Quienes pasen estos días por delante del número 5 de la calle Cea Bermúdez, en el distrito madrileño de Chamberí, podrán ver, si se detienen a mirar hacia el interior del edificio del Parque Móvil del Estado (PME), un panel que anuncia una exposición y una conmemoración. El mural representado en ese panel —Los oficios del automóvil— no se puede ,sin embargo, ver en la exposición. Permanece oculto, al fondo de la nave de Talleres, tras un gran telón. Este detalle resume bien el estado de este conjunto arquitectónico: presente, pero invisibilizado; reconocido, pero amenazado.
La exposición, abierta hasta el 25 de septiembre, se titula Historia en movimiento y se enmarca en los actos de conmemoración del 90 aniversario de la creación del organismo Parque Móvil del Estado. Fue en 1935 cuando se instituyó el Parque Móvil de Ministerios Civiles, Vigilancia y Seguridad, con la finalidad de aglutinar los servicios de transporte de las instituciones públicas y agilizar la movilidad de sus altos cargos. Finalizada la Guerra Civil, sus funciones se ampliaron a la reparación de los vehículos públicos dañados durante el conflicto: ambulancias, camiones y otros medios de transporte.
Ese pasado está condensado en el mural que, aunque no forma parte del itinerario de la exposición, protagoniza su cartel anunciador. Realizado entre 1945 y 1950 por el pintor palentino Germán Calvo, Los oficios del automóvil mide 26 m de longitud por 1,60 m de altura y representa, con una estética idealizada, las distintas tareas desarrolladas en la nave de Talleres: chapado, pintura, tapicería, mecánica… También incluye fases de la construcción del propio edificio y una galería de figuras masculinas que encarnan los oficios técnicos y manuales de la época. Según José Sierra*, profesor de la Universidad de Cantabria y miembro de la Asociación en Defensa del Parque Móvil, el mural representa “trabajadores en el acto mismo de trabajar” y lo hace en su lugar real de trabajo, lo que lo convierte en “una radical anomalía en la España primifranquista”.
Este mural se encuentra en uno de los tres elementos que integran el edificio del PME, diseñado por el arquitecto Ambrosio Arroyo —también palentino— y construido entre 1941 y 1950. Se trata de un conjunto arquitectónico singular, compuesto por tres piezas articuladas. Por un lado, el garaje, una suerte de prisma cuadrangular (53 por 193 m) de cuatro plantas más un sótano, servido por una excepcional rampa doble, única en España y de traza y aspecto de extraordinaria elegancia y funcionalidad, muy en la línea de otros grandes garajes europeos y norteamericanos del movimiento moderno.
Por otro lado, la gran nave de Talleres (190 por 46 m), en la que se aloja el mural del que hemos tratado, nave resuelta con estructura metálica ligerísima, de grandes luces, con cubierta configurada en 19 dientes de sierra que proporcionan iluminación norte y que apoyan sobrelos muros de ladrillo y una red de pilares y cerchas metálicas de gran ligereza. Un recinto diáfano, de buena altura, capaz de albergar diferentes contenidos y múltiples usos. Finalmente, una pieza de servicios generales —oficinas, sala de cine y teatro, viviendas en su día para oficiales y trabajadores solteros… —, orientada a la calle Cea Bermúdez, de 105 por 31 m y cinco alturas. El tratamiento de su fachada es altamente representativo, con alternancia de piedra y ladrillo visto y una cierta monumentalidad, coronado por un pequeño pabellón, destinado en origen a vivienda del director del PME.
El conjunto cuenta con valores patrimoniales y arquitectónicos singulares: por su escala; por su carácter de arquitectura industrial en pleno distrito de Chamberí, en el centro de Madrid; por la singularidad de su rampa; por su resolución estructural y por el tratamiento de sus fachadas. Sin embargo, su preservación no está asegurada. Sobre el edificio recae un ámbito de planeamiento (APR 07.05) definido en el Plan General de 1997, que contempla la sustitución del conjunto por manzanas de vivienda y dotaciones. Aunque hoy, en el marco de la revisión del plan general, ese planeamiento puede modificarse, su existencia sigue siendo una amenaza.
Ante esta amenaza y conscientes de la importancia de preservar íntegramente el edificio del PME, se constituyó en 2017 el Grupo en Defensa del Parque Móvil (dentro de la interesante experiencia de los Foros de Participación Ciudadana, suprimidos por el actual Ayuntamiento) y posteriormente, en enero de 2020, la Asociación en Defensa del Parque Móvil.
Una serie de actividades: charlas, exposiciones, escritos informativos…, destinadas a dar visibilidad a este interesante conjunto, culminaron en la presentación de solicitud de declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) ante el Ministerio de Cultura, en diciembre de 2018, solicitud que se ha reiterado, incorporando nuevos informes favorables, en mayo de este año 2025. La solicitud de BIC por parte de nuestra asociación viene avalada por un buen número de expertos en arquitectura y urbanismo y por la Academia de Bellas Artes de San Fernando que ya presentó, en mayo de 2018, una petición en el mismo sentido.
Si hemos hecho hincapié en la preservación total del edificio del PME es porque se trata de un conjunto integral dentro de su variedad y único por sus características. De nada valdría mantener en pie la rampa helicoidal del garaje, que goza de un cierto nivel de protección, si el garaje mismo fuera eliminado: ¿a qué lugar de la nada llevaría la rampa que fue planificada no como un adorno sino como un elemento funcional para un lugar concreto? o ¿qué sentido tendría trasladar el mural Los oficios del automóvil lejos del espacio para el que fue concebido, algo que se ha planteado en alguna ocasión?
El edificio del PME merece ser conocido, protegido y preservado en su integridad. Y, con ello, poner los espacios que actualmente están infrautilizados—en particular la nave de Talleres que alberga temporalmente la exposición— al servicio de la ciudadanía de Chamberí y de todo Madrid como un posible contenedor de actividades productivas, formativas y culturales, pensando en respetar la memoria del lugar al tiempo que se establece alguna continuidad entre sus usos originales y otros más acordes con los tiempos que corren.
En ello se afana la Asociación en Defensa del Parque Móvil. Nuestros objetivos son dar a conocer esta joya arquitectónica tan desconocida por la ciudadanía, poner en valor su realidad y sus posibilidades, conjurar el posible peligro de su demolición para el máximo beneficio especulativo… Por todo ello y para todo ello, nuestro horizonte a medio plazo está puesto en la declaración oficial del edificio del PME como BIC.
Ahora, en el corto plazo, animamos a las y los vecinos de Chamberí a que visiten la exposición Historia en movimiento que, más allá de sus limitaciones, da la oportunidad de entrar en un edificio cerrado el resto del tiempo a la visita pública. Ojalá seamos multitud quienes nos sumemos a admirar, preservar y revalorizar este ejemplar de nuestra arquitectura industrial, cargado de historias de vida y de trabajo.
* La publicación El trabajo imaginado: el mural de Germán Calvo en el Parque Móvil de Madrid, del que es autor José Sierra Álvarez, verá la luz antes de finales de 2025