“Las manifestaciones de Burgos demuestran que los ciudadanos están hartos de los políticos”

Fue capaz de revolucionar la pasiva Salamanca. Llenó la Plaza Mayor salmantina contra la subida de impuestos que promovió en 2007 el anterior alcalde, Julián Lanzarote. Se convirtió en un revolucionario para esta región. Incluso con el actual regidor, Alfonso Fernández Mañueco, ha tenido momentos de tensión. Con el PSOE, apenas tiene relación.

Chema Collados es el presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Salamanca (FEVESA) y de la Confederación de Asociaciones de Vecinos, Consumidores y Usuarios de Castilla y León (CAVECAL). Ha estado en Burgos apoyando a los vecinos de Gamonal, en contra de la construcción del aparcamiento subterráneo y de gastarse ocho millones de euros en estas obras.

“Las movilizaciones de Burgos han sido la visualización clara del hartazgo de la población hacia los políticos”, asegura Collados al ser preguntado por los motivos que han llevado a los vecinos a echarse a la calle en una tierra tan poco dada a actitudes reivindicativas.

Cuando trata de justificar esa movilización, el presidente de las asociaciones de vecinos de Castilla y León asegura que Burgos, una ciudad industrial, “está viviendo en sus propias carnes la crisis, con familias que lo están pasando muy mal, con gente que no es que no termine el mes, es que ni lo empieza, con mucho paro, con recortes sanitarios y educativos”.

Chema Collados también vive en primera persona la crisis. Tiene 33 años y vive con sus padres porque “no puedo permitirme otra cosa”. Se acaba de quedar en el paro y ahora busca un trabajo, algo complicado en su región y con opciones fuera de ella. Lo habitual, en jóvenes de Castilla y León.

“Cuando ves la situación que hay en esta comunidad, que a los bancos se les sigue tratando demasiado bien, ‘sobres’ en los partidos políticos, ‘ERES’ en sindicatos, empresarios que ganan cada vez más…, entonces es normal que la gente se caliente al ver que un Ayuntamiento quiere gastarse ocho millones de euros en un bulevar y en hacer que los vecinos tengan que pagar por aparcar”, añade.

Pero, tal y como dicen los responsables del PP, ¿ha habido violencia? Chema Collados, que deja claro que están “en contra de los actos violentos”, también niega que haya habido grandes brotes de violencia. “Es verdad que se han quemado contenedores o una caseta de obras”, apunta, pero al mismo tiempo dice que “violencia es que te recorten posibilidades laborales, que no te dejen manifestarte o que a las mujeres les quiten derechos que habían conseguido en 30 años”.

Collados es un chico tranquilo. Apenas se violenta. Sin embargo, está en todas aquellas movilizaciones que reivindican cuestiones sociales. Se le pudo ver en la manifestación en contra de una sanción a 16 bomberos de Salamanca, que se la impusieron por manifestarse. Está en aquellas concentraciones del 15M. Es decir, en todo aquello que tenga un tinte social. Apenas está en actos políticos.

Reconoce que los políticos de Castilla y León “están endiosados” porque no hacen otra cosa que “ganar elecciones”. Y, según él, hay que recordarles que “ganarlas no significa que tengan un cheque en blanco”.

“Cuando dicen que las administraciones hacen el esfuerzo por el bien de los ciudadanos, me pongo enfermo”; y añade que “el esfuerzo lo hacen los ciudadanos”, porque los políticos “deben estar a disposición de los vecinos, ya que utilizan nuestro dinero”.

Fue capaz de revolucionar la pasiva Salamanca. Llenó la Plaza Mayor salmantina contra la subida de impuestos que promovió en 2007 el anterior alcalde, Julián Lanzarote. Se convirtió en un revolucionario para esta región. Incluso con el actual regidor, Alfonso Fernández Mañueco, ha tenido momentos de tensión. Con el PSOE, apenas tiene relación.

Chema Collados es el presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Salamanca (FEVESA) y de la Confederación de Asociaciones de Vecinos, Consumidores y Usuarios de Castilla y León (CAVECAL). Ha estado en Burgos apoyando a los vecinos de Gamonal, en contra de la construcción del aparcamiento subterráneo y de gastarse ocho millones de euros en estas obras.