluma es un lugar donde encontrarnos, donde celebrar nuestro orgullo y desde el que seguir gritando que nuestras disidencias sexuales y de género son armas de guerra contra el cisheteropatriarcado».

De hecho, la elección del propio nombre del CSOT La Pluma es ya, por sí mismo, toda una declaración de intenciones: «Porque nuestras plumas locas, camioneras, bujarras, travestis, no binarias, molestan a quienes quieren asimilarse a un modelo de vida y consumo que establece como norma al sujeto cisgenero y heterosexual».

Y es precisamente ese término, el de la pluma, frecuentemente usado despectivamente contra el colectivo LGTBI+, el símbolo de la «reivindicación de lo que somos, de lo que el sistema no soporta», declaran. «Nuestra pluma no cabe en un orgullo pensado para el beneficio de empresas y multinacionales LGTB-friendly».

El Centro Social Okupado Transfeminista La Pluma tenía por objetivo volver a situar a Chueca en un espacio de acogida para la comunidad “transmaribibollera” y recuperar una Chueca «luchadora y solidaria donde entre fiestas y orgías se organizaron las sexualidades disidentes para conquistar lo que ahora tenemos».

Además, denuncia el empleo de la bandera de la comunidad LGTB (la del arcoíris) «para promover procesos de gentrificación, encarecer los precios y echar a las clases populares de los barrios del centro de Madrid, creando un modelo de ciudad pensado para turistas y ricos» y el «discurso pro-derechos LGTB como cortina de humo que invisibiliza desde la ocupación Israelí hasta la represión en el propio Estado Español».

Barbieri, 5, el lugar favorito de Alfonso XIII

Si la elección del nombre del nuevo Centro Social Okupado La Pluma está lleno de simbología, el edificio para albergarlo no lo es menos. Aunque los últimos años de actividad lo hizo como el Hotel Mónaco, anteriormente era una casa de citas muy popular entre la alta aristocracia madrileña, incluido el rey Alfonso XIII.

No contento con promover la creación del Ritz y el Palace y la red de Paradores nacionales, al monarca le gustaba frecuentar el número 5 de la calle Barbieri, concretamente la habitación número 20, para dar rienda suelta a sus fantasías más íntimas en sus escarceos amorosos.

El establecimiento combinaba el estilo barroco, el clasicismo y el art-decó y presumía de tener una clientela exclusiva. Y hasta cuentan que una pequeña agencia de viajes parisiense tenía entre sus ofertas turísticas un “Parcours de la movidà”, que ofrecía una ruta por algunos de los locales de La Movida (con bebida incluida) y alojamiento en el Hotel Mónaco.